Entre Photos e Himeros, la pasión
1.-Pothos es la palabra griega para añorar un poder divino (daimon). En la mitología griega Pothos y sus hermano Eros -amor- e Himeros -deseo- eran hijos de Zefiro, el viento del oeste. Sin embargo, para Platón, Himeros y Pothos eran hijos de Eros. Indepedientemente de las controversias genealógicas, Himeros representa el deseo de algo o alguien que se encuentra al alcance de la destreza o del genio humano. En tanto que Pothos es la añoranza de un objetivo que no es alcanzable. Puesto que el objeto de esta añoranza sólo podría ser alcanzado en un mundo mejor, no es extraño que Pothos estuviera asociado con la muerte o la trascendencia.
2. Aristobulus, uno de los biógrafos de Alejandro el Magno, fue quien introdujo al parecer el tema del pothos como el leif motiv de las excursiones del conquistador macedonio. Otros estudiosos mencionan como fuentes de esta interpretación al Anabasis y el Indica del político e historiador Arrian. Muchos historiadores antiguos creían que la fuerza interna que movía a Alejandro era una especie de añoranza por conocer nuevas culturas y países. Desde luego que puede ser una manera de blanquear las de por sí traumáticas conquistas que protagonizó. Qué conveniente encubrir los más frecuentes fines pragmáticos, teñidos de intereses comerciales o de simple rapiña con un afán superior. Pero no deja de ser fascinante el anhelo civilizatorio que acompaña a todas las conquistas.
3. La idea de la añoranza, del pothos también se encuentra en los trabajos de los filósofos neoplatónicos, como Plotinus. Estos autores usaban esta palabra para describir nuestra pasión por la belleza, el ansia por nuevos conocimientos y la aspiración por todo aquello que es bueno. En esa visión nuestra mente y alma son expresiones menores de un principio superior en la jerarquía cósmica que nos permite obtener el conocimiento y la belleza.
4. Pothos e Himeros me vinieron a la mente, no como hubiera sido lógico por haber visto el Alejandro de Oliver Stone, sino por la lectura de una reciente entrevista al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en El País. Tres aspectos que menciona en esa larga y lograda conversación ilustran para mí la conexión que hice de las figuras griegas.
5. Preguntándole si no estaba decepcionado por su apoyo a la ley de partidos y a la ilegalización de Batasuna frente al hecho de que "había regresado por la puerta de atrás" en las recientes elecciones, responde: "Batasuna está ilegalizada (...) La ley de partidos establece unas garantías para un proceso de ilegalización (...) Conviene recordar los principios y la filosofía de la ley, y también que las personas no están privadas ni del derecho de sufragio activo ni del derecho de sufragio pasivo ni de la libertad de expresión como consecuencia de la ilegalización de un partido (...) En democracia lo que cuenta son las razones de derecho y no la razón de Estado".
6. Refiriéndose al Pacto por las Libertades y contra el terrorismo, que, es conveniente recordar, es objeto de controversia entre algunos actores políticos españoles relevantes, señala que "el fundamento del pacto es la lealtad. El fundamento del pacto es sacar de la contienda política la defensa del Estado de derecho y de las libertades".
7. Al preguntarséle sobre su declaración de que el fin de la violencia no tendrá nunca un precio político, pero que la política jugaría un papel importante, reflexiona: "la política contribuye a terminar con la violencia (...) ante todo, la extensión del deseo de paz, la dignidad de elevar la voz, ante lo que supone el más grave atentado a los derechos humanos que es la utilización del terror y del crimen".
8. Esta estupenda entrevista me llevó a rememorar a Pothos e Himeros, porque lo que se trasluce en la plática es una tensión profundamente contemporánea entre propósitos y restricciones, entre las exigencias de la responsabilidad y los deseos de la convicción.
9. Mas allá de la circunstancia específica de la realidad española, sobre la que no juzgo ni emito juicio alguno de valor, es indispensable reconocer esta tensión y sobretodo sus posibles desenlaces y sus caminos alternativos. Esto permite documentar elementos de un optimismo mesurado que asume los retos y los peligros que se ciernen sobre las democracias contemporáneas, al tiempo que reconoce también que las posibilidades de sortearlos están al alcance del ciudadano.
10. Esta tensión en la política moderna podría devenir en un deseo ardiente por conocer y experimentar innovadores mecanismos de solución de conflictos y riesgos. Una proclividad a la rectificación para avanzar hacia el objetivo de una mejor convivencia humana. Una pasión.