Humanoides en marcha

¿Las corporaciones fabrican robots humanoides sólo por interés publicitario o están a la caza de un nuevo mercado?

Economist Intelligence Unit /The Economist

El primero en llegar fue Asimo, robot que tiene la apariencia de un niño y que Honda presentó al mundo en 2000. Sony respondió con QRIO (se pronuncia curio) en 2003. Ahora se ha establecido una competencia entre las empresas japonesas para ver cuál es capaz de producir el robot humanoide más avanzado, y algunas empresas de Corea del Sur también empiezan a competir. ''En relación con los humanoides, las cosas se toman en serio'', dice Dan Kara, de la consultora Robotics Trends. ''Hay la decisión consciente de encaminarse en esa dirección''. Rivalidad corporativa, tecnología avanzada y deseo de publicidad, aunados a una fascinación por las máquinas que se asemejan a sus creadores humanos y la lejana expectativa de un nuevo y vasto mercado, han conspirado para crear una nueva generación de robots.

Claro está, la idea de robots humanoides no es nueva. Han sido parte del paisaje de la ficción desde que Karl Capek, escritor checo, los soñó en 1921 para su obra de teatro Los robots universale de Rossum. (''Robot'' viene de la palabra checa robota, que se refiere al trabajo realizado de manera forzada.) Desde entonces Hollywood ha producido incontables variaciones sobre el tema, desde la sofocante Falsa María de la obra maestra del cine mudo Metrópolis, de Fritz Lang, hasta el ingenioso C-3PO de La guerra de las galaxias y el implacable asesino de Terminator. Los robots humanoides se han instalado en nuestro subconsciente colectivo, ambientando nuestras visiones del futuro; ahora los gigantes de la industria japonesa gastan miles de millones de yenes en hacerlos realidad. Sus nuevos humanoides son un impresionante logro de la ingeniería: cuando Honda presentó Asimo, robot de cuatro patas que desarrolló durante casi 15 años, éste caminó con tal fluidez que parecía que su blanco y articulado exterior encubría a un ser humano. Honda continúa trabajando para que esta máquina sea más rápida, más amigable y más ágil. El pasado octubre, cuando Asimo entró al Salón de la Fama de los Robots en Pittsburgh, caminó hacia el escenario y aceptó él mismo su placa.

De 76 centímetros de estatura, el robot QRIO de Sony es más pequeño y más parecido a un juguete que Asimo. Camina, entiende un pequeño número de órdenes verbales y puede moverse de manera autónoma. Si se cae, se levanta y reanuda el paso. Puede incluso conectarse sin cables a Internet y transmitir lo que las cámaras de sus ojos ven. En 2003 Sony exhibió un QRIO mejorado, que podía correr. Honda respondió el pasado diciembre con una versión de Asimo que corre al doble de velocidad.

Toyota se unió a la contienda en 2004, con su propia familia de robots llamados Partner, uno de los cuales es un humanoide de cuatro patas que toca la trompeta. Sus dedos presionan los pistones del instrumento y tiene pulmones mecánicos y labios artificiales. Toyota espera ofrecer una versión comercial para 2010. Este mes, 50 robots Partner actuarán como guías en la Expo 2005 en Aichi, Japón.

Otras compañías japonesas, entre ellas Fujitsu, Sanyo, Hitachi, Mitsubishi y Epson han construido humanoides, muchos de los cuales caminan y comprenden unas cuantas órdenes verbales simples. Kawada Industries, empresa de construcción, ha planeado un robot de cinco extremidades, llamado HRP-2 Promet, con la habilidad de colocar un pie directamente delante del otro como si caminara en el tablón de los piratas. Se planea que ayudará a conducir cargas ligeras en sitios en construcción. También Corea del Sur entró al juego. El Instituto de Ciencia y Tecnología Avanzada ha creado a Hubo, humanoide del tamaño de un niño. Y se rumorea que Samsumg, el gigante sudcoreano de artículos electrónicos, trabaja también en un humanoide propio.

