Usted está aquí: lunes 16 de mayo de 2005 Opinión DESDE EL OTRO LADO

DESDE EL OTRO LADO

Arturo Balderas Rodríguez

Una estrategia de largo plazo

LA FORMA EN QUE el presidente George W. Bush ha decidido retar a los representantes y senadores demócratas es síntoma de lo que pareciera ser una estrategia de largo alcance para garantizar la mayoría republicana en el Congreso y la continuidad de su partido en la presidencia.

SU POSTULACION DE John Bolton como embajador en la Organización de naciones Unidas (ONU) y la de Priscilla Owen y Janice Roger Brown a la corte de apelaciones ha sido por demás controvertida aun entre los propios miembros del Partido Republicano. En las audiencias de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado en las que se analizó la postulación de Bolton, hubo pruebas suficientes de lo inapropiado de la decisión presidencial. Además de su incapacidad para aceptar sus equivocaciones y el trato inapropiado a sus subordinados, el profundo desprecio que ha demostrado hacia la ONU son elementos suficientes para que el presidente hubiera recapacitado sobre lo equivocado de su decisión, pero no lo hizo. Insistió en apoyarlo, lo que obligó al comité a enviar la designación al pleno del Senado sin una recomendación.

EN EL CASO DE sus postuladas a la corte de apelaciones se han dado a conocer elementos suficientes para demostrar que su ideología ultraconservadora pondría en peligro el equilibrio que debe existir en un cuerpo judicial tan importante. En más de un editorial de la prensa estadunidense se ha dado cuenta de la reticencia de ambas a que la mujer decida sobre su reproducción y cómo sus decisiones han favorecido los intereses de las grandes corporaciones. En ambos casos el presidente se ha empeñado contra viento y marea en apoyar sus postulaciones, aun a sabiendas de que ello implica forzar a los miembros de su partido a defender algo con lo que ellos mismos parecen estar en desacuerdo.

COMO ES UN HECHO que los demócratas en el caso de Boltan votarán en contra y en el de Owen y Brown tratarán de retrasar la votación indefinidamente, parece que la estrategia es hacerlos ver ante los ciudadanos como intransigentes e incapaces de negociar, por lo que en las próximas elecciones los votantes optarían por quien es tolerante y capaz de negociar para la buena conducción del gobierno.

NO ES DIFICIL descubrir que detrás de esta estrategia muy probablemente esté Karl Rove, cuyas dotes garantizaron al presidente la relección. Tampoco es difícil saber que las postulaciones de este tipo seguirán sucediéndose y mientras más controvertidas sean mejor. Lo que no está claro es el beneficio para la causa republicana. Más de un miembro de ese partido está preocupado por la profunda división que los constantes enfrentamientos entre el presidente y los demócratas han causado en la sociedad estadunidense y los efectos que ello pudiera tener en las urnas. Veremos quién tiene la razón.

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