Las acciones de la resistencia dejan al menos 10 muertos; encuentran 34 cadáveres
Visita sorpresa de Rice a Bagdad; ofrece mayor entrenamiento militar a iraquíes
Según sondeo de la revista Time 47% de estadunidenses desaprueba gestión de Bush
Ampliar la imagen Condoleezza Rice, secretaria de Estado estadunidense, en rueda de prensa ayer con el primer ministro de Irak, Ibrahim Jaafari, en la Zona Verde de Bagdad, durante una visita sorpresa de la funcionaria al pa��be. En la imagen derecha, ni�en los escombros de sus hogares destruidos por el ej�ito estadunidense durante una ofensiva contra presuntos insurgentes en Kerbala FOTOS Ap y Reuters
Bagdad, 15 de mayo. La secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, realizó este domingo una sorpresiva visita a Irak, al tiempo que las autoridades iraquíes informaron que hallaron 34 cadáveres y las acciones de la resistencia dejaron al menos 10 muertos.
Rice llegó a Irak bajo fuertes medidas de seguridad y en sus conversaciones con el primer ministro, Ibrahim Jaafari, analizó la necesidad de acelerar el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes para que puedan encargarse de tareas militares de mayor envergadura.
"Estamos luchando aquí contra un grupo de terroristas endurecidos que están determinados, como puede verse por sus crueles actos, a impedir el progreso del pueblo iraquí", dijo Rice en conferencia de prensa conjunta con Jaafari, al referirse al incremento de las acciones de la resistencia que han dejado en dos semanas más de 500 muertos.
"Yo les he asegurado a las autoridades iraquíes que tanto Estados Unidos como las fuerzas militares multinacionales se mantendrán aquí hasta que Irak sea capaz de defenderse por sí mismo", apuntó.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Stephen Hadley, explicó que el viaje de Rice forma parte de los esfuerzos de Washington para acercarse a las minorías iraquíes, entre ellas los sunitas, que controlaban a Irak bajo el régimen del derrocado presidente Saddam Hussein y ahora son la columna vertebral de la insurgencia.
Rice viajó primero a Erbil, al norte de Bagdad, y dijo que quería discutir las vías para lograr que el proceso político en Irak ayude a mitigar el impacto de la resistencia.
Más tarde se trasladó a Bagdad, donde se entrevistó -después de su breve encuentro con Jaafari-, con el presidente iraquí Jalal Talabani, y los ministros de Defensa y del Interior. Antes de viajar a la capital iraquí, Rice visitó la localidad de Salahadin para sostener conversaciones con el líder kurdo Masud Barzani.
Una vez en la capital iraquí, Rice agradeció a varios cientos de soldados estadunidenses y a un grupo de diplomáticos por los servicios prestados a Irak y sugirió que la liberación del pueblo iraquí del régimen de Hussein será algún día comparada con la caída de la cortina de hierro del sistema comunista en Europa.
Rice es la funcionaria estadunidense de mayor jerarquía que visita Irak desde que Jaafari, miembro de la etnia chiíta, formó su gobierno el 28 de abril pasado.
En tanto, la policía informó que encontró los cadáveres maniatados de 13 personas que fueron baleadas y sus cuerpos abandonados en un basurero de Bagdad.
Las autoridades dijeron también que los cuerpos de 11 iraquíes, cuatro de ellos decapitados, fueron hallados en la localidad de Iskandariya, al sur de Bagdad. Y en Ramadi aparecieron 10, los que el gobierno de Irak identificó como soldados que estaban desaparecidos y que fueron asesinados por los insurgentes.
Asimismo, en acciones de la resistencia, dos atentados suicidas en la norteña ciudad sunita de Baquba dejaron seis muertos y 24 heridos.
En Bagdad, un funcionario de la seguridad del Ministerio de Industria y su chofer fueron abatidos; y un representante del gran ayatola Alí Sistani, la figura religiosa chiíta más importante de Irak y uno de sus colaboradores, fueron asesinados, reportó la policía.
A todo esto, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, continúa su lucha por conseguir el respaldo popular para sus políticas, pero el éxito parece estar lejos, según encuesta de la revista Time dada a conocer este domingo, que revela que 47 por ciento de los estadunidenses desaprueba su gestión.
La aprobación al jefe de la Casa Blanca cayó por debajo de 50 por ciento en marzo pasado, debido principalmente a su manera de enfrentar los titubeos de la economía, el aumento de los precios de la gasolina y sus planes de reformar el programa de seguridad social.