Domingo Scapola pone música al fallido desafuero de López Obrador

Tango contra las injusticias sociales

JAIME WHAELY

Entre ochos y firuletas que diestramente ejecutaban media docena de parejas, transcurrió buena parte de la noche.

Ya con música grabada, ya con los acordes lánguidos del bandoneón de Domingo Scapola, entre buen vino y apetitosas viandas, transcurrieron las horas.

Scapola, argentino nacionalizado mexicano y quien aquí reside desde hace tres décadas, se hace acompañar por Paco Barrón, en los teclados y Jaime Urquiza al canto, en sus actuaciones de viernes en este feudo de Oswaldo Caldú en la colonia Juárez.

Aquí, los adeptos del tango, encuentran refugio viernes y sábados ya entrada la noche. Llegan para ejercitar o aprender a dibujar en el aire los complicados giros que implica el bien bailar del tango. Una grácil bailadora profesional, Sonia Aguilera, encabeza la planilla de instructores,

El tango, reconoce Scapola, en Argentina es ya en mucho espectáculo sólo para turistas, género menguante, podría decirse, aunque, agrega, nunca fue masivo. Mas el bandoneonista recuerda, sin que pueda precisar la fecha, de un lleno hasta los topes en el estadio de Estudiantes de la Plata, cuando él formaba parte de la famosa orquesta de Héctor Varela. "para ir al baño necesitabas un agente de tránsito".

Semanalmente, cada viernes, Scapola, quien al ser inquirido sobre su edad responde que puede tener 40 o 100 años para agregar que hace gimnasia y practica el budismo, ofrece su recital de casi dos horas. El más reciente tuvo un toque especial, previo a su actuación, presentó su composición de nuevo cuño tituada Hombre alegre, hombre triste, y es un bolero-tango que en una parte de su letra dice "te está mirando el pueblo humilde, el que siente tu partida, concebida con maldad", que está dedicado al tramposo y hoy fallido desafuero del jefe de Gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador.

"Soy enemigo de las injusticias y, sin son sociales, peor", explica Scapola, partidario de Juan Domingo Perón en su país.

La parroquia de buena gana celebró la interpretación y en general estuvo de acuerdo de que el desafuero terminó en un tango.