Calidad de vida y áreas verdes
Uno de los indicadores utilizados en el mundo para medir la calidad de vida que disfrutan los habitantes de las ciudades es el promedio de área verde per cápita. En México no es ni la quinta parte del promedio, mientras la creciente expansión de la mancha de asfalto que registran las 100 ciudades principales avanza sin control sobre las áreas cubiertas con bosques o siembras agrícolas. En paralelo, los programas de reforestación de calles y avenidas no se dan al ritmo necesario y los pulmones verdes que conforman parques y bosques se deterioran por el abandono y la contaminación que producen el transporte y la industria.
Ejemplos clásicos de lo anterior son las áreas metropolitanas de las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla, a las que se agregan las de Xalapa, Oaxaca, León y Querétaro. Hay que destacar que, además, los bosques y los parques citadinos son, la mayoría de las veces, el único sitio de disfrute gratuito con que cuentan decenas de miles de familias.
En la ciudad de México, Chapultepec es el pulmón verde por excelencia en medio del asfalto. Especialmente su primera sección arrastra los problemas comunes a las áreas verdes cuando son visitadas por miles de personas, a lo que se suma la falta de cuidados de los mismos visitantes, la presencia de decenas de vendedores ambulantes, la falta de control sobre la fauna local y el envejecimiento de sus árboles.
Para solucionar esta problemática se realiza una tarea de limpieza, saneamiento y reorganización de gran alcance. Precisamente con el deseo de contribuir a conocer lo que pasa allí, don Daniel Gershenson me envió once fotos que ilustran el derribo de árboles en dicho pulmón verde. Ojalá hubiera muchas personas como don Daniel, preocupadas por la suerte de un patrimonio con largo historial. Sin embargo, es necesario distinguir entre lo que es la tala irresponsable y el saneamiento forestal que requieren las zonas verdes de una ciudad.
En Chapultepec se han derribado árboles de diverso tamaño, pero se trata de una tarea necesaria y urgente, al igual que el control de fauna, la limpieza en tierra y en los cuerpos de agua. En esa dirección apunta el reporte que sobre dichos trabajos publica en la prestigiosa revista Naturalia el director de Parkwatch.México, Gerardo Carreón.
Al igual que don Daniel, el señor Carreón también cita el malestar que causa el derribo de árboles y otras tareas que afectan las áreas verdes. No obstante, en su reporte anota la urgencia que había de limpiar y dragar el lago y otras corrientes de agua, dado que desde hace 20 años no se hizo esa tarea. Con detalle narra los trabajos de saneamiento forestal y menciona estudios realizados por especialistas, los cuales coinciden en la urgencia que había de revisar las políticas en esta materia.
Según anota Carreón, hay zonas tan densamente pobladas de árboles que les impiden desarrollarse, o especies que no son aptas para la zona metropolitana; existen plagas de todo tipo, mientras la compactación de los suelos en ciertas zonas impide la filtración del agua de lluvia, misma que necesitan las plantas. Hay árboles "muertos" que están tirados, no por descuido, sino porque sirven de refugio a mamíferos y aves.
En fin, Gerardo Carreón y varios ingenieros forestales de reconocida solvencia técnica aportan información valiosa que debe tomarse en cuenta para que la conservación de nuestros bosques, parques y jardines sea una política permanente y que no regrese más el abandono por la falta de visión de nuestros funcionarios.
Las medidas de rehabilitación y saneamiento deben extenderse a las demás áreas verdes citadinas, a las de reserva ecológica, como forma de garantizar su buen estado, así como la salud y la calidad de vida de la población. Es el caso de El Ajusco, el Desierto de los Leones, las barrancas de Alvaro Obregón, Contreras y Cuajimalpa, los bosques de Tlalpan, la zona chinampera de Xochimilco y comunidades aledañas. En esa tarea, la participación ciudadana, con sus críticas, denuncias de irregularidades y aporte de conocimientos, es fundamental.