A pesar de su repentina proliferación, los humanoides son todavía una minoría mecánica. La mayoría de los robots del mundo son mudos y carecen de cara y de pies. Están atornillados en el piso de las fábricas, prensando partes de automóviles o soldando piezas de metal: son máquinas que fabrican máquinas. De acuerdo con Naciones Unidas, los requerimientos comerciales de robots industriales se elevaron 18% en la primera mitad de 2004. Pronto pueden ser superados en número por los robots domésticos, como aspiradoras, cortadoras de césped y limpiaventanas de movimientos autónomos, que se están vendiendo rápido. Pero ni los robots industriales ni los domésticos son humanoides.

Y eso es bueno, según Hans Moravec, especialista en robótica de la Universidad de Carnegie Mellon. ''La forma humana es un accidente de la evolución -dice-, y la imitación servil corresponde más al negocio del espectáculo que a la buena ingeniería''. No obstante que la tecnología robótica ha avanzado con rapidez, el doctor Moravec dice que aún es prematuro pretender que las máquinas puedan realmente emular las capacidades humanas. ''Un cilindro sobre ruedas, de tres brazos, que se arrastra escaleras arriba y se dobla cuando no se usa, puede ser una mejor configuración que un gran maniquí'', dice. Takeo Kanade, otro especialista en robótica de Carnegie Mellon, con lazos académicos en la materia a ambos lados del Pacífico, está de acuerdo: ''El cuerpo humano no es necesariamente el mejor diseño para un robot, contra la creencia de la mayoría de las personas de que la evolución nos hizo la máquina perfecta''.

Pero aunque la forma humanoide no sea perfecta, hay buenas razones para imitarla. A corto plazo, los robots humanoides han generado gran cantidad de publicidad: como prueban los agotadores programas de presentaciones de varios de ellos, ésa es por ahora su principal función. ''Asimo, el robot humanoide de Honda, es noticia dondequiera que va'', dice la página web de la compañía, en tanto Sony llama a QRIO un ''embajador de la empresa''.

A largo plazo, los humanoides podrían ser lanzados a servir como ayudantes domésticos, y como los hogares están diseñados para que los usen humanos, la forma de los humanoides debe ser de hecho la mejor. ''Los seres humanos hemos diseñado nuestro medio ambiente para acomodarlo a nuestra sicología'', observa Jeffrey Smith de Honda. ''Así que una forma muy eficiente para operar en ese mundo es la de un humanoide''.

En particular, los fabricantes de robots esperan gran demanda de humanoides asistentes para cuando la generación del baby-boom (los nacidos en la posguerra inmediata) se haga vieja. ''En el futuro habrá mucha más gente que necesite asistencia en sus hogares que personas dispuestas a tomar esos empleos'', dice Smith. ''Creo que sus primeros usos se darán en lugares de asistencia y, una vez que el costo baje al de un auto, entonces se les verá en los hogares''. Hideki Komiyama, de Sony, está de acuerdo: ''Los robots van a ser parte de la vida cotidiana", dice. ''Serán tan comunes como los celulares''.

Sin embargo, aunque nunca se materialice un mercado masivo de robots humanoides, existe una tercera y definitiva justificación para fabricarlos: su dificultad. Al diseñar humanoides, las compañías pueden demostrar sus habilidades y obtienen beneficios de los descubrimientos secundarios que surgen en el camino. Así como la meta de poner un hombre en la Luna repercutió en avances tecnológicos imprevistos que han sido aplicados con frecuencia fuera del campo de los viajes espaciales, los fabricantes de humanoides creen que acometer lo que ahora parece imposible podría redituar grandes dividendos después. Por tanto, se espera que la marcha de los humanoides continuará.

FUENTE: EIU/INFO-E

Traducción de textos: Jorge Anaya