Los enjuagues del pasado se traducieron en rescates que todavía padecemos, señala

Fox insiste en que su gobierno procede con transparencia y rendición de cuentas

Ofrece en Manzanillo analizar la construcción de regasificadora y pasos adelante se desdice

ROSA ELVIRA VARGAS Y VERONICA GONZALEZ ENVIADA Y CORRESPONSAL

Manzanillo, Col., 20 de mayo. El gran cambio de México, dijo el presidente Vicente Fox, se realiza con responsabilidad presupuestal, transparencia y rendición de cuentas, "sin los enjuagues del pasado que se traducieron en costos de rescates financieros que todavía hoy estamos pagando todos los mexicanos".

Luego, el jefe del Ejecutivo usó otras expresiones con las cuales ponía fin, en el muelle 15 de la Administración Portuaria Integral (API) de Manzanillo, su llamado primer maratón carretero. Frente a pescadores y ambientalistas reacios a la construcción de una planta regasificadora en la laguna de Coyutlán, ofreció ver el tema con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y con "el compañero Elías Ayub", para tomar la mejor decisión.

Empero, apenas unos minutos más tarde, al encabezar el Día Nacional Portuario, daba como un hecho la construcción de esa planta. Y hasta pedía -obviamente quienes lo habían increpado ya no estaban ahí- "estén atentos a que hagamos las cosas correctamente... decirles que no se preocupen, que habremos de lograr plena armonía entre la protección a los derechos humanos y el crecimiento económico".

Pero este día, el mandatario no sólo corregiría lo ofrecido pasos atrás. También buscó aclarar sus dichos del jueves cuando, a propósito de la marcha de la economía pidió, en Chihuahua, no atender a todo lo que se dice por ahí ni dar por bueno todo lo que se lee.

"Y ya tuve hoy -admitió enseguida- mi respuesta en algunos medios de comunicación. Yo no hablaba de ellos, hablaba de lo que se dice por ahí."

Porque no obstante todas las evidencias en contrario, Fox porfió: "No dije que las tasas de interés o de inflación sean las más bajas en la historia, pero sí gozamos de las más bajas tasas en décadas".

De nuevo se remitió a los 650 mil millones que constituyen la economía mexicana, "el tamaño más grande que nunca habíamos tenido". Y lo mismo con el ingreso per cápita y del nivel de empleo donde en mayo, "12 millones de familias y de personas tienen una ocupación. Ese es el registro más alto en la historia para un mes de mayo".

Regresó a su dicho de ver la parte del vaso medio lleno, a las buenas noticias, "porque si nos la pasamos sólo viendo o leyendo, escuchando las malas noticias, ¡pues luego nos falta energía al arranque de cada día! ¡Luego no entramos con esa alegría a la tarea de todos los días!"

México camina bien, reduce la pobreza, genera empleos, promueve más ingreso para la población, "y qué bueno que esto se sepa, porque a todos nos ayuda".

Habló de los puertos mexicanos restándole ya "mucho negocio" a sus similares de Los Angeles y Panamá; de las inversiones en carreteras más copiosas en un solo año, a lo erogado en el sexenio pasado y con la expectativa de crecer aún más. Todo, presumió, sin contar con una reforma hacendaria.

Aprovechó para, como hizo respecto a otra iniciativa, en Baja California, la víspera, recordar al Congreso que "tienen pendiente esa reforma hacendaria desde hace cuatro años, ahí, en su escritorio", lo mismo que las relativas a la energía y la laboral.

La única forma de resolver los temas inherentes a esas áreas es con responsabilidad, y demandó similar actitud a los diputados, a los senadores: "que nos permitan a los mexicanos que el país crezca, que lleguen inversiones, que vayamos mucho más lejos de donde estamos hoy. Esta petición aprovecho para hacerla aquí, desde este lugar".

El país, subrayó, tiene un Plan Nacional de Gobierno (de Desarrollo) el cual marca la guía hacia dónde caminar. Pero está también la democracia. Pidió no olvidar que ésta se vive por primera vez intensamente. "Hace mucho ruido, pero queríamos democracia; provoca mucho debate, pero queríamos y queremos democracia."

