Diablo y polvo es también una oda a los perdedores
Canta Springsteen a migrantes mexicanos en su nuevo disco
Ampliar la imagen El Jefe durante un concierto en Barcelona, Espa�en 2003 FOTO Afp
Nueva York, 1º de mayo. El nuevo disco de Bruce Springsteen es una serie de odas a los que siempre pierden, a los que sufren las derrotas de la vida cotidiana y que, con coraje, lágrimas y a veces sólo por el amor de una mujer, avanzan y hasta en ocasiones sueñan. Pero también contiene una sorpresa -igual que como lo hizo hace 10 años-: el legendario roquero estadunidense también canta sobre los inmigrantes mexicanos.
En Devils & dust (Diablos y polvo), Springsteen canta sobre el veneno del temor, amores desperdiciados, golpes contra la fe, promesas de que esta vez uno no va a estropearlo todo, de sobrevivir a los desencantos y de los rescates milagrosos de uno por una mujer.
Las 12 canciones compuestas por Springsteen cuentan de sueños reprimidos por la realidad cotidiana, y a veces, dentro de estos lamentos, de cómo se asoma un poquito de luz. También irrumpen dos rolas de amor juguetonas, pero el tono general del disco es oscuro. Su contenido es una mezcla de corrido, country-blues y brotes de rock. Es un disco difícil, triste, duro pero envinado con ternura, y un par de relámpagos de alegre celebración rocanrolera.
"Quiero construirme una casa, sobre un terreno más alto/Quiero encontrarme un mundo, donde el amor es el único sonido/Arriba de este camino, lleno de sombras y duda", canta en Leah, mujer que le da la esperanza de poder dar lo que tiene en su corazón y empezar a vivir.
En la canción que da nombre al disco, Springsteen canta: "Siento un viento sucio soplando/Diablos y polvo.....Tengo a Dios de mi lado/Sólo estoy intentando sobrevivir/Pero y que si lo que haces para sobrevivir/Mata a las cosas que amas/El temor es una cosa poderosa/Puede convertir tu corazón en negro, en eso confía/Tomará tu alma llena de Dios/Y la llenará con diablos y polvo".
Desde el punto de vista de un soldado
En una reciente entrevista, Springsteen comentó que escribió esta canción al comenzar la guerra contra Irak, en 2003, con la idea de hacerla desde el punto de vista de un soldado estadunidense en Irak. La canción empieza así: "Tengo mi dedo sobre el gatillo/Pero no sé a quien confiar". Pero, señala, también se puede interpretar de otras maneras.
Aquí hay canciones de los perdidos de este país, de los que intentan escaparse sin éxito, de un boxeador, de una hora con una prostituta, de panoramas nublados del suroeste (incluyendo unas cuantas palabras en español), de brotes de nostalgia por un amor, de un inmigrante que muere.
En el disco, al introducir la canción La ribera de Matamoros, Springsteen escribe: "Cada año muchos mueren cruzando los desiertos, montanas y ríos de nuestra frontera sur en busca de una vida mejor. Aquí sigo el viaje al revés, desde el cuerpo al fondo del río, al hombre caminando a través del desierto hacia las orillas del río Grande".
Es una canción oscura y lenta que cuenta cómo el río te hunde hasta que finalmente te deja salir a la "luz sin un sonido", de cómo las tortugas comen los parpados del difunto para dejarlos "abiertos a las estrellas". Como se acaba un humano "hasta que toda huella de quien eras se desvanece". El coro es una despedida: "Adiós, mi cariño, por tu amor le doy gracias a Dios/Encuéntrate conmigo en las riberas de Matamoros".
La canción escueta y simple, habla de caminar por el desierto con "mis bolsillos llenos de polvo, mi boca llena de piedra fría" y de cómo "la luna abre al mundo a sus huesos". Continúa con lo que es un grito de amor y luto: "Tu dulce memoria llega en el viento nocturno/Duermo y sueño con tenerte en mis brazos de nuevo/Las luces de Brownsville, brillan al otro lado del río/Suena un grito y me echo un clavado en el río rojo cenagoso/Anhelo, mi cariño, tu beso, por tu dulce amor doy gracias a Dios/el tocar amoroso de tus dedos/Encuéntrate conmigo en el Matamoros...
Descepción para devotos
El disco, el decimonoveno del roquero, seguramente decepcionará a los devotos de El Jefe que esperan encontrarse con el rock puro de Springsteen. Aquí, casi toda la música es acústica, algunas de las canciones son acompañadas sólo con una guitarra y armónica. En partes de este disco, Springsteen, una vez más, regresa a las raíces de la música folk al estilo de su héroe, el gran cantautor radical Woody Guthrie.
En cierto grado, este disco representa un retorno a su obra de hace 10 años, The ghost of Tom Joad, el cual era una crónica de historias de trabajadores, de ira por la injusticia contra el hombre común, y de corridos sobre las trágicas aventuras de inmigrantes mexicanos.
Pero este disco no puede ser más contemporáneo en un Estados Unidos donde el temor envenena, donde tener fe es cada vez más difícil, donde los "diablos y el polvo" parecen estar por todas partes. Springsteen no vive en la nostalgia como tantos de sus colegas veteranos del rock, sino que su aportación continúa investigando el presente. Es difícil bailar con este disco, pero tal vez es hora de que todos aprendan cómo dar un paso diferente.
Springsteen estará de gira por Estados Unidos y Europa durante los próximos dos meses, en parte para promover su nuevo disco. Más información: www.brucespringsteen.net