Usted está aquí: domingo 24 de abril de 2005 Opinión MELON

MELON

Luis Angel Silva

Sigue la jiribilla

PARA SEGUIR CON la jiribilla anterior, mi querido enkobio, por supuesto me quedé corto, pero poco a poco irán apareciendo, sólo que debo decir que también tengo favoritos mexicanos, porque asimismo hay "paisanos", a los que reconozco su valía.

CON LALO MONTANE tuve contacto directo. Hicimos coro juntos en muchas grabaciones, también compartimos tarima por lo que tuve oportunidad de gozar con su calidad. Su sencillez le permitía transmitir conocimientos sin alharacas ni dobleces. Espero que un día se le dé el reconocimiento que merece por sí solo, no sólo por haber grabado con Beny Moré.

TONY CAMARGO ES otro sonero que grabó y fue, al igual que Lalo, pareja de La voz de oro de Cuba. Del Tanque guardo gratos recuerdos, no sólo por ser vecino de mi barrio. Le hice coro en sus grabaciones con Los Diablos del Trópico, para mí la primera oportunidad de estar en un estudio.

DE OTROS COLEGAS tengo mucho que admirar y agradecer por lo que aprendí con ellos. Me viene a la memoria Alejandro Cardona, trompetista extraordinario, al que el maestro Juan Bruno Tarraza le hacía arreglos que le permitián lucir su gran calidad. Este su nagüeriero, puede dar fe de las ovaciones recibidas por Cardona al interpretar los arreglos del maestro, en especial Rhapsody in blue, de George Gershwin.

OTROS TROMPETISTAS QUE me movieron el tapete fueron César Molina, Agapito Silva, Aurelio Cedillo, Toño Mezcalilla y, por supuesto, Manuel Osorno Buendía, el inolvidable Manolo al que no sé por qué razón le cambiaron el apellido. Todos los nombrados fueron grandes improvisadores, especie casi en extinción que en estos tiempos se nota más. Por lo que a mí respecta hace tiempo que no escucho algo que me haga sentir mariposas en el estómago.

EN MIS PRINCIPIOS, los cuales se remontan a 1949, hubo soneros muy buenos en todos los instrumentos los cuales conocían el son en toda la extensión de la palabra. Era obligación tocar con propiedad respetando la clave, en una palabra: como debe ser. Los conjuntos eran de primer nivel, como diría conocido cronista de futbol. Recuerdo entre los pianistas al Viejo Luis, Daniel de la Vega, Salomón Jiménez, Toño Espino, Fayo Cabrero, Pepe Bustos, Luis Lozano, y no hablo de Gallina porque él llegó más tarde y se prestaría a suspicacias. Pero usted, mi enkrukoro, puede tener su opinión acerca de Mauro Enrique Chávez Vergara, que era su nombre.

EN MI OPINION, en la música cubana lo que cuenta es el sabor y lo que se pueda transmitir al público, es por eso que hubo compañeros que sin leer música ponían a gozar al pinto de la paloma, al desarrollar su actividad de manera espléndida. Dicho esto con todo respeto para los que en este tiempo se autonombran estrellas.

ENTRE LOS PERCUSIONISTAS los hubo muy buenos, no sólo cubanos, también nacionales, sólo que los cubanos casi todos eran virtuosos: Chicho, fuera de serie; Ramoncito Castro, muy fino en su ejecución; Yeyo Tamayo, excelso; Modesto Durán, otro que fue parte de la orquesta de Dámaso Pérez Prado, cuya calidad se percibe a través de las grabaciones de la primera orquesta del Cara e'foca.

PARA DESPEDIRME LE diré, monina, de la calidad de Pablito Peregrino, sobrino de Toña la Negra, y hermano de David El negro, que tocaba el bongó y el tres con singular maestría; grabó con Miguelito Valdés un número titulado Qué tal te va, y con el Trío Caribe, cosas para la historia que dan fé de su potencial artístico. ¡Vale!

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