Usted está aquí: miércoles 11 de mayo de 2005 Cultura Miquel Barceló va detrás de la razón de ser, última y primigenia, de la pintura

Recorrido por 20 años de su estética en una exposición, anuncia el curador

Miquel Barceló va detrás de la razón de ser, última y primigenia, de la pintura

MERRY MAC MASTERS

Ampliar la imagen Le march�es ch�es (El mercado de las cabras), 1994, obra de Barcel�cluida en la muestra que albergar�l recinto de Reforma y Gandhi FOTO Cortes�Museo Tamayo Arte Contemporaneo

Catapultado a la fama en los años 80, junto con artistas como el italiano Francisco Clemente y el estadunidense Julian Schnabel, a raíz de su participación en Documenta VII, en 1982, el pintor español Miquel Barceló (Mallorca, 1957) tuvo un encuentro fortuito con Africa que lo confrontó con sí mismo y le reveló que su búsqueda, en efecto, estaba dentro de su ser. Sólo tenía que sacarlo.

En lugar de vivir de los dividendos de su éxito como artista joven, porque su obra fue asociada en lo estético con el neoexpresionismo alemán y estadunidense, el creador se preocupó por ir detrás de la razón de ser ''última y primigenia'' de la pintura, como lo califica Christian Domínguez, curador de la exposición Miguel Barceló, que recorre 20 años de su trayectoria artística.

Integrada por más de medio centenar de obras, en su mayoría pintura, aunque también hay escultura, la muestra será inaugurada mañana a las 20 horas en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo. Antes itineró en el Centro de Arte Kestnergesellschaft, de Hannover, Alemania, la Pinacoteca del Estado de Sao Paulo, Brasil y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey.

Diálogo con estudiantes

Hoy a las 16 horas, en el Centro Cultural de España (Guatemala 18, Centro Histórico), Barceló platicará con los estudiantes de artes plásticas sobre las motivaciones de su estética.

Entre las directrices de la obra de Barceló, el curador pide no perder de vista que es un artista mallorquino y tiene un posicionamiento estético muy mediterráneo, aunque no es el único. Es un creador para el cual ''la interpretación del entorno es muy evidente y muy directa''.

Aunque exploró el conceptualismo a mediados de los años 70, ''no es un artista de herencia fría, mental, sino que viene por otro camino y apuesta por unos valores, digamos, eternos de la obra de arte''.

Domínguez acota que muchos han criticado a Barceló de ser ''anacrónico'' por el simple hecho de pintar. Sin embargo, él decide apostar por el valor de la pintura y seguir radicalmente evolucionando dentro de ese camino.

Si Barceló ha ''saltado'' mucho dentro de la pintura, para Domínguez, a partir de 1995 aquél tomó un camino hacia una pictórica más consciente de sí mismo. Pero, más que autorreferencial, una pintura que busca prescindir de lo accesorio, sean elementos literarios, ornamentales o simbólicos. En caso de manejar una simbología, ya son metáforas de dimensión muy amplia.

Las obras más recientes son planos tridimensionales, porque la materia se desprende, literalmente, varios centímetros del lienzo. Además, muchas veces hace falta recorrer un ángulo de 180 grados para apreciar el cuadro en su totalidad.

De acuerdo con el entrevistado, en las metáforas del mar, de una caverna o de un fondo marino, ''nos cabe en la memoria colectiva casi toda la historia de occidente''. Barceló, agrega, es capaz de conseguir mediante la representación de una minucia, un universo de conexiones y vínculos.

 
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