Nunca dimos nuestro aval a López Obrador: Arizmendi

Pastoral Social no debió hablar sobre el desafuero, opina Norberto Rivera

ALFREDO MENDEZ ORTIZ Y ALMA E. MUÑOZ

Aunque algunos "grupos o fracciones" perdieron con la salida política que se dio al enfrentamiento entre el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, y el presidente Vicente Fox, "México es el principal ganador: gana en paz, gana en democracia, pero sobre todo en un futuro más transparente, y por eso nos alegramos", celebró el cardenal Norberto Rivera Carrera, quien ayer retomó la celebración de la misa dominical en la Catedral Metropolitana, tras su regreso del Vaticano.

Sobre la posición de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que el pasado 20 de abril emitió un comunicado para manifestar que el desafuero de López Obrador viola el derecho de la sociedad a elegir a sus gobernantes, el arzobispo primado de México aseguró en entrevista que entre los jerarcas de la Iglesia católica mexicana no existen "divisiones" por el tema del desafuero, sino "opiniones distintas que no debieron verterse aquí".

-¿López Obrador debe estar en las boletas electorales de 2006? -se le preguntó.

-No puedo opinar ni de candidatos ni de partidos. En ese tema no entro aunque me tiren la cascarita.

Antes, durante su homilía, hizo referencia a la conmemoración del 1° de mayo y pidió a Dios "por todos aquellos que no tienen trabajo y otros más que no quieren laborar, porque eso hace que nuestra sociedad se retrase, que nuestro mundo sufra y que nuestras familias tengan hambre".

Norberto Rivera refirió que "aquellos que quieren trabajar y no tienen trabajo realmente para ellos es una tragedia no sólo personal, sino también para sus familias y para la nación".

En otro tema, el prelado destacó que la Iglesia emitió de manera formal y por escrito una invitación al papa Benedicto XVI para que visite el país en noviembre próximo, fecha en que se presentará el compendio de la doctrina social católica. No obstante, reconoció que es muy pronto para que el nuevo pontífice venga a México, aunque "sin duda algún día vendrá a visitarnos".

Respecto al caso López Obrador, Rivera Carrera hizo un reconocimiento a la Presidencia de la República por ser una de las instituciones que hicieron posible "que las cosas no llegaran a un gran enfrentamiento". Aseguró que con el posible dialogo entre los gobiernos en conflicto se visualiza un clima distinto para las elecciones de 2006, y confió en que a pesar de las controversias y diferencias "haya paz y sobre todo libertad para escoger a aquel que nosotros queramos escoger".

En tanto, para la arquidiócesis primada de México el enfrentamiento entre los gobiernos federal y capitalino por el desafuero de López Obrador provocó el descrédito de las instituciones, que fueron usadas con fines políticos poco transparentes.

En el editorial del semanario Desde la Fe, que desde ayer se distribuyó en las parroquias de la ciudad de México, se menciona que "el saldo de este desgaste ha sido el descrédito de las instituciones, el desprecio del quehacer político y de sus actores, el pesimismo de nuestros jóvenes que los lleva a dar razón a su apatía social y a su individualismo".

Asimismo, refiere que "por desgracia las grandes perdedoras de esta absurda batalla han sido las instituciones del país, de las que nos queda la impresión de haber sido instrumentalizadas por los actores políticos con fines políticos poco transparentes".

La arquidiócesis celebra la decisión del Presidente de la República de ofrecer una salida política al conflicto y revisar el expediente judicial de López Obrador por el caso de El Encino.

"Cuando el panorama pintaba más pesimista, el Presidente de la República decidió dar un paso en el necesario camino de la reconciliación aceptando la renuncia del procurador general de la República, ofreciendo una exhaustiva revisión del expediente del jefe de Gobierno capitalino y enviando una iniciativa de ley (en la que se garantiza conservar los derechos políticos de los procesados)", puntualizó.

Por su parte, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, consideró que la sociedad mexicana se ha polarizado en "extremos peligrosos" por el desafuero de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno del Distrito Federal, pese a las "esperanzadoras luces de solución ofrecidas sabiamente por el Presidente de la República (Vicente Fox Quesada)".

Durante su mensaje dominical, el prelado presentó dos definiciones sobre el político tabasqueño, posturas que, dijo, son divergentes incluso entre los mismos obispos. "Hay quienes lo ven como el mesías, como si de veras pudiera cambiar el rumbo del país con su proyecto alternativo de nación, no obstante los graves actos de corrupción que se han descubierto en algunos de sus colaboradores.

"Otros lo consideran un peligro para la estabilidad social por su belicosidad y altanería, por su estilo confrontativo con los poderes establecidos y por su pasado en Tabasco."

Sin embargo, insistió, en la jerarquía católica "estamos todos de acuerdo y muy unidos en la defensa de la doctrina, la moral y la pastoral, pero en la valoración de asuntos coyunturales son explicables nuestros diferentes puntos de vista. En este caso en concreto, cuando hemos criticado el procedimiento que se siguió no por ello damos un voto de confianza al candidato acusado; ése no es nuestro papel. Pero también sabemos por estas razones hay personas que se sienten desconcertadas".

Las preguntas entonces, dijo, son, "¿hacia qué mundo vamos?, ¿cuál será el futuro inmediato del país?, ¿qué pasará en las elecciones de 2006?, ¿cómo lograr que no se pierda la gobernabilidad?, ¿qué partido merece nuestra confianza?, ¿a quién creerle?, ¿por qué tanta falta de respeto a las autoridades y a toda institución?, ¿habrá una respuesta positiva a mano tendida para concretar una salida al momento presente?"