Zacapoaxtlas y franceses de lentes oscuros y peinados al estilo punk
En San Juan de Aragón los chavos imprimieron su sello a los festejos
Aquí se escenificó antes que en el Peñón de los Baños la batalla de Puebla, aseguran habitantes
En la centenaria representación de la batalla del 5 de mayo en el pueblo de San Juan de Aragón los jóvenes fueron mayoría e imprimieron su sello. Los lentes oscuros, las bandas en la cabeza, las cangureras, los labios pintados de negro y los peinados estilo punk se combinaron con la tradicional vestimenta de manta y gabán negro bordado con la imagen de la Virgen de Guadalupe que vistieron quienes actuaron como zacapoaxtlas, o con el pantalón bombacho rojo y casaca azul que portaron aquellos que representaron a los franceses.
"También para la tradición y nuestras raíces hay lugar, aunque nos gusten los reventones y las tocadas de rock, ska o salsa, aunque diario nos vistamos bien acá. A esta fiesta hemos venido desde chiquitos y la seguimos conservando", dice un flaco zacapoaxtla de 18 años mientras al ritmo de la banda de San Pablito Chinconcuac, avanza a brinquitos por las calles de Aragón con un grupo de amigos de la misma edad, durante el desfile que caracteriza a la celebración.
De cuando en cuando, alguno de los franceses o los zacapoaxtlas detiene su marcha para hacer disparos al aire con rifles o escopetas -tallados en la cubierta y el mango de madera con figuras de flores, animales, caballeros águila y torsos desnudos de mujer, que han pasado de generación a generación.
Los sanjuanenses, como se nombran los habitantes originarios, aseguran que ellos fueron los primeros en representar la Batalla de Puebla en territorio capitalino, pero después sus vecinos del Peñón de los Baños, en la delegación Venustiano Carranza, les copiaron la idea.
Según los organizadores, la justa heroica del 5 de mayo de 1862, cuando el Ejército Mexicano y los combatientes zacapoaxtlas dieron "una lección a quienes, por su preparación, eran entonces los primeros soldados del mundo", se ha escenificado desde hace 109 años en San Juan de Aragón, uno de los diez pueblos originales de la delegación Gustavo A. Madero, atrapado desde hace décadas por la mancha urbana y cuya población se ubica en el nivel medio de marginalidad.
La representación del 5 de mayo comenzó, aseguran los organizadores, cuando una familia de Aragón hizo un trueque con los habitantes de Nexquipayac: les cambiaron mercancía por los Tratados de la Soledad, con los cuales se evitaba la invasión de naciones extranjeras. Hasta el año pasado la máxima fiesta cívica duraba tres días, pero debido a que en la celebración de 2004 una persona resultó lesionada por un disparo, la delegación sólo autorizó un día para el festejo, además de que dispuso un operativo de seguridad con 300 policías.
Ayer la jornada no estuvo exenta de accidentes: en la escaramuza entre los bandos, Ramón Chica Moreno, de 18 años, sufrió quemaduras leves en el brazo izquierdo y fue trasladado al hospital Magdalena de las Salinas.
Así, en contraste con la calma y el poco tránsito vehicular que hubo ayer en la mañana en la ciudad, en San Juan de Aragón hubo mucho movimiento desde temprano: solos, en pareja, grupos familiares y de amigos, hasta llevando a bebés en brazos o carreola, o ancianos en silla de ruedas, pero eso sí, todos con su respectiva vestimenta, los sanjuanenses salieron de sus casas para concentrarse en la plaza cívica, al lado de la iglesia de San Juan Crisóstomo, punto de partida y llegada del desfile, y donde se escenifica el combate.