Usted está aquí: lunes 16 de mayo de 2005 Política "Ridícula", la pretensión de EU de cerrar la frontera: Norberto Rivera

"No tienen nada de racistas" las declaraciones de Fox sobre los negros, opina

"Ridícula", la pretensión de EU de cerrar la frontera: Norberto Rivera

Ni Anthony Garza debe intervenir en asuntos internos ni México en los de Cuba, indica

JOSE ANTONIO ROMAN

Ampliar la imagen Migrantes y residentes de origen mexicano en Baldwin Park, California, organizaron el pasado s�do una competencia automovil�ica y una muestra artesanal en protesta contra las nuevas medidas del gobierno estadunidense para cerrrar el paso fronterizo a los trabajadores indocumentados y afectar los derechos de quienes han logrado establecerse en el vecino pa�FOTO Ap

En una fuerte crítica a las políticas antimigrantes de Estados Unidos, el cardenal Norberto Rivera Carrera calificó de "ridícula" la decisión del gobierno del vecino país del norte de ampliar la construcción de una barda que impida el paso de indocumentados.

Además, planteó que las expresiones del presidente Vicente Fox, quien hace unos días dijo que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos realizan empleos que ni siquiera quieren hacer los negros, "no tienen nada de racistas", pues cualquiera puede constatar esa realidad en aquel país.

Entrevistado luego de oficiar la misa de Pentecostés -festividad que tienen los católicos 50 días después de la Pascua para conmemorar la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles-, Rivera Carrera se refirió, siempre a pregunta expresa, al tema migratorio.

Consideró que la construcción de barreras está fuera de época. "Cuando el mundo sé está abriendo, cuando las mercancías y las comunicaciones se globalizan, es ridículo que se empiecen a poner bardas", expresó.

Sugirió que más que bardas y murallas lo que ambos países y pueblos necesitan es la construcción de "más puentes para relacionarnos mejor".

Respecto a las declaraciones del embajador estadunidense Anthony O. Garza, de que México carece de política económica y sobre la necesaria aprobación de las llamadas reformas estructurales, el cardenal señaló que los extranjeros, más aún cuando ocupan algún cargo de representación diplomática, deben abstenerse de opinar de los asuntos internos.

Sobre este punto recordó que en México estas intervenciones indebidas están consideradas como una falta de "cierta gravedad". De igual forma, aclaró que México también debiera abstenerse de opinar o intervenir en asuntos que competen a otros países, como es el caso de Cuba, nación con la que se tienen fuertes diferencias a causa del voto de México para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos envíe una misión a dicha isla.

Sumado a estas declaraciones del cardenal Rivera, el editorial de Desde la Fe, semanario que edita la arquidiócesis primada de México, criticó las "soluciones simplistas" que regularmente intentan las autoridades estadunidenses, pues van sólo en la línea de la represión, exagerada revisión aduanal, vigilancia fronteriza y un creciente y costoso armamentismo oficial, en el que lo recurrente es la violación de los derechos humanos de miles y miles de migrantes que cruzan la línea fronteriza en busca de empleo y mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.

No obstante, el texto advirtió que ni "muros de la ignominia", patrullas amenazantes, deportaciones interminables y negación de documentos de identidad, ni nada será suficiente para contener una migración que cuenta con un espacio de 3 mil kilómetros para cruzar y una necesidad económica todavía más grande.

"La reacción desesperada de algunos gobernantes y ciudadanos del vecino país los está llevando al enfrentamiento personal, que puede derivar en violencia criminal", se subraya en el editorial, que también señala que las autoridades y legisladores mexicanos tienen la ineludible responsabilidad de crear oportunidades necesarias para que los connacionales no tengan que salir de su país empujados por la necesidad y la pobreza.

Por otra parte, tanto en su homilía como en la breve entrevista a las puertas de la sacristía, el prelado felicitó a los maestros por la celebración de su día. Dijo que todos tienen el legítimo derecho de protestar, siempre y cuando no se violen los derechos de terceras personas, en alusión expresa a las manifestaciones que en ese momento realizaba el magisterio disidente en el Zócalo, en exigencia de mejores salarios y mayores recursos para la educación.

 
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