Usted está aquí: domingo 8 de mayo de 2005 Cultura Expertos buscan poner el desarrollo del país en el centro de la historia

Preparan en 13 volúmenes la colección Historia económica de México

Expertos buscan poner el desarrollo del país en el centro de la historia

Fox no propuso ningún nuevo modelo de crecimiento, asegura José Luis Avila

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

En la interpretación de México siempre ha prevalecido la historia política sobre la económica y ahora la colección Historia económica de México pretende poner en el centro el desarrollo del país, coinciden José Luis Avila y Teresa Aguirre, autores de los volúmenes La era neoliberal y De la revolución a la industrialización, respectivamente.

Los 13 volúmenes que integran la colección, señala Avila, "buscan una explicación de cuáles han sido los problemas seculares de la economía mexicana y cuáles son aquellos factores que comenzarían a ayudarnos a comprender por qué siempre que estamos en un momento en el que podemos alcanzar una nueva situación, algo parece que nos atrapa en la tradición y en el atraso económico y cada época ha construido sus propias expectativas y esperanzas sobre cómo lograr el desarrollo".

Estos trabajos "tienen como constante explorar cuál es el modelo de desarrollo que necesita el país y cuál es el resultado final de esos experimentos". Así, los libros dedicados a la era neoliberal y el que va de la revolución a la industrialización "se centran en los dos grandes momentos de cambio estructural" en la historia del país, refieren los autores, ambos profesores de posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El estudio de la historia económica es relativamente nueva, de unos 150 años, y aún hay temas por explorar; cada época nos marca nuevos temas: hasta hace poco, por ejemplo, no sabíamos mucho acerca de aspectos fiscales y cómo las medidas que se tomaron provocaron movilizaciones, expresa a su vez Teresa Aguirre.

Economía y política se complementan

La historia política y económica no son enfoques opuestos, sino complementarios, precisa José Luis Avila, y nos ayudan a comprender los cambios dentro de una sociedad. "No es que lo político riña con la economía, sino que hay que buscar un diálogo entre ambos temas para comprender los periodos históricos de México", aun cuando a lo largo de los siglos se mantiene la tentación de rescribir la historia.

Cada periodo, dice, es como si en ésa época la sociedad mirara hacia su pasado y lo hiciera a partir de lo que tiene como presente y concentra la atención en aquellas cosas que son la precupación principal de cómo lograr el desarrollo, eso ocurrió en la etapa neoliberal sobre todo con Carlos Salinas de Gortari quien comienza un esfuerzo por tratar de reiterpretar la historia económica y política del país y así legitimar su proyecto de desarrollo.

Es decir, la historia siempre ha sido una fuente de legitimación de los proyectos de los grupos gobernantes, ése es uno de los usos, "tal vez uno de los más perversos, pero con frecuencia de los más redituables en términos de legitimidad política porque de algún modo el que está en el poder, el vencedor, reinterpreta la historia para explicar casi como natural su triunfo".

Esto no ocurre con Vicente Fox, añade el economista, "porque no alcanza a articular un discurso legitimador de su gobierno en el sentido de un cambio, de una novedad, en parte porque la novedad en cuanto al terreno económico tenía años formulada -desde la época de Salinas- y Fox no cuenta con un proyecto económico alternativo. Lo que presenta como una oferta no es en el ámbito económico sino en el político".

En el caso de La revolución a la industrialización se dan paralelismos con lo que está ocurriendo en la actualidad, indica Aguirre coautora del libro junto con Sergio de la Peña, como una economía basada en las exportaciones, el Estado participa poco y se da un proceso de crecimiento excluyente que no beneficia a la mayoría de la población.

"En aquella época se optó por una revolución, esperemos que ahora no sea así".

 
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