Provoca grave merma en la captura de especies comestibles al devorar las hueveras: pescadores
Alarma proliferación de pez nocivo en la presa El Infiernillo
La especie diablo fue traída hace 3 años de Brasil con intención de limpiar el embalse Caracoles
Ampliar la imagen La presa de El Infiernillo, en el municipio de Arteaga, Michoac� se encuentra atestada de peces diablo Foto: LA JORNADA
Morelia, Mich., 6 de mayo. En vez de carpas, truchas y tilapias, las redes de los pescadores de la presa El Infiernillo sólo sacan ahora pez diablo, una especie extraña, al parecer traída de Brasil con la intención de limpiar el embalse vecino de Caracoles, cuya expansión se permitió por descuido.
La captura de especies comestibles se ha reducido hasta en 80 por ciento. "Este problema nos preocupa más que la carencia de agua potable que tiene el municipio, porque de la pesca viven más de 2 mil 500 personas", señala el alcalde de Churumuco, Luis Roberto Reyes Cruz.
Lo más grave es que se ha expandido a todos los arroyos del río Balsas, lo mismo que en el afluente de Tepalcatepec, lo que representa ya un problema para toda esta región, a pesar de las medidas que ha tomado el gobierno del estado para controlar la proliferación de esta plaga.
A finales del año pasado, la Comisión de Pesca estatal destinó 559 mil pesos para que los 447 integrantes de las uniones de pescadores de Churumuco y de Nuevo Centro realizaran acciones para extraer la mayor cantidad posible de este pez nocivo.
Además, el Instituto Politécnico Nacional realiza un estudio sobre esta especie, en tanto que el gobierno estatal anunció que destinará 273 mil pesos para la compra de maquinaria que permita procesar los cientos de toneladas de pez diablo que capturan los pescadores de El Infiernillo.
Este pez, capaz de sobrevivir afuera del agua hasta ocho horas, se ha adaptado como especie de ornato, ya que se le usa como limpiador de algas de las paredes de los acuarios. Es resistente a las enfermedades, presenta pocas exigencias en cuanto a la localidad de agua y a las condiciones ambientales.
Al parecer, originario de Brasil, fue importado con la idea de limpiar las aguas de la presa Caracoles. Hace más de tres años el embalse abrió sus compuertas y los dejó pasar a la de El Infiernillo. Al principio los pescadores no le dieron importancia, porque supieron que no se trata de una especie carnívora.
"La presa El Infiernillo presenta valores óptimos para el desarrollo de esta especie; las aguas son cálidas, tienen buena calidad de oxígeno y baja concentración de salinidad", señala un estudio realizado por la Comisión de Pesca.
Esta especie depredadora del principal centro pesquero de aguas de Michoacán se ha reproducido de forman alarmante, al grado que de 300 kilogramos que se obtenían antes de especies comerciales, actualmente sólo logran recuperar 10 de tilapia o carpa.
Si bien no se come las carpas, truchas y tilapias, el pez diablo ha arrasado con buena parte de las hueveras, lo que ha frenado la reproducción de las especies comercializables.
Su piel, dura y espinosa, se adhiere a las redes y es tan difícil desprenderlos que se requiere muchas veces cortarlas, y cuando se tiene contacto con ella ocasiona raspaduras en los dedos, aseguran los pescadores, que en ocasiones extraen únicamente peces diablo.
Desde hace años, por la contaminación y el bajo nivel de la presa, la captura ha ido a la baja, pero lo que más preocupa a los pescadores es acabar con esta plaga, ya que están convencidos de que si no se toma alguna medida radical, seguramente antes de lo que se imaginan habrán perecido las especies comestibles.
El problema, asegura la Comisión de Pesca estatal, ya no es sólo para la presa El Infiernillo, ya que se encuentran en todos los arroyos que desembocan al río Balsas, inclusive ya se le ha visto en el río Tepalcatepec, lo que está generando un problema en toda la cuenca.