En la zona portuaria el mandatario inauguró los muelles 11 y 15. En este último recibió el saludo formal de la tripulación de la Escuadra de Entrenamiento de la Marina japonesa. Tres poderosos buque-escuela con 750 elementos a bordo, quienes lo saludaron, mientras sus capitanes explicaban a Fox su itinerario y misión.

En el patio del muelle 15, puso fin a llamado maratón carretero. Ya pasó, dijo ahí, la época de las obras faraónicas sin impacto directo en la vida de la población. Reseñó que durante estas dos semanas estuvo en una docena de estados y, además, de carreteras puso en servicio caminos rurales, "que hacen el antes y el después" en la vida de los habitantes de "un sinnúmero de pequeñas comunidades".

Rechazo a la regasificadora

Aunque Fox insistía en que el suyo será recordado "como el sexenio de la infraestructura", quienes están renuentes a la instalación de la planta regasificadora en la laguna de Coyutlán -ambientalistas, pescadores y colonos- hicieron patente su rechazo. Primero, a gritos, detrás de las vallas instaladas por el Estado Mayor Presidencial. A su vez, Esperanza Salazar Soriano y José Luis Gómez Castillo pudieron hablar con él, para advertirle sobre los riesgos de ese proyecto.

Se modificaría, dijo ella, el ordenamiento ecológico de la cuenca de esa laguna, aprobado hace 18 meses. Y la preocupación es mayor porque no disponen de información suficiente.

La información oficial establece que la planta de gas natural licuado costaría 2 millones de dólares y atraería inversiones para generar unos 4 mil empleos. Para el gobernador del Colima, Silverio Cavazos Ceballos, esa terminal de almacenamiento y regasificación permitiría reconvertir la planta eléctrica de Manzanillo de combustóleo al proceso de ciclo combinado con gas natural.

"La sociedad manzanillense recibirá más beneficios y no experimentará riesgos", aseguró ante el presidente Fox, si bien a los opositores a su edificación apenas les ofreció recibirlos "el próximo martes".

Pero quizá de poco les sirva, pues él ya tiene su punto de vista: "el gobierno estatal pondrá su mejor empeño y brindará su mejor disposición para que esta planta se construya en Manzanillo".

Entre los opositores a la regasificadora en el ejido de Campos, a un costado de donde se ubica la termoeléctrica, está el empresario hotelero Arturo Sánchez Ochoa, propietario de la Plaza Tucanes, ubicada en Manzanillo y accionista del Club Maeva. En su argumento, como el de otros 13 grupos ecologistas, entre ellos Bios Iguana, está la posibilidad de un ecocidio y el temor de que se instale una bomba de tiempo en la zona urbana de Manzanillo.

"De no manejarse adecuadamente la planta -dicen- al regresar a su fase de gas, los vapores emitidos pueden ser inflamables y explosivos. Estas instalaciones no deberán estar a menos de 10 kilómetros de poblados, conforme a normas adoptadas en otros países para reducir riesgos para la población."

Los ecologistas no se oponen a la construcción de la planta, sino a su ubicación, porque en el ejido de Campos, y específicamente en El Tapo de Ventanas (laguna que se conecta al mar ubicada frente a la termoeléctrica) se ha desarrollado una actividad turística y pesquera que sostiene a cientos de familias pobres de Manzanillo.

Actualmente se está en la etapa de "anuncio" del proyecto y en breve se iniciarán las etapas de planeación y licitación de la obra.

En medio de la argumentación que atropellada y vehemente le daban los opositores al proyecto, Fox tuvo este diálogo con José Luis Gómez:

-¿Cómo les va con la pesca?

-Pues más o menos. Está bien.

-¿Cuánto sacan pa'l chivo?

-Más o menos de 300 a 400 pesos diarios. Ahora le está yendo bien a los pescadores.

-¡Ah, caray! ¡'Ta mejor que el Presidente!

Pero a José Luis le urgía otro diálogo. Otro tema.