Usted está aquí: viernes 13 de mayo de 2005 Sociedad y Justicia Encarcelan a médico por enfrentar el monopolio sindical de la FSTSE

El doctor Antonio Sánchez intentó crear gremio disidente y le fabricaron un fraude

Encarcelan a médico por enfrentar el monopolio sindical de la FSTSE

Ahora libre, el dirigente advierte que regresará a la lucha en defensa de sus compañeros

PATRICIA MUÑOZ RIOS

Un año y dos meses de cárcel le costó al doctor Antonio Sánchez Arriaga haber enfrentado a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) y buscar el registro del Sindicato Independiente de Trabajadores de Salud, integrado por médicos, enfermeras y demás personal del Hospital General de México.

Según su testimonio le fabricaron el delito de "fraude genérico" por el supuesto robo de patrimonio de trabajadores, fue encarcelado y sentenciado a 39 años y 9 meses de cárcel. Su familia fue víctima de hostigamiento y en el Reclusorio Norte, adonde fue remitido, recibió múltiples "advertencias" de que no iba a prosperar ninguna apelación. Todo ello por haber enfrentado el poder del sindicato "charro" de la Secretaría de Salud, dirigido por el sobrino del líder de la FSTSE, Marco Antonio García Ayala, según relató el propio médico a este periódico.

El 11 de abril del presente año salió libre, pues los 24 trabajadores a los que supuestamente defraudó retiraron los cargos. "Fuimos utilizados por García Ayala, porque nos pidió que lo ayudáramos en esto y luego nada más nos dio las gracias y dijo que le cobráramos a Sánchez Arriaga. Nos dejó colgados", le confió Lina Urrutia Arredondo, representante de los defraudados, quien no tuvo objeción en otorgar el perdón al doctor injuriado.

Ahora libre, tras lograr que todos los trabajadores lo exculparan, advierte que regresará a retomar su cargo como dirigente del Sindicato Independiente de Trabajadores de Salud, organización que sobrevivió al encierro de su secretario general y obtuvo su registro definitivo ante la Secretaría del Trabajo.

Según planteó Sánchez Arriaga, espera recuperar la membresía de esta organización, rasurada y acosada por el comité ejecutivo del sindicato oficial, e incluso se plantea abrir algunas secciones en otras entidades y convertir a esta organización en nacional -dado que ya hay jurisprudencia que indica que puede haber dos sindicatos del mismo gremio-. Además peleará legalmente su reinstalación como trabajador del Hospital General de México, la cual de entrada se le negó en un escrito fechado el 29 de abril de 2005.

Por lo pronto, con el propósito de buscar una afiliación a otra central obrera, esta organización lleva a cabo pláticas con dirigentes de la nueva Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, integrada por varias organizaciones que abandonaron las filas de la FSTSE, comandada por Joel Ayala, la cual según señaló el dirigente "se seguirá desmoronando porque los trabajadores ya no están dispuestos a mantener reinados, soportar contubernios familiares y que se continúe entregando prestaciones".

Expuso que en asamblea del 2 de julio de 2000 se constituyó el Sindicato Independiente de Trabajadores de Salud y que el 18 de septiembre de 2003 logró el reconocimiento definitivo por parte de la dirección general de Registro de Asociaciones de la STPS. Y un día después de obtener esta anuencia oficial, el 19 de septiembre, se dictó la sentencia en contra del secretario general. El 9 de enero de 2004 le otorgaron el registro definitivo y la toma de nota a esta organización y 12 días después, el 21 de enero de ese mismo año se ratificó la sentencia para su encarcelamiento. El 9 de febrero buscó el amparo y se le negó el recurso, así como toda apelación.

Sánchez Arriaga planteó que el contubernio armado para meterlo a la cárcel consistió en que terceras personas -entre ellas, Gracia Alvarez Estrada- pidieron dinero a su nombre para supuestamente tramitar créditos hipotecarios. Así se defraudó a 24 personas por un monto total de 450 mil pesos; sin embargo, estos recursos nunca llegaron a sus manos, sólo utilizaron su nombre.

"¿Por qué continuar la lucha, después de todo lo que ha pasado?", se inquirió al dirigente, a lo que expuso que en el país hay "una crisis sindical muy grave, que está minando estas organizaciones y que ha remitido la lucha sindical a un juego sucio de negocios e intereses económicos. Centrales como la FSTSE ya no tienen mucha vida por delante, pues hay demasiada inconformidad de los trabajadores, porque los sindicatos charros que la integran se han convertido en un botín y sus líderes se han enriquecido y vendido.

"Lo real -prosigió- es que al Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud y a la propia Federación, lo que les preocupa no es perder afiliados, sino sus cuotas. Sólo el Hospital General significa más de 400 mil pesos mensuales de cuotas sindicales, ésa es su preocupación y no los derechos de los trabajadores", dijo, y concluyó con una dura frase: "por eso, mientras no me maten, yo seguiré luchando".

 
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