Reprochan miles a Lula promesas incumplidas
Prosigue marcha del Movimiento de los sin Tierra a la capital de Brasil
Ampliar la imagen Unos 12 mil campesinos �acreditados� participan en el recorrido, que comenz� 2 de mayo en Goiania en demanda de una reforma agraria FOTO Reuters
Brasilia, 13 de mayo. Caminan para llamar la atención de la sociedad brasileña sobre la grave situación de pobreza y desigualdad en el campo, y para exigir al presidente Luiz Inacio Lula da Silva la aceleración de la reforma agraria y cambios en su política económica. La era Lula va consumiendo etapas y los sin tierra denuncian que las promesas siguen sin ser cumplidas.
El Movimiento de Trabajadores sin Tierra (MST) llena cada día de banderas rojas la carretera Goiania-Brasilia, para completar una marcha por la reforma agraria y contra la política económica, que acabará en la capital el próximo 16 de mayo, donde al día siguiente tendrán lugar los actos finales.
Los cerca de 12 mil hombres, mujeres y niños están todos "acreditados" para "evitar infiltraciones", informó Joao Pedro Stédile, uno de los coordinadores del MST. Van cubriendo los kilómetros que separan la capital de Goias de Brasilia escuchando en directo los programas de Voces da Terra, la radio que emite desde la marcha.
Los participantes llevan a sus espaldas casi todo lo que necesitan: tiendas para dormir, víveres y hasta sus propias cocinas, todo para participar en este acto y hacer frente a la presión que el gobierno recibe de sectores como la burguesía del campo, pero también de organismos internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El plan de cada jornada viene a ser el mismo que el del día anterior. Los marchistas caminan hasta el mediodía en columnas de unos 5 kilómetros; por la tarde estudian donde acampan asuntos relativos a la reforma agraria, y la noche se dedica a actividades culturales. "Es un curso de formación y los trabajadores volverán a sus tierras más preparados", expresó el coordinador del MST a la agencia IPS.
Los convocantes de la marcha recordaron que mientras la política neoliberal continúa, cientos de miles de familias sin tierra viven en condiciones precarias, con problemas para alimentarse y para acceder a servicios básicos, como la educación. Así, el MST ha sabido construir una alternativa: ofrece clases a niñas y niños que participan en la marcha, para que no pierdan el ritmo de sus compañeros que se han quedado en los asentamientos y ocupaciones.
La marcha es la culminación de una iniciativa de lucha comenzada a principios de abril y que, por el momento, ha tenido su máxima expresión en la toma de 30 haciendas en el estado de Pernambuco y en acciones en otras regiones. El año pasado, en una campaña similar, el MST ocupó 119 propiedades rurales en todo el país, la mayoría de ellas en Pernambuco, donde existen los mayores conflictos por tierras, precisamente porque ahí la brecha entre ricos y pobres es enorme.
El MST es el principal impulsor de la iniciativa, junto con otros movimientos integrados en Vía Campesina. En opinión de Stédile, la reforma agraria marcha más lenta de lo que necesitan los campesinos por tres factores: porque el Estado brasileño está montado para favorecer sólo a los ricos; por la gran influencia del agronegocio, y por la actual política económica, que considera "similar" a la de gobiernos anteriores.
De hecho, Lula prometió entregar tierras a 430 mil familias durante su gobierno de cuatro años, comenzado el primero de enero de 2003, pero según los datos oficiales más recientes, sólo ha asentado en tierras productivas a 81 mil, aunque el MST ofrece cifras distintas: sólo se habrían beneficiado 35 mil, ni la décima parte de lo prometido para el cuatrienio, cuando el ecuador de la legislatura está ampliamente superado.
A finales de abril, Lula ofreció su primera conferencia de prensa desde que llegó al gobierno. Lo hizo en el palacio presidencial y las cuestiones económicas dominaron el acto. Al mandatario se le pidió que mencionara los "tres mayores errores de su gobierno". Admitió la insuficiencia de obras de reparación en las deterioradas carreteras, la derrota este mismo año en la elección del nuevo presidente de la Cámara de Diputados y la política contra la inflación, a la que ha querido combatir exclusivamente mediante el aumento de tasas de interés, lo que ahora considera erróneo. En cualquier caso, el presidente descartó cambios en su política económica y expresó su "total confianza" en su ministro de Hacienda, Antonio Palocci. "Somos carne y uña", aseguró. Redondeó la idea mencionando los "avances económicos" habidos estos dos años y pico, lo que le permite "dormir tranquilo".
Stédile explicó que en Brasilia harán manifestaciones frente a lo que llamó "los dos centros de poder en Brasil: la embajada de Estados Unidos y el Ministerio de Hacienda". A Brasil le falta "un proyecto de desarrollo nacional" para movilizar esfuerzos e incorporar a la producción y al mercado a 4 millones de familias campesinas sin tierra. Si se destinaran a cada una de ellas 15 hectáreas, aun así se ocuparía sólo la mitad de las tierras que hoy forman parte de grandes extensiones improductivas, argumentó.
Dieciséis puntos para empezar por algún lado
Los marchistas llevarán a las autoridades y difundirán entre la población un pliego de 16 puntos que incluye la demanda de que el gobierno cumpla sus compromisos de reforma agraria y diversas propuestas para cambiar la política económica. También se aboga por no firmar el ALCA, por rechazar las reglas de la OMC, por hacer la auditoría de la deuda externa que prevé la Constitución y por negociar su valor, ya pagado varias veces. Reclaman condenar la política de guerra de Bush, exigir su retirada de Irak y retirar las tropas brasileñas de Haití. Igualmente, defender la Amazonia y la biodiversidad de los intereses de las trasnacionales. Los sin tierra también exigen sancionar ejemplarmente a los latifundistas autores de ataques contra trabajadores.