Los platillos son preparados con producto ''del día''
Villamar trae la comida costera hasta las playas de Iztapalapa
Ampliar la imagen El chef Julio Armando Villaseca P�z muestra algunos de los m�de 50 platillos que se preparan en el restaurante Villamar FOTO Jes�llaseca
Sin mayores pretensiones que ofrecer un restaurador momento que incluya unas buenas viandas de la costa, hace unas semanas se estableció en las playas de Iztapalapa un sitio especializado en comida del mar.
Villamar es su nombre y el vocablo resulta de una conjunción del apellido de sus propietarios, Villaseca y mar, que lo mismo puede referirse al mar, lugar de procedencia de lo que ahí se expende o bien a los mariscos. En fin, la interpretación, cosa nimia, queda al arbitrio de los comensales.
La carta es amplia, poco más de medio centenar de platillos entre los que destacan la cazuela de mariscos y el alambre. La primera es una composición caldosa, a base de los jugos derramados por el contenido (camarón, pulpo, calamar), además de tocino y quesos. Mientras que la segunda consiste en el trincho con carnes. Uno entero bien sirve para dos hambres moderadas.
Todo lo que ahí se expende tiene frescura ''vamos al dia en cuanto a todo lo que tenemos'', explica Daniel Villaseca Chávez, uno de los propietarios del sitio que abrió sus puertas el 15 de enero de este año. Agrega que el secreto está en llegar temprano a la Nueva Viga para proveerse de lo necesario en buenas condiciones, tan pronto lo están descargando de los camiones congeladores.
La inquietud para establecer un restaurante de comida del mar le vino a Daniel, y a su hermano David, luego de que el primero trabajó hace unos años con el ahora famoso Jarocho Margarito, quien, junto con su esposa, tenía en aquel tiempo un sencillo puesto de cocteles de mariscos sobre la carretera Texcoco-Lechería, justo a la entrada de la Feria del Caballo, precursor del amplio y visitado restaurante que ahora poseen.
Un obligado retiro espiritual de los dos hermanos los forzó a cambiar de rubro de negocio y de una rectificadora de motores pasaron al de la comida.
Un congelador casi vació da fe de la frescura de los alimentos que cocinan apenas pasada la hora de la comida un sábado. El no poder cumplir con la demanda de unos camarones empanizados por parte de una pareja que se tuvo que conformar con unas igualmente paladeables tostadas de pescado es otra muestra de ello.
Por otra parte, algunos habitués del rumbo confiesan que el caldo de camarón tiene las condiciones suficientes para caer entre la categoría de los curacrudas.
Refrescos embotellados y cervezas conforman la parte líquida de la carta que incluye, en cuanto a postres, arroz con leche y gelatinas, pues se toma en cuenta que la asistencia es familiar. Diríase que cuatro comen acaso por una suma poco superior a los 200 pesos.
Villamar está ubicado en calzada Ermita-Iztapalapa 1184 esquina con Hombres Ilustres, a media cuadra del Metro Iztapalapa, en el Barrio de San Lucas, en Iztapalapa.