Pese a su presencia en el mercado laboral aún carecen de autonomía socioeconómica
OIT: mujeres, 40 por ciento de la PEA; el empleo para el sector, mal remunerado
Campesinas, migrantes, jóvenes, ancianas y discapacitadas, expuestas a la desigualdad
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que pese al incremento de mujeres en la fuerza laboral siguen las condiciones precarias de empleo para ese sector, pues continúa la brecha salarial respecto de los hombres, tienen menos posibilidades de acceder a un trabajo regular y asalariado, por lo que se integran a la economía informal, donde se enfrentan a bajo niveles de protección social y a condiciones laborales precarias.
Agrega que uno de los fenómenos más relevantes en cuanto a los mercados de trabajo ha sido la creciente incorporación de mujeres a la población económicamente activa. "Nunca antes el número de trabajadoras había sido tan grande, pues en la década de 1993 a 2003 aumentó de mil millones a mil 200 millones, mientras que la tasa de participación masculina en la fuerza de trabajo disminuyó en casi todas las regiones del mundo".
En un análisis llamado El empleo femenino: tendencias mundiales y acciones de la OIT, difundido en febrero pasado, advierte que aun cuando las mujeres tienen mayor acceso al mercado de trabajo no consiguen mayor autonomía socioeconómica ni una distribución equitativa de las responsabilidades familiares, además de que persisten "las desigualdades fundadas en el sexo y en el acceso a los recursos, por lo que siguen siendo un factor determinante de la creación y la perpetuidad de la pobreza material y humana".
Actualmente se estima que más de 40 por ciento de la población económicamente activa (PEA) del planeta son mujeres. Sin embargo, esta tendencia a incorporar mano de obra femenina también está acompañada de condiciones de precariedad en el empleo, ya que la preferencia por contratar mujeres suele estar vinculada con el hecho de que "se muestran dóciles y aceptan empleos de baja calificación y remuneración".
Por ello, alerta la OIT, "algunos grupos de mujeres están particularmente expuestas a las desigualdades en el mundo laboral, como es el caso de quienes trabajan en el campo, la economía informal, las migrantes, las jóvenes, ancianas y aquellas que padecen alguna discapacidad".
Además, el papel social de las mujeres vinculado al cuidado de los miembros de la familia y las tareas del hogar, implica mayores obstáculos para que puedan dedicarse a un empleo remunerado y un trabajo productivo.
El incremento en la participación del sector femenino al mercado laboral no está acompañado de la creación de oportunidades de "trabajo decente", ya que en épocas de crisis o recesión económica, éstas son las primeras en "desaparecer" de los empleos asalariados, por lo que se ven "forzadas" a incorporarse a la economía informal.