Presenta el espectáculo multidisciplinario Cantos impuros, en el Centro de las Artes
Del Riego insta a romper con el modelo convencional de la música de concierto
El cantante y director escénico se manifiesta por hacer propuestas más frescas
La música de concierto está inmersa en el conformismo y la falta de crítica en cuanto a sus formatos de presentación, y esto se traduce no sólo en la enorme dificultad para crear nuevo público, sino en el riesgo de perder al que se tiene.
Así opina el cantante Hernán del Riego, quien, ante tal panorama, considera urgente comenzar a romper con el modelo convencional de concierto y hacer propuestas más frescas, acordes con las inquietudes y los recursos de nuestro tiempo.
''La estructura de ejecución en el mundo clásico me resulta ya artificial, demasiado rutinaria. Seguimos al pie de la letra prácticas y cánones muy antiguos, sin cuestionarlos, y lo único que provocan es que las personas se sientan ajenas y se alejen de los conciertos", explica.
''Estamos, pues, llenos de tradiciones frías, de una parafernalia de costumbres que no hacen sino distraer la atención de lo importante: el hecho musical. Contrario a lo que ocurre en otras expresiones, a los músicos nos falta ser más irreverentes.
''¿Quién pone en tela de juicio que en teatro, por ejemplo, se hagan adaptaciones libérrimas de algún clásico? Nadie. Mientras que todo mundo pondrá en duda si alguien pone en piano una obra de Bach. Es visto como algo sacrílego."
Por actualizar la vertiente barroca
Coherente con esa forma de pensar, el también actor y director escénico concibió el espectáculo Cantos impuros, propuesta escénica multidisciplinaria con la que se busca actualizar la música barroca, en particular algunas arias y oratorios, con el uso de instrumentos y elementos tecnológicos contemporáneos, como la guitarra eléctrica, la música pregrabada en cinta y la espacialización del sonido mediante bocinas.
A ello debe sumarse un discurso visual, con proyección de videos y fotografías, mediante el que se busca ilustrar la temática de cada pieza, sea la piedad, la misericordia u otro valor espiritual, además de la inclusión de fragmentos de textos alusivos a esos temas.
''Son cantos litúrgicos, pero abordados desde el punto de vista profano. Mi forma de cantar está apegada a los cánones ortodoxos barrocos, el aspecto irreverente está entonces centrado en la inclusión de esos otros elementos que me parecen más acertados para el oído y la mirada contemporáneos", indica.
Con este espectáculo -que se presentará hoy y mañana en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, a las 13 horas-, Hernán del Riego está muy lejos de sentirse transgresor, en el mal sentido del término, de las virtudes de la música barroca.
Destaca que el uso sin temor de elementos y recursos era algo muy habitual en épocas pasadas, pero que con el tiempo se fue perdiendo. Y ejemplifica recordando que Bach buscó crear el efecto de estereofonía con la incorporación de dos orquestas e igual número de coros en la parte lateral de las iglesias.
''Siento que nos hemos negado oportunidades maravillosas, lo mismo que alejado del público por seguir parámetros que ya nada aportan.
''Es urgente que en la música tengamos la capacidad de dar nuevas lecturas y nos aventuremos a hacerlas", rubrica Hernán del Riego