MEXICO SA
Lo que nos faltaba: además de ciego, Fox ahora se revela racista
El INEGI da cuenta del lacerante panorama laboral
Las rebanadas del pastel:
CON GANAS DE amargar el optimismo presidencial y tirar su disco rallado al cesto de la basura ("México avanza y avanza bien... en este gobierno el empleo crece a tasas históricas... este el sexenio con mayor número de puestos de trabajo generados"), el INEGI actualizó las nada gratas cifras del mercado laboral en el país.
SI DIAS ATRAS la información disponible permitía establecer que tres de cada 10 mexicanos se encontraban desempleados, subempleados y/o en la economía informal al cierre de 2004, la actualización del organismo gubernamental no puede ser más alarmante, porque eleva esa proporción a cuatro de cada 10 al concluir el primer trimestre de 2005, es decir que 40.8 por ciento de la población económicamente activa del país se encuentra en esa circunstancia, alrededor de 17 millones de mexicanos.
LAS CIFRAS ACTUALIZADAS al cierre del primer trimestre de 2005 indican lo siguiente (de 14 años en adelante):
POBLACION SUBOCUPADA (LA que declaró tener necesidad y disponibilidad para ofertar más horas de trabajo que las que su ocupación actual le permite) sumó 3.6 millones de personas, lo que representa 8.5 por ciento de la población económicamente activa y 8.9 por ciento de la población ocupada. Estos porcentajes son más altos en los hombres que en las mujeres: 50.6 por ciento de los trabajadores son subordinados y remunerados; 36.7 por ciento trabaja por cuenta propia; 7.6 por ciento es trabajador no remunerado y 5.1 por ciento es empleador. El sector de actividad con un mayor número de subocupados es el de servicios, que concentra a 1.9 millones de personas (52.3 por ciento del total); le sigue el secundario con 933 mil, y el primario con 796 mil personas.
POBLACION OCUPADA EN el sector informal: en el primer trimestre de 2005 sumó 11.5 millones de personas, es decir, 28 por ciento de la población ocupada (al inicio del sexenio foxista representaba 24.9 por ciento).
DESEMPLEO ABIERTO: 1.7 millones de personas se encontraban en esta situación a nivel nacional, cifra equivalente a una tasa de 3.9 por ciento, contra 1.5 al inicio del "cambio". La desocupación desagregada según el tamaño de las localidades es la siguiente: en las rurales de menos de 2 mil 500 habitantes, 2.1 por ciento; de 2 mil 500 a menos de 15 mil pobladores, 3.1 por ciento; de 15 mil a menos de 100, 3.5 por ciento; de 100 mil en adelante (las más urbanizadas), 4.9 por ciento.
LAS ANTERIORES SON las cifras oficiales más recientes, mismas que resumen una lacerante realidad que de ninguna manera tiene cupo en el discurso oficial, en general, y mucho menos en el presidencial, en particular.
LEJOS DE ELLO, ayer el inquilino de Los Pinos agregó una raya más a su ya por sí desgastado disco: "vamos con paso firme, no es trote que canse, sino paso que va a durar, y el país va a estar creciendo constantemente por la prudencia, por la disciplina, por el orden en el manejo de las finanzas... Por eso yo he dicho que la macroeconomía manejada con disciplina y con orden, sin populismo y sin irresponsabilidad, es lo que más produce para una familia de bajos ingresos o para una familia pobre".
¿QUE HACER CON un presidente de la República que se niega a enfrentar la ingrata realidad e intenta esconderla con discursos fatuos? En primera instancia, no repetir el numerito en las urnas.
POR CIERTO, ADEMAS de ciego ahora el inquilino de Los Pinos se declara abiertamente racista. Ayer, al hablar sobre la Real ID del gobierno estadunidense y defender, supuestamente, a la paisanada expulsada de su tierra, se animó a declarar lo siguiente: "no hay duda de que los mexicanos, llenos de dignidad, voluntad y capacidad de trabajo, están haciendo trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer allá en Estados Unidos". Alguien debería conectarle la pituitaria antes de pasarle el micrófono.
ES TODO UN caso el inquilino de Los Pinos, y cuando él no resbala otros en la administración del "cambio" le echan una manita. Apenas el miércoles afirmaban tener "un problema de conflicto de normas" que les impide "hacer público mediante el Instituto Federal de Acceso a la Información los recursos y las operaciones de todos los fideicomisos" del gobierno federal, y ayer el IFAI los desmintió.
LA SECRETARIA DE Hacienda "no se opone a la transparencia de los 705 fideicomisos vigentes" que tienen recursos públicos, incluso del ámbito privado, se disculpaban ante los senadores el subsecretario de Egresos, Carlos Hurtado, y el procurador Fiscal de la Federación, Luis Mancera, y aseguraban que "hoy la misma Ley de Transparencia, en su artículo 14, señala qué información es reservada, y entre ésta se encuentra: los secretos comercial, industrial, fiscal, bancario, fiduciario u otro considerado como tal por una disposición legal".
PUES RESULTA QUE no, y el IFAI estableció que "no existe conflicto entre la Ley de Transparencia y la Ley de Instituciones de Crédito, respecto a la apertura de información de fideicomisos públicos. Este organismo ya ha ordenado la apertura de numerosos fideicomisos, como el de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública (Transforma México), y el secreto fiduciario no puede ser invocado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en fideicomisos públicos".
CON COPIA PARA ambos funcionarios, el IFAI establece que "la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental de ninguna manera impide otorgar a particulares información sobre fideicomisos públicos, sino que, por el contrario, es gracias a esa ley que se garantiza que la sociedad conozca el uso y destino de recursos públicos federales, así estén depositados en fideicomisos o cuentas bancarias".
EL ATRACO A la nación está a la orden del día: retoños por allá, consejeros electorales por acá, oficinas de apoyo a "primeras damas" por acullá, gruesos salarios entre los funcionarios de primer nivel, tangas y libros con cargo al erario, dineros públicos para que Gobernación promueva un México en Paz, etcétera, etcétera. Y eso que aún no inician las campañas electorales para el gran hueso 2006. Todo, en un país de indigentes.