CIUDAD PERDIDA
Madrazo, el gran culpable en la operación López
Llevó a los priístas al descrédito
De traiciones y perversidades
EL FRACASO de la operación López, como se había clasificado en el PRI el montaje por el que se trató de dejar fuera de la contienda electoral al jefe de Gobierno de la ciudad de México, ha encontrado en Roberto Madrazo al gran culpable.
PASADO EL momento del inesperado impacto, los priístas, o una muy importante parte de ellos, cayeron en la cuenta de que su líder, Roberto Madrazo Pintado, llevó a ese partido al descrédito más importante de los últimos tiempos y, muy seguramente, a quedar fuera de la posibilidad, tan acariciada, de volver a Los Pinos.
A MADRAZO lo chamaquearon, le vieron la cara, y en su ingenuidad se llevó entre las patas a casi todo el PRI, a lo poco o mucho de confianza que quedaba en ese organismo, que después de los últimos desplantes de despecho público, de lloriqueo, se ha hundido, irremediablemente, en los lodos de su propia trapacería.
ESE ES el análisis y la voz de muchos militantes del PRI que quieren para ya, para inmediatamente, la renuncia de Madrazo, no nada más a la presidencia de su organización política, sino también a cualquier pretensión por ocupar un lugar en las internas con miras al 2006.
Y ES que como al coyote de las caricaturas, a Madrazo todo le salió mal, la bomba le estalló en las manos y con sus lamentos y gritos por la traición, dejó al descubierto su complicidad y la de su partido en la canallada del desafuero.
EL PROCESO que llevó al líder priísta hasta la histeria es por demás interesante. Después del desafuero Roberto Madrazo llevó al silencio a su partido. Una muy buena parte de los costos de la canallada los estaba pagando el PAN.
PARA BUENA parte de los mexicanos, Fox y los azules debían cargar con todo el desprecio de la gente. La condena sólo golpeaba de rozón a los priístas. A fin de cuentas fue tanta la insistencia de Macedo de la Concha y de Vega Memije por defender la tesis de lo absurdo, que en muchas partes se olvidó que el PRI era otro de los tornillos que pretendían sostener la canallada.
EN AQUEL momento hubo quienes, en el PRI, calificaban de genio de la política a Madrazo. La figura del líder se agigantaba, alimentada por los errores de la PGR, las pifias de Fox y la ausencia de apoyos priístas a favor de sus cómplices.
PERO LA verdad, no obstante, contaba otra historia. La voluntad perversa de Madrazo fue marcando el camino hacia el despeñadero. Hoy resulta obvio que entre el PRI y Vicente Fox existía un acuerdo para impedir que López Obrador figurara en las papeletas, pero Fox traicionó, seguramente en bien de todos, la resolución absurda que puso en peligro la tranquilidad del país.
DE TODO esto los diputados priístas están al tanto. Las reflexiones del momento ya no buscan algún pretexto para evadir el daño hecho al PRI. Madrazo sabía que no era seguro acordar con Fox, que no se podía suponer, por ningún motivo, que el mangoneo hacia el personaje de las botas podía durar por siempre, y que nada ni nadie podría cambiar el rumbo de aquel acuerdo oscuro.
MADRAZO FALLO, fracasó. La jugada más importante de su gestión frente al PRI se perdió y ahora no sólo se tendrá que luchar en contra de la creciente popularidad del jefe de Gobierno, sino en contra de otro estigma más hacia su partido.
LAS DECISIONES en el PRI deberán venir pronto, pero ahora el grupo de gobernadores que sí tiene fuerza dentro de esa organización política tiene un motivo más para poder agrupar a un número mayor de militantes para reafirmar aquello de: Todos Unidos Contra Madrazo.
LO QUE pase en adelante podría tampoco tener lógica o sentido común. A fin de cuentas, hay que recordarlo, el PRI siempre será eso mismo: el PRI.