RUTA SONORA
The Mars Volta
FRANCES THE MUTE, segundo álbum de The Mars Volta , es el gran plato apantalla-mocosos del año. Si bien no es una basca, y se trata de una producción impecable, pertenece a la camada de jóvenes músicos que efectúan un collage con trozos provenientes de diversos estilos del pasado, al que pretenden hacer ver como novedoso. El caso de este dúo de Austin, Texas, de ascendencia puertorriqueña, es el de emular al rock progresivo de los años 70 (con todo y portada), aunque, con gran snobismo, se atrevan a negarlo. Para su beneficio, su emulación es tan efectista, que en contraste con el actual panorama, plagado de facilismos, pareciera que de verdad son unos genios. ¿Quién va a negar la belleza de un espejismo en medio del desierto?
UNA VEZ SEPARADOS del grupo de hardcore At the drive in , Cedric Bixler-Zavala (voz) y Omar Rodríguez-López (guitarras) formaron The Mars Volta en 2001, al que invitaron a Ikey Owens y Jeremy Ward ; tras la muerte de este último, grabaron De-loused in the comatorium (2003), inquietante disco que ya mostraba su inclinación hacia el progre-hard-blues, que desde fuera parece conectar más con la pretensión que con los sentimientos.
AL CONTRARIO, Y a pesar de que es una obra de 75 minutos sin aparente separación entre cada track (que sí la hay), Frances the mute es una obra mucho más emotiva y estructurada, con "canciones" más en forma de lo que parece, aun la extensión de sus cinco suites (tres duran 13 minutos y otra 31, sin contar el sencillo "radiable" The widow, de cinco minutos), subdivididas en cuatro o cinco "partes" cada una.
EL DISCO ES todo una orgía de cambios de ritmo, guitarras hard-blues-sicodélicas excesivas, frenéticos remates percusivos, pasajes pacheco-ambientales, teclados espaciales, sonidos electrónico-digitales y una voz agudísima emitiendo frases surreales que remiten a fantásticos pasajes, y transmiten gran angustia. El sonido a la larga se va tornando paranoide, claustrofóbico, hasta llegar al ensimismamiento masturbatorio más perturbador: al menos logra su objetivo de turbar al escucha, a veces para bien, pero también para mal, sobre todo en la última pieza, más farola que emotiva; de hecho, es meritorio que a pesar de su complejidad, el disco se desliza de manera fluida y entretenida (quien escribe no comprende a quienes dicen que es difícil de digerir), salvo llegada la mitad del último track.
SIN EMBARGO, SIMULTANEA, enfadosa y hasta graciosamente, por lo obvios que son para imitar, Frances... es también un muestrario de "influencias". Así, con nombres rimbombantes para denotar que no son unos burros superficiales, el disco inicia con Cygnus... vismund cygnus, con subtemas como "Umbillical syllabes" o "Facilis descenus averni"; de pronto, uno parece estar escuchando a Rush; más adelante, la voz de Geddy Lee a través de Bixler pareciera cruzarse con la de Robert Plant ( Led Zeppelin ); luego, un pasaje de ruidos incidentales remite al Dark side of the moon de Pink Floyd . The widow por su parte, quisiera ser Dream on de Aerosmith , pero se queda en la cursilería y mal gusto de November rain de Guns n' Roses .
L'VIA L'VIAQUEZ QUIZA sea el track más sabroso y redondo, en el que un funk sicodélico, apoyado por una batería a lo John Bonham ( Jon Theodore ) y el cadencioso bajeo de Juan Alderete es cubierto por una melodía vocal de son cubano en composición, pero ejecutada de modo metalero, brillante fusión a su favor (lástima que está cantada en muy mal español); el tema baja de intensidad varias veces rumbo a pasajes en los que Carlos Santana se posesiona de Rodríguez-López en la guitarra (lo hará varias veces más en el disco) y en los arreglos: güiro, piano sonero y demás toques afro-antillanos (digamos que es lo que pudo haber hecho el guitarrista de Autlán, de haber evolucionado). Esta actitud guapachosa-retro-futurista es de lo poco propositivo del álbum, así como algunas trompetas enloquecidas que van del free jazz al sonido andaluz-mariachero, en el siguiente track: Miranda that ghost just isn't holy anymore, que por sus orquestaciones, en momentos quisiera ser Atom heart mother de Pink Floyd. Al final, la atosigante Cassandra Gemini no cesa de evocar otra vez a Rush, Led Zeppelin, Fugazzi, Genesis ...
CLARO QUE ES notable que músicos tan jóvenes se inclinen en 2005 por remedar tan fina influencia, que toquen tan bien, y encima sean efectivos y comerciales (su pose autosuficiente y su macro-manejo mercadotécnico no denota querer estar al margen del sistema). Pero siendo objetivos, en realidad su discurso es solemne, fatuo, vacío, poco trasgresor. Mucho ruido sin fondo real. Nada que grupos como los citados, además de King Crimson o el gran Can , no hayan hecho ya, de mucha mejor manera.
Bounce, Surfmex, Acapulcazo
LA PRIMAVERA NOS trae jariosos: el clima pone, la música dispone. Hoy: 1. Bounce. House! con Alexis . Rioma (Insurgentes Sur 377, Condesa. 22 horas, 120 pesos. 2. Sigue la presentación del disco Surfmex : Fenómeno Fuzz, Twin Tones, The Cavernarios, El Santo , y cinco más. Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma). 20:30 horas, 50 pesos (100 con disco). 3. Si el Acapulcazo es lo tuyo, lánzate a la Costera Miguel Alemán, al Bar-Río Antiguo: Larry Tee , jefe del electroclash; la estrellita tribal-house Chris Fortier ; el baluarte nacional Martín Parra , entre otros. Varones, 460 pesos; mujeres 360. 22 horas, ¡barra libre!