Usted está aquí: domingo 24 de abril de 2005 Sociedad y Justicia Desigualdad, principal obstáculo para cumplir las Metas del Milenio

Generar empleos dignos y productivos, desafío para México: representante de la ONU

Desigualdad, principal obstáculo para cumplir las Metas del Milenio

Migración y mala focalización de programas sociales, trabas para superar la pobreza extrema

ALMA E. MUÑOZ

El principal obstáculo que enfrenta México para superar la pobreza es la desigualdad, y si no se reduce "es poco probable que el país cumpla las Metas del Milenio" que establecen disminuir de 2000 a 2015 rezagos y problemáticas sociales, señaló en entrevista el coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en México, Thierry