Autoridades de la ex república soviética pierden el control de ciudad fronteriza
Las tropas uzbekas ultimaron a otras 200 personas, denuncia una ONG
Demanda Estados Unidos emprender reforma política para evitar más brotes violentos
Ampliar la imagen Uzbekos intentan pasar el puente que cruza el r�Shakhrikhansai hacia Kirguist� Autoridades reportaron que miles abandonan la zona de conflicto FOTO Reuters
Andizhan, 16 de mayo. Las autoridades de Uzbekistán perdieron el control de Korasuv, ciudad fronteriza al este del valle de Ferganá, y se conoció que en la localidad de Pakhtabad unas 200 personas fueron asesinadas el sábado pasado, al tiempo que autoridades anunciaron la detención de 70 presuntos organizadores de la revuelta en Andizhán.
De confirmarse los reportes de que en esta ex república soviética han fallecido unas 800 personas en los pasados cuatro días, la violencia en la región sería la más sangrienta desde la represión en la Plaza de Tiananmen, en Pekín, en 1988.
Saidjahon Zaynabitdinov, jefe de una organización no gubernamental (ONG), aseguró que tropas del gobierno uzbeko ultimaron a 200 manifestantes el sábado pasado en la localidad de Pakhtabad, a las afueras de Andizhán, donde según testigos las fuerzas de seguridad mataron a 600 personas la noche del viernes.
Zaynabitdinov sostuvo que el gobierno de línea dura del presidente Islam Karinov, fuerte aliado de Estados Unidos y Gran Bretaña en la guerra contra el terrorismo, envió una fuerza armada a esa conflictiva área.
Además las fuerzas de seguridad admitieron que perdieron el control de Korasuv, fronteriza con Kirguistán, mientras funcionarios de la Organización de Naciones Unidas, grupos de derechos humanos y autoridades fronterizas kirguizas reportaron que miles de refugiados están abandonando la convulsionada región de Andizhán.
Habitantes de la aldea Tesik-Tosh, al este de Uzbekistán, declararon hoy que también el sábado anterior 13 personas no armadas fueron asesinadas a tiros por soldados uzbekos cuando intentaban cruzar la frontera hacia Kirguistán.
Esas 13 víctimas, entre ellas mujeres y niños, figuraban entre las más de 500 personas que intentaron escapar de la ciudad de Andizhán para intentar pasar a Kirguistán, indicaron habitantes. Según un testigo, los soldados llegaron de la base militar de Ayim. "Vi cómo les disparaban. Había mujeres y niños", declaró el hombre, de unos 60 años de edad.
En Andizhán, escenario el pasado viernes de una insurrección violentamente sofocada con saldo de 600 muertos, se registraban disparos esta noche, pero hasta al cierre de esta edición no fue posible determinar de dónde provenían ni quiénes eran los autores de éstos.
Durante la jornada de hoy se observó un ambiente de calma en las calles de Andizhán, donde aumentó el número de transeúntes.
Unos 500 cadáveres fueron llevados a una escuela de esa localidad, precisó la responsable de la ONG uzbeka Animokur, Gulbahor Turdiyeva. Otro centenar de cuerpos estaba en un colegio de la construcción, añadió.
Sin embargo, este lunes las autoridades dieron un balance muy inferior. Un responsable uzbeko en Andizhán indicó que según cifras del ministro del Interior, Zakir Almatov, más de 70 personas fallecieron el viernes y 70 "organizadores de disturbios" fueron detenidos.
La secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, pidió al gobierno de Uzbekistán que emprenda una enmienda política para evitar nuevos brotes de violencia. "Hemos animado al gobierno de Karimov a hacer reformas, a crear un sistema más abierto", afirmó.
Rice matizó que todavía es confuso lo ocurrido en las revueltas de la semana pasada, y señaló que ahora la prioridad es evitar una nueva oleada de violencia y ayudar a los refugiados.
Antes, el Departamento de Estado instó al presidente de Uzbekistán a que permita a la Cruz Roja Internacional tener acceso a las zonas donde se produjeron los enfrentamientos. El portavoz Richard Boucher dijo que la estabilidad depende de que el gobierno uzbeco garantice los derechos humanos y de que se imponga la ley, y condenó las acciones violentas de los manifestantes que llevaron a la destrucción de varios edificios gubernamentales.
Por su parte, el gobierno británico calificó de "injustificable" que las fuerzas del orden de Uzbekistán dispararan contra civiles en Andizhán, y pidió que la región se abra a los diplomáticos y periodistas extranjeros.
El ministro de Relaciones Exteriores, Jack Straw, precisó en conferencia de prensa que el embajador británico en ese país, David Moran, se reunió esta mañana con el ministro de Relaciones Exteriores uzbeko, Elyor Ganiyev, para solicitarle "un acceso inmediato" en Andizhán para la Cruz Roja y Naciones Unidas, así como para diplomáticos y representantes de la prensa internacional. De acuerdo con Straw, el ministro uzbeco aceptó organizar una visita para diplomáticos y periodistas este martes.