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NEGOCIOS MUTANTES
9 de mayo de 2005
Siete de cada 10 pequeñas empresas no logran sobrevivir más de dos años y las relacionadas con la actividad comercial son las más vulnerables. Este tipo de negocios sostiene al mayor número de familias en el país y su falta de capacidad para mantenerse en el largo plazo disloca el aparato productivo. Cambiar de giro cada año es una forma de subsistencia, aunque no la mejor manera de generar riqueza y un patrimonio.
María de la Luz González

Establecer un pequeño negocio en México invirtiendo los ahorros incluso de toda una vida de trabajo se ha convertido en una aventura de resultados poco seguros, pues más de dos tercios de ellos cierran antes de cumplir dos años por el embate de la economía informal, las cargas fiscales, la falta de apoyos gubernamentales y la inexperiencia administrativa.

refrescos_fructuosa_ui01aEn dos años cierran 70 por ciento de las microempresas, 50 por ciento de las pequeñas y 20 por ciento de las medianas, una dinámica preocupante en un sector que genera 41 por ciento del producto interno bruto y 64 por ciento del empleo total del país, de acuerdo con cifras del Consejo Mexicano de Normalización y Evaluación de la Conformidad, asociación civil que promueve la cultura de la calidad y la competitividad de las empresas nacionales.

De mantenerse la tendencia, en un lapso de 10 a 15 años podría desaparecer 30 por ciento del pequeño comercio, el segmento más vulnerable, pues la pequeña industria y los servicios tienen un poco más de estabilidad advirtió el presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño, Enrique Guerrero Ambriz, quien destacó que la creación de pequeños establecimientos ha disminuido de manera considerable en los últimos años. El aumento en la apertura de microempresas en 2004 fue de apenas 0.5 por ciento y se prevé que este año seguirán disminuyendo.

"Pensamos que este año será más difícil, porque en enero las solicitudes de suspensión de actividades representaron 4.2 por ciento del total de trámites efectuados ante la Cámara, mientras que en enero de 2004 el porcentaje fue de 3.7", precisó.

La imposibilidad del sector para establecer empresas rentables a largo plazo ­destacó­ tiene efectos negativos en el aparato productivo nacional. Entre los más graves citó la pérdida de los empleos generados por los negocios que se ven obligados a cerrar y el crecimiento de la economía informal.

"El pequeño empresario se vuelve mutante, cambia de giro cada año y medio o dos; lo que también representa pérdida del conocimiento adquirido. Además, la mitad de los microempresarios que se declaran en suspensión de actividades o cierran se pasan al sector informal, y también sus trabajadores cuando no pueden volver a colocarse, pues por cada tres empleos informales sólo se está generando uno formal", sostuvo Guerrero Ambriz.

Los giros que logran sobrevivir más de dos años son los que ofrecen un valor agregado, como papelerías con bonetería y servicio de copias fotostáticas; farmacias con perfumería, venta de regalos y expendio de lotería; mientras los tradicionales, como abarrotes y misceláneas, van a la baja, aun cuando siguen representando un porcentaje muy alto del comercio establecido, explicó.

El empresario atribuyó esta inestabilidad principalmente a la doble competencia que representan el comercio informal y las grandes cadenas de autoservicios.

"No es posible competir con los comerciantes ambulantes que cada día son más, no pagan impuestos ni tienen gastos de operación, como los del comercio establecido. Por ejemplo, en el Distrito Federal están registradas 180 mil unidades comerciales y se calcula que existen cerca de 500 mil ambulantes", destacó.

Por su parte, Alejandro Salcedo Pacheco, director del Centro de Desarrollo Empresarial de la Asociación Latinoamericana de Micros, Pequeños y Medianos Empresarios, consideró que la falta de apoyo gubernamental y de capacitación, así como la excesiva tramitología propician también el elevado índice de mortalidad de los pequeños establecimientos.

El problema es mayor entre las microempresas, pues de cada 100 que se abren, 50 o 60 por ciento cierra antes de un año. Las medianas empresas logran sobrevivir más tiempo, su vida promedio es de uno a dos años y entre las que permanecen destacan las prestadoras de servicios, las empresas de la rama metal mecánica y algunas personas físicas con actividad empresarial, precisó.

Ante este panorama, sostuvo Salcedo, es necesario adoptar medidas urgentes. La primera, un incremento sustancial en el gasto público de apoyo al sector, pues el crédito supuestamente disponible es muy caro e inaccesible, por los excesivos requisitos y la situación financiera de las Mipymes, a las que se exige presentar, por ejemplo, estados financieros auditados, que no están en condiciones de tener, porque en la mayoría de los casos sus negocios ni siquiera generan ganancias, o bien son mínimas.

En cuanto a la capacitación, aunque existen más de 150 programas gubernamentales de apoyo a las Mipymes, éstos no se difunden adecuadamente y la falta de experiencia en la administración del negocio lleva al propietario a cerrar incluso antes de empezar a obtener ganancias.

"Gran número de cierres se produce porque los microempresarios no están capacitados en aspectos elementales, como los inventarios y las entradas y salidas de mercancía, así como el manejo de los gastos, sobre todo en pequeñas misceláneas y tiendas de abarrotes, donde terminan 'comiéndose' sus ganancias y descapitalizando la empresa, por lo que es indispensable difundir y poner al alcance de todos los interesados los programas de capacitación", destacó.

Al mismo tiempo, consideró, es necesario reducir el número de trámites establecidos para abrir una microempresa, pues muchas veces estimulan la entrada del empresario en la informalidad, ya que, sólo en el Distrito Federal, debe completar 12 o 13 gestiones para dar de alta su negocio y comenzar a operar en unas semanas.

Eso ocurre en el mejor de los casos, eso cuando ya está autorizado el uso de suelo y la apertura de giro, pues de lo contrario la espera para abrir el establecimiento puede tomar varios meses, lo cual naturalmente desalienta al empresario, dijo Salcedo.

Los impactos de esta acelerada mortandad en el área de las micro y pequeñas empresas son muy graves, consideró. Uno de los más importantes es la pérdida de plazas en un sector que genera la mayor parte del empleo del país.

Pero además del aspecto laboral, señaló, está la imposibilidad para reactivar el mercado interno, pues esta dinámica se convierte en un círculo vicioso que frena las oportunidades de crecimiento y desarrollo de los pequeños establecimientos, los cuales se ven obligados a cerrar antes de consolidarse y estar en condiciones de contribuir al desarrollo de una economía nacional estable  §

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