Usted está aquí: sábado 7 de mayo de 2005 Mundo LOS DE ABAJO

LOS DE ABAJO

Gloria Muñoz Ramírez

Organización

LOS DE ABAJO son los mismos y las mismas en cualquier rincón del mundo. Son los marginados y oprimidos, los no contemplados, los no vistos ni escuchados por los de arriba, por ese poder que los niega y aniquila. Pero los de abajo resisten, se reiventan, crean nuevas formas de lucha y, desde el sótano, gritan y denuncian, se movilizan y, sobre todo, se organizan.

FRENTE A LA nueva ola de gobiernos latinoamericanos procedentes de la izquierda partidaria, la organización de los de abajo continúa, aunque con nuevos desafíos. ¿Cómo denunciar la existencia de presos políticos en una Argentina en la que su presidente se autodenomina hijo de Madres de Plaza de Mayo? Es la denuncia, pero no sólo, pues el reto es la continuación de la organización y la lucha por los derechos que no se otorgan desde arriba.

DEBAJO DE LOS de abajo se encuentran, por ejemplo, las mujeres en situación de prostitución de Buenos Aires, organizadas desde 1994 en la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar). Son mujeres oprimidas, perseguidas y reprimidas. Su delito no es ofrecer el cuerpo para sobrevivir, sino organizarse y, lo más grave, considerarse sujetas de derecho, algo inconcebible para un sistema que crea reglamentos para criminalizar la pobreza y limpiar las calles de todo lo que la propia explotación multiplica.

"LUCHAMOS POR LA libertad y por nuestros derechos, por salud y educación, por ser vistas y escuchadas, por dignidad, en resumen, y se quiere explicar con pocas palabras", afirma Sonia, quien junto con sus compañeras sueña con "vivir, amar, sentir y crecer como mujer".

¿UNA PROSTITUTA CON derechos? "Hay que entender que la prostitución te hace sentir culpable y sucia, mano de obra barata y nada más." Entonces, explican las mujeres reunidas en su local de Buenos Aires, primero se trata de rescatar la identidad, de sentirse mujeres, de mirarse en un espejo y de no avergonzarse de la imagen que les devuelve. Así, sin culpas y reconociéndose víctimas de un Estado y de sus políticos, luchan por sus derechos humanos y sexuales, por dejar la calle, la violencia y la explotación que ésta implica.

NADA ES FACIL y menos para ellas. ¿Cómo organizarse al margen de los partidos políticos? ¿Cómo hacer para que su organización sea vista y escuchada incluso por sectores progresistas que por tratarse de mujeres meretrices no las toma en serio? La cuota por no saberse débiles la siguen pagando y un ejemplo claro es que en julio de 2004, durante una movilización frente a la Legislatura, organizada contra la criminalización de la marginalidad, fueron detenidas y encarceladas dos compañeras de Ammar, Carmen y Marcela, hoy presas políticas por exigir sus derechos. Junto con ellas, Margarita y 12 hombres más.

AHI, DESDE LA cárcel de Ezeiza, estas tres mujeres sobreviven al sistema carcelario del gobierno de Kirchner. Cuando salga, afirma Carmen, continuará en la calles luchando por sus derechos. Ya cruzó el umbral. Por ellas, y por muchas más como ellas, se ofrece este espejo en forma de columna con un agradecimiento especial a quienes lo hacen posible.

 
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