La celebración gratuita, organizada por el grupo y los gestores y talleristas de Faro Oriente

Con todo y lluvia miles festejaron con Panteón Rococó sus 10 años

El grupo de danza infantil de la escuela de artes y oficios animó las rolas de los panteoneros

"Nunca imaginamos que este cumpleaños sería tan increíble, sobre todo por el trabajo esta escuela"

MARIANA NORANDI

Por momentos parecía que la fiesta del décimo aniversario de Panteón Rococó se iba a aguar con las primeras lluvias de mayo. Pero ni los amenazantes nubarrones, los continuos relámpagos o las intensas precipitaciones que irrumpieron la tarde, pudieron ahuyentar a las 12 mil personas que se concentraron el sábado en la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Oriente para festejar a una de las bandas de ska más admiradas del país.

El acto, organizado por los músicos, los gestores de la Faro y los talleres de esta escuela de artes, comenzó a las 2 de la tarde. En el salón escénico fueron tres horas de cortometrajes, que abarcaron el tema de la tolerancia y el respeto a los derechos humanos. En el jardín, diferentes diyéis tocaron hasta las seis de la tarde. Algunos jóvenes bailaron, pero otros prefirieron escuchar la música bajo la sombra de los pinos, ya que a esas primeras horas todavía el sol era fuerte. Un ambiente de tranquilidad y armonía se respiró desde el principio del festival, refutando los prejuicios que a veces existen en torno de las concentraciones masivas de jóvenes rocanroleros.

En el espacio exterior de graderías, los sonideros pusieron a mover los esqueletos de los más bailadores con cumbia, merengue y demás ritmos latinos. "De reversa mami, de reversa mami..." bailaron con sensualidad un grupo de chavitas animando a los mirones a salir a la pista. En el lado derecho del escenario central, una pista de patinetas absorbió a un grupo de muchachos que disfrutó el festival minetras volaba con su patín frente a un montón de jóvenes que observaba con admiración su destreza.

A las 4:30 de la tarde, respetando rigurosamente el horario establecido, el trío de Doverman inauguró el escenario central. Hizo una música al estilo más clásico de punk británico. Con rolas como Psicosis abrió el slam y demostró que esta banda no sólo tiene calidad, sino que conecta de manera extraordinaria con el público. El escenario fue decorado con tres calacas de 9 metros de longitud que realizó el taller de cartonería. Mientras se realizaba el concierto, algunos jóvenes, pertenecientes al taller de fotografía, capturaban imágenes de la fiesta, las cuales expondrán en el Faro. Otros, miembros del taller de periodismo, vendían la revista Iztapalabra.

A las 6 de la tarde, subió el grupo de punk rock Riesgo de Contagio. A esas horas el slam se encendía más y con canciones como Vámonos de aquí, esos músicos demostraron la versatilidad de ritmos que manejan. Tras una hora de actuación, se despidieron cuando las primeras gotas de la tarde comenzaban a caer. Mientras los técnicos preparaban el escenario para los panteoneros, Radio Faro transmitía música y pedía a Tlaloc, dios de la lluvia, que detuviera el chaparrón. La gente comenzó a cubrirse con bolsas y capitas. Los que no tenían con qué resguardarse, prefirieron bailar y jugar bajo la lluvia.

A las 8:30 de la noche la lluvia se detuvo y media hora más tarde de lo programado, Panteón Rococó salió al escenario para cantar Dime. Jóvenes, niños y adultos se pusieron a bailar olvidando lo mojados que estaban. Mientras se desarrollaba el concierto, equipos de la producción discográfica de la banda, registraba el sonido y las imágenes del espectáculo para la posterior edición de un dvd y un disco en vivo.

El primer invitado de la noche fue Flavio Cianciarulo, bajista de Los Fabulosos Cadillacs y representante de Panteón. Interpretó Mal bicho. Luego, cantaron Marcos's hall, dedicada al Sub. Durante esa rola integrantes del grupo de danza infantil del Faro bailaron con paliacates zapatistas y, con gran fuerza, mostraron su apoyo al EZLN y simbolizaron la semilla de hombres y mujeres que exigen un México más justo.

Invitados al escenario

De igual manera, en el tema Asesinos, que hace referencia a la violencia política y social que vivimos, subió al escenario el coro de niños que cantó el estribillo de la canción. Luego la banda tocó Mercenario, de Juguete Rabioso, del que confesaron fue una de sus primeras influencias musicales. El Pato, de La Maldita Vecindad, la tocó con ellos. Cuando interpretaron Cúrame subió el vocalista Roco, y para Nada pasó El Sax, ambos de la misma banda.

En algunas canciones, el grupo de danza de sombras del Faro, bailó tras una pantalla lateral que reflejaba sus siluetas en movimiento, resultando un recurso muy creativo. Pero la noche contó con muchos invitados. Como con la cantante Odisea Valenzuela, del grupo Los de Abajo, que interpretó Cosas del ayer o del roquero Benjamín Anaya que los acompañó en la guitarra en La rubia y el demonio. Tras más de 2 horas y media de concierto, el grupo de batucada del Faro, subió al escenario y tocó con ellos. Todos, batucada y Panteones, se despidieron del público a ritmo de samba y cumbia en medio de un ambiente festivo.

Acabada la fiesta, Luis Román, vocalista de Panteón, comentó: "Nunca nos imaginamos celebrar este cumpleaños de una manera tan increíble. El resultado del concierto era lo de menos, lo importante fue el trabajo con la gente del Faro. Además pudimos romper con el estigma de que el rock es sólo para jóvenes, porque en el slam había hasta padres de familia. El rock es una fiesta para todos y, cuando trabajamos con honestidad, podemos demostrar que sabemos comportarnos y que no tiene por qué existir violencia".