Especialista
Peligra la agricultura urbana
Sin una política pública que apoye a quienes ofrecen en ciudades productos orgánicos y baratos a la población se estará atentando no sólo contra una cultura, sino también contra la subsistencia de las urbes donde aceleradamente se han perdido espacios verdes y está en riesgo el abasto de agua, subrayó Beatriz Canabal, integrante de la Red Latinoamericana de Investigaciones en Agricultura Urbana.
En el coloquio La importancia de la agricultura urbana en América Latina, que organizó el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, los participantes de Bolivia, Colombia, Cuba, Perú y Argentina presentaron modelos que han sido exitosos en sus ciudades, pero que en las urbes del país no han fructificado por la falta de apoyo y sensibilidad de las autoridades.
La ciudad de México, por ejemplo, está en situación de emergencia, porque los recursos naturales se agotan y la contaminación aumenta. Las políticas conservacionistas para evitar el avance de la mancha urbana serán insuficientes mientras no se reconozca a los productores que desde hace varias generaciones han mantenido sus prácticas para consumir, generar y comercializar artículos. Incluso dicha agricultura es fuente de 60 mil empleos directos, aunque combinados con otras actividades urbanas, dijo la también investigadora de la UAM.
Canabal consideró que es el momento de establecer políticas públicas que reconozcan a los productores y que éstos no dejen de proteger sus condiciones de vida, pues han logrado, por ejemplo, que no se construyera un campo de golf en Santa Cecilia; se logró que Peña Pobre dejara de talar los bosques de Milpa Alta, y han mantenido vivos proyectos en Cuajimalpa y Xochimilco.
La apuesta, recomendó la experta, es que los gobiernos estatales y locales participen en este proceso de agricultura urbana.