Negociaciones en secreto
Las negociaciones entre la Secretaría de Educación Pública y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación literalmente se realizan en lo oscurito. Sea en las oficinas alternas de Vito Alessio Robles, en la colonia Florida, o en hoteles de gran lujo como el Meliá Reforma, en el centro, las partes cada día cambian de sede como si se tratara de un secreto de seguridad nacional.
Las bases magisteriales no saben qué se negocia ni para quién. Sólo tendrían este domingo, o en los próximos días, la noticia de un magro incremento salarial, que de acuerdo con la pauta de los recientes meses rebasaría 4.3 por ciento, mientras el deterioro educativo se acentúa cada vez más.
Tan sólo para la planta física de las escuelas públicas de educación básica del país, hacen falta 20 mil millones de pesos, más allá de cualquier declaratoria triunfalista, señalan expertos como Olac Fuentes Molinar, ex subsecretario de Educación Pública.
Por ello, el trabajo político del sindicato no pierde su perfil: respeto a las decisiones de la dirigencia, atención a las prestaciones que mantienen la cohesión social de la base y acuerdos cupulares con una autoridad educativa que espera estabilidad aunque rechaza los avances en la reforma educativa.
José Galán