Usted está aquí: martes 26 de abril de 2005 Espectáculos MUSICA

MUSICA

Mariana Norandi

Taraf Haïdouks, fiesta gitana en la Nezahualcóyotl

Ampliar la imagen M� con ra�s centenarias FOTO Cortesia discos Corason

ESTE DOMINGO SE presentó el grupo gitano Taraf de Haïdouks ante una sala Nezahualcóyotl totalmente llena. Esta banda, compuesta por 12 músicos, es originaria de Clejani, aldea rumana ubicada a 40 kilómetros de Bucarest que posee gran tradición musical. Taraf de Haïdouks se había presentado en el mismo foro universitario a finales de 2002 y regresó para hacer una pequeña gira por algunas ciudades de México.

POSEEDORA DE CUATRO producciones discográficas, la música del grupo tiene raíces centenarias que ha ido conservando y trasmitiendo de generación en generación. Muchas de sus canciones son instrumentales, en las que el violín y el acordeón compiten por destacar en la melodía con gran intensidad, virtuosismo y floritura. Los otros elementos son el contrabajo, la flauta, el clarinete y el cimbalón, parecido a la marimba pero característico de la música tradicional gitana. Este grupo también hace interpretaciones que van acompañados de voz. La lengua que utiliza es el romaní y, siguiendo la tradición musical gitana, recurre el tema épico como elemento poético central. Su vocalista principal, Ilie Lorga, al ser uno de los más veteranos del grupo, interpreta y admira la canción tradicional, por lo que sus letras hablan de asuntos históricos de la región, batallas épicas o figuras populares. En cambio, intérpretes más jóvenes, recurren al amor como elemento inspirador de sus composiciones.

ESTOS MUSICOS, DE aspecto sencillo, ejecutan una música extremadamente complicada. No sólo por su maestría interpretativa, sino por su capacidad de improvisación. Nunca una canción de ellos suena igual y, dependiendo del público ante el que se presenten, sus interpretaciones toman un ritmo u otro. Aunque no entendimos el significado de sus palabras, sí nos trasmitieron su estrecha conexión con el público mexicano, el cual supo responder de manera muy positiva al arte de estos gitanos.

SEGUN MARY FARQUHARSON, directora de Discos Corason y representante artística de la banda en nuestro país, el grupo introdujo en sus canciones, de manera improvisada, versos que expresaban su emoción ante la respuesta entusiasta del público mexicano.

EL CONCIERTO, QUE duró dos horas, no sólo destacó por su improvisación musical, sino también por la espontaneidad de algunos de sus músicos. El violinista Paúl Posaran Gauchea y el flautista Gheorghe Falcaru bailaron algunos de los temas. Esta música no posee una danza folclórica ensayada, típica de los grupos gitanos comerciales creados para la exportación, sino que la danza, para ellos, es una expresión espontánea que surge de la liberación de emociones. Esta libertad expresiva es lo que hace especial al grupo. Es una música que no tiene reglas estrictas, que es parte de un momento vivido y que refleja el gusto por la vida que siempre ha caracterizado a los pueblos gitanos, aún en situación de opresión y marginación.

LA MUSICA DE Taraf de Haïdouks representó un viaje ancestral por las culturas mediterráneas por donde han transitado durante siglos. Sus sonidos nos transportan de Rumania a Turquía, Siria o al sur de España, Yugoslavia, Grecia o Italia. La voz de Ilie Lorga recuerda los orígenes flamencos andaluces en los que el cante era una liberación espiritual. Su música transitó por toda una gama de emociones que bien pueden ser alegres y festivas que melancólicas o dramáticas. Farquharson comenta que la música de estos gitanos "si te sientes alegre, te hace sentir más alegre, y si te sientes triste, te harán sentir más triste, porque es una música interpretada a flor de piel".

FINALIZADO EL CONCIERTO, el grupo tuvo que salir en dos ocasiones al escenario por petición del público. En la última pieza, la gente no se contuvo y empezó a bailar e, inclusive, una muchacha subió al escenario y bailó con el flautista.

LO QUE COMENZO con gran expectación y solemnidad, finalizó en una auténtica fiesta gitana. Lo que parecía una música lejana, logró romper fronteras, espacios y tiempos para unificar culturas a través de la calidad musical y la universalidad de emociones. Demostrando que, cuando la expresión de un pueblo es auténtica, las diferencias culturales o lingüísticas se difuminan.

TARAF DE HAIDOUKS se volverán a presentar esta noche en la sala Nezahualcóyotl, a las 20 horas.

 
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