Los agentes afirman que confesó; familiares del detenido dicen que fue torturado
Capturan en Juárez a presunto asesino de una pequeña violada y quemada
No hay crímenes seriales, sólo "rompimiento del tejido social", según investigaciones de PGR
Ampliar la imagen Ni�de Ciudad Ju�z salieron a las calles para pedir justicia en los casos de dos peque�asesinadas recientemente en esa localidad FOTO Ap
La detención de Antonio Ibáñez Durán, acusado de haber asesinado a Anahí Orozco Lorenzo, de 10 años de edad, se logró con base en elementos técnicos y testimoniales incluidos en el expediente abierto para indagar este crimen, entre ellos la acusación de la hija del presunto homicida, a la que cuidaba la niña atacada sexualmente y estrangulada, afirmó Flor Mireya Aguilar Casas, subprocuradora de Justicia en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Por otro lado, versiones de fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR) en la ciudad de México hacen prever que los crímenes cometidos contra mujeres en Juárez se imputarán en su mayoría a violencia intrafamiliar, pues "no se ha detectado un solo caso de homicidas seriales"; en el único caso en el que se sospechaba que un docente de una escuela de cómputo podría estar involucrado con el homicidio de varias jóvenes, el posible responsable desapareció.
Aguilar Casas explicó que la detención de Antonio Ibáñez fue posible debido a, entre otras causas, la denuncia de su propia hija, que era cuidada por la niña victimada y con base en los datos técnicos de la investigación, incluida la autopsia al cuerpo de Anahí, donde se dice que murió estrangulada.
Sostuvo que el presunto responsable confesó ante los agentes investigadores que abusó sexualmente de la niña, quien se desvaneció, por lo que se asustó e incendió la vivienda para tratar de borrar las evidencias. Sin embargo, ante los medios de comunicación no quiso corroborar ese dicho, mientras que una docena de familiares suyos irrumpieron en la conferencia de prensa para argumentar que su pariente había sido torturado y que de esa manera le arrancaron la confesión.
Aguilar Casas dijo, además, que aproximadamente 50 agentes de diversas corporaciones y un helicóptero fueron movilizados ayer al municipio de Ascensión debido a que en la Agencia Estatal de Investigación se recibió una llamada, que resultó falsa, acerca de que habían encontrado sin vida a la maestra Edith Aranda Longoria, desaparecida el 3 de mayo.
Quien sí falleció fue Adriana Gutiérrez González, una mujer que llegó a una clínica de la Cruz Roja de Ciudad Juárez en busca de ayuda. Testigos indicaron que la señora presentaba golpes en el cuerpo. Sus restos fueron trasladados al Servicio Médico Forense para definir la causa de la muerte, mientras las autoridades esperan el resultado de la necropsia para definir si se trata de un homicidio o una muerte natural.
"Sin modus operandi"
En la capital del país, fuentes oficiales de la PGR mantienen, luego de varios meses de investigación directa en esa ciudad, su opinión de que los asesinatos de más de 320 mujeres no tiene que ver con crímenes seriales, sino con cuestiones de "rompimiento del tejido social".
De acuerdo con esas versiones, entre los más de 200 expedientes revisados por las autoridades federales no se ha encontrado un modus operandi que señale la existencia de un asesino serial, como en su momento se llegó a considerar a Abdel Latif Sharif, a quien se menciona como responsable de 10 homicidios.
En la PGR, la fiscalía especial constituida para investigar los llamados feminicidios ha considerado, al igual que la Procuraduría de Justicia de Chihuahua, que más de 80 por ciento de los asesinatos tienen que ver con cuestiones de violencia familiar y no de género.
Asimismo, indicaron los funcionarios entrevistados, no todas las víctimas eran en realidad mujeres jóvenes, sino que de manera irresponsable anteriores autoridades chihuahuenses incluyeron en sus listas de agredidas sexualmente y luego asesinadas incluso a una menor de edad, y se ha detectado la existencia de homicidios en los cuales no hubo violación, sino que son casos que se calificaron de "simbólicos".
Uno de los casos más importantes, según fuentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada contra la Delincuencia Organizada, tiene que ver con los siete cadáveres encontrados en un campo algodonero en noviembre de 2001, ya que en esa fecha se encontró el cuerpo de María de los Angeles Acosta, de 19 años de edad, que antes de desaparecer fue vista por última ocasión cerca de la escuela de computación ECCO, donde estudiaba por las tardes.
El asunto se volvió relevante luego de que se detectó que otras jovencitas que estudiaban en esa institución habían sido agredidas y asesinadas, pero las indagatorias de las autoridades federales se han visto afectadas porque el docente que se consideraba involucrado en esos hechos desapareció.