Usted está aquí: sábado 7 de mayo de 2005 Cultura Propuesta para rescatar espacios privados mediante la perversión de la tecnología

Lozano-Hermmer exhibe instalación ''para que el visitante sea el contemplado''

Propuesta para rescatar espacios privados mediante la perversión de la tecnología

MERRY MAC MASTERS

Espacio de contemplación por excelencia, El Cubo de la Sala de Arte Público Siqueiros ahora se vuelve cómplice de Rafael Lozano-Hemmer y su instalación interactiva Público subtitulado, para que el visitante sea el contemplado.

Al entrar en el espacio vacío y oscuro, el espectador es dectatado automáticamente por un sistema de vigilancia y luces infrarrojas que generan una palabra que se proyecta sobre su cuerpo, lienzo sobre el que la obra se despliega y lo persigue por donde vaya. La única forma en que puede eliminar ese verbo conjugado en tercera persona -critica, piensa, resiste, alucina- es tocar a otro visitante para que haya un intercambio de palabras.

La pieza está dentro de la línea trabajada por Lozano-Hemmer en fechas recientes, que versa sobre ''la visión predatoria, sobre el acto patriota, sobre estas nuevas tecnologías que desde George W. Bush hasta Tony Blair han desplegado sobre nuestras ciudades, porque las cámaras ya no nada más te observan para ver si estás o no, sino intentan identificar tus rasgos étnicos; si eres una persona sospechosa o no. O sea, la pérdida absoluta del espacio privado o el espacio público está puesta de manifiesto por estas tecnologías que invaden nuestras calles y nuestros espacios privados''.

Próxima exhibición en Manhattan

El artista ha intentado dar la vuelta a esta situación y crear una especie de poesía en movimiento con estas tecnologías, mediante ''la perversión de lo tecnológicamente correcto''.

La instalación abierta en la Sala de Arte Público Siqueiros también cuestiona este espacio ''supuestamente neutral que los museos nos dan para la contemplación, que sabemos viene dado ya con una serie de historias, de agendas políticas y de preferencias curatoriales que de alguna forma intentan delimitar el entendimiento de las obras al público'.

''Tengo la posición -prosigue Lozano-Hemmer- de que los museos hoy, por desgracia en todo el mundo, tienen una visión condescendiente y paternalista con el público. Les da como una especie de visión simplificada de las historias; entonces creo que es interesante, de repente, que en un espacio de contemplación el visitante sea contemplado.''

La instalación Público subtitulado participó en la pasada Feria Internacional de Arte Contemporáneo (Arco), en Madrid, España, y para finales de año se presentará en Manhattan.

Ahora ya no será sobre el espacio expositivo, sino sobre la situación en las calles: ''En Estados Unidos, sobre todo en Manhattan, con la paranoia, las vigilancias y la seguridad, viene a ser una reflexión necesaria, porque los neoyorquinos están verdaderamente atrapados en su ciudad por sus propios medios electrónicos''.

 
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