Países integrantes prevén concluir en 2006 negociaciones para reducir trabas al comercio
Pascal Lamy, próximo director de la OMC; Doha, el primer reto
El francés, partidario de la globalización controlada
El uruguayo Carlos Pérez, autoproclamado abanderado de las naciones en desarrollo, retiró su candidatura para encabezar el organismo mundial
Ampliar la imagen El ex comisario de Comercio de la Uni�uropea, Pascal Lamy FOTO Afp
Ginebra, 12 de mayo. El francés Pascal Lamy dirigirá la Organización Mundial del Comercio (OMC) a partir del primero de septiembre, tras superar en el proceso de selección a su adversario, el uruguayo Carlos Pérez del Castillo, que anunció este viernes la retirada de su candidatura.
El futuro director de la OMC tendrá como primer reto llevar a buen puerto el ciclo de negociaciones de Doha sobre la liberalización de los intercambios comerciales. Este ciclo, lanzado en noviembre de 2001 en la capital de Qatar para reducir las trabas al comercio mundial, debía en principio haber sido concluido el 31 de diciembre de 2004.
Los 148 países miembros de la OMC esperan ahora terminar sus negociaciones a fines de 2006, con dos años de retraso. A cambio de concesiones en materia agrícola, los países ricos piden a las naciones en desarrollo que abran más sus mercados a los productos industriales y a los servicios.
La próxima etapa de negociaciones importantes será la conferencia ministerial prevista del 13 al 18 de diciembre en Hong Kong. Los países miembros tendrán que aprobar entonces "las modalidades" de la negociación, es decir la arquitectura general de un acuerdo final.
Aunque no intervenga de forma directa en las negociaciones, el jefe de la OMC puede influir en los países, al tener contacto directo con los principales dirigentes mundiales.
Al presentar su candidatura en enero pasado, Lamy aseguró que la conclusión de este ciclo de negociaciones debía ser "nuestra prioridad número uno, número dos y número tres".
El candidato derrotado a dirigir la OMC, el uruguayo Carlos Pérez del Castillo se había declarado por su parte "optimista" respecto al éxito del ciclo de Doha. "Si no, volvemos a la ley de la jungla, a los acuerdos bilaterales, al proteccionismo", explicó en declaración el 10 de mayo.
Lamy, de 58 años, ex comisario europeo de Comercio (1999-2004), obtuvo más apoyos que Pérez del Castillo, que se proclamaba abanderado de las naciones en desarrollo, tras un proceso de consultas de una semana con los 148 países miembros de la OMC.
La keniana Amina Mohamed, presidenta del Consejo General de la OMC, que tuvo la responsabilidad de conducir ese proceso, decidió "recomendar" a Lamy tras escuchar la opinión de los miembros de la organización.
Amina Mohamed "recomendará a Pascal Lamy", reconoció el embajador uruguayo Guillermo Valles-Galmes. "He pedido a mi gobierno que retire mi candidatura y llamé por teléfono a Pascal Lamy para felicitarlo", declaró Pérez del Castillo, ex embajador de Uruguay ante la OMC.
Salvo un improbable veto de uno o varios países, Lamy debe ser oficialmente nombrado en el cargo el próximo 26 de mayo, en el curso de una sesión plenaria del Consejo General de la OMC. Asumirá su cargo, por un mandato de cuatro años, el primero de septiembre, en sustitución del tailandés Supachai Panitchpakdi.
Producto puro de la función pública francesa, este socialista cercano al ex presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, espera lograr la síntesis entre países industrializados y países en desarrollo, cuya influencia es creciente en la OMC.
Desde hace un mes, este partidario de una globalización "controlada", ya se consideraba el favorito en la carrera para dirigir la organización. Tenía el apoyo de países muy variados, y no solamente industrializados, "lo que lo convierte en un candidato de consenso", explicó Omar Hilale, embajador de Marruecos.
El número y la identidad de los países que apoyaron a uno u otro candidato no fue conocido, ya que cada Estado mantuvo secreta su opción. La principal incógnita es la de Estados Unidos, aunque los diplomáticos consideran que muy probablemente Washington apoyó a Lamy.
Otros dos candidatos iniciales, el brasileño Luiz Felipe de Seixas Correa y el canciller de Isla Mauricio, Jayen Cuttaree, fueron eliminados en abril tras las primeras consultas.
La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, se congratuló el viernes del anuncio, estimando que Lamy tiene "cualidades únicas" para dirigir la OMC en un momento "crucial".
El próximo reto de la organización será llevar a buen puerto las negociaciones de liberalización comercial cuyo fracaso más espectacular se produjo en septiembre de 2003, en la conferencia ministerial de Cancún (México), que degeneró en un enfrentamiento Norte-Sur sobre las subvenciones otorgadas por los países ricos a sus agricultores.
La maquinaria tardó un año en volver a ponerse en marcha, tras un acuerdo en Ginebra -sede de la OMC- mediante el cual la Unión Europea aceptó debatir el fin de las subvenciones agrícolas a la exportación.
La próxima etapa importante será la conferencia ministerial prevista del 13 al 18 de diciembre en Hong Kong. Los países miembros tendrán que aprobar entonces "las modalidades" de la negociación, es decir la arquitectura general de un acuerdo final.
La OMC se creó el primero de enero de 1995 para remplazar al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) y funciona por consenso, es decir que cada país tiene derecho a veto, una norma cada vez más difícil de aplicar con la participación en la OMC de 148 estados, entre ellos todos los grandes salvo Rusia, Irán y Arabia Saudita, que esperan su adhesión junto a otra veintena de países.
Es una institución "pilotada", una expresión diplomática que significa que su director general no puede imponer decisiones a los estados. A pesar de estar acusada de servir los intereses de las multinacionales, la OMC es la única arena internacional donde las grandes potencias pueden ser condenadas, tras ser demandadas por países pequeños.