Usted está aquí: sábado 7 de mayo de 2005 Cultura Analizan en un libro el papel activo de los africanos que llegaron a México

El intenso mestizaje en el país diluyó su fenotipo racial: María Elisa Velázquez

Analizan en un libro el papel activo de los africanos que llegaron a México

Además de la comunidad de Yanga, Veracruz, sabemos del cimarronaje en Guerrero, dice

El volumen reúne ensayos de especialistas e inaugura la colección Africanía del INAH

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Ampliar la imagen Escena de Exilios, montaje cuyas funciones se presentan en el foro Contigo... Am�ca, ubicado en Arizona 156, colonia N�les FOTO Fernando Moguel

Acapulco, Gro., 6 de mayo. El caso de la población de origen africano en México es complejo, pues si bien ya se sabe que llegó a todo el territorio del país y que hubo un mestizaje intenso desde el siglo XVI, eso mismo diluyó en parte su fenotipo racial entre el resto de los mexicanos.

''No son tan fáciles de ubicar, pero están integrados en lo que somos actualmente los mexicanos, pese a que llegaron casi 250 mil africanos durante la Colonia."

Habla la investigadora María Elisa Velázquez, compiladora, junto con Ethel Correa, del libro Poblaciones y culturas de origen africano en México, editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el cual se inaugura la Colección Africanía.

''México -agrega en entrevista- es de los países a donde llegaron más esclavos, pero este arribo fue temprano, no como en Brasil o Cuba, a donde llegaron en etapas posteriores. Además, en México la población indígena era numéricamente superior."

Velázquez señala que por lo anterior los afrodescendientes no conformaron pueblos específicos. Hoy sólo son ubicables en ciertas regiones de los estados de Veracruz, Guerrero y Oaxaca, ''como pueblo y como reproducción cultural y fenotípica más notable".

Dice que el caso de Veracruz ha sido muy estudiado y ahí la población de origen africano estuvo reciclada por toda la influencia afrocaribeña. ''Pero Guerrero es interesantísimo, porque se quedó aislado desde el siglo XIX, después de la etapa de la Nao de China y del comercio con la capital del país".

Los nuevos enfoques

Con los estudios sobre la población de origen africano en México pasa como con la historia de las mujeres, comenta María Elisa Velázquez.

''Mientras no pone uno el ojo y las trata de encontrar, no las encuentra, y parece que no existieron. Así pasó con los africanos en la historia del país. No los hemos querido ver, pero ahí están."

El aporte de Poblaciones y culturas de origen africano en México, dice, es que plantea cómo abordar los estudios de la población de origen africano en el país desde nuevas perspectivas, contrarias a como se hacía de manera tradicional.

''Antes, el esclavo sólo se contaba, era un objeto, una mercancía. No se encontraba en la documentación y era como un mito su existencia. Era muy difícil hacer un trabajo sobre esa población porque se suponía que no se hallaba en los archivos, a pesar de la obra de Gonzalo Aguirre Beltrán."

Sin embargo, abunda, este nuevo trabajo demuestra que esa población si está en los archivos y que hay otras fuentes para investigarlos, como las imágenes, la tradición oral u otras herramientas de la antropología.

''Fueron sujetos activos, partícipes. Ya no es la visión pasiva de los esclavos y encontrar numéricamente cuántos hubo en cada región, sino cómo formaron parte de nuestra sociedad e intervinieron de manera decisiva en el resultado.

La comunidad formada por Gaspar Yanga en Veracruz es famosa, ''pero desde hace algún tiempo sabemos que en el estado de Guerrero también hubo cimarronaje (población de origen africano que huía de la esclavitud)."

Investigación sin divulgación

Pese a lo anterior, María Elisa Velázquez asegura que ahora es ''un mito" decir que no existe investigación sobre el tema. ''El problema es que difundimos poco los resultados de nuestras investigaciones y cuesta trabajo publicar libros en México".

El nuevo volumen es producto en gran parte del seminario Población de origen africano en México, que lleva ocho años adscrito a la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH.

''La idea fue reunir a especialistas en el tema de la población de origen africano. Que fueran historiadores y antropólogos mexicanos, latinoamericanos y africanos para hacer un balance de lo que había pasado con esos estudios."

Velázquez menciona a los investigadores que colaboran en el libro, como Colin Palmer, ''un pionero de la investigación de los africanos en México, casi como Luz María Martínez Montiel en los años 60 y 70".

Otros son Sally y Richard Price, quienes proponen nuevas metodologías; Ca-tharine Good, quien cuestiona el uso de los estereotipos, como lo negro, lo indio, lo mestizo; Nicolás Ngou-Mvé, gabonés que conoce la problemática mexicana; Blanca Lara, quien habla de los afrodescendientes de Puebla.

O Brígida von Mentz, especialista en los afromexicanos de Morelos; Alejandra Cárdenas, quien habla acerca de las mujeres del Acapulco colonial; de la misma Ethel Correa, sobre la Costa Chica oaxaqueña: o de la propia María Elisa Velázquez, acerca de las mujeres de origen africano en la ciudad de México durante el virreinato.

 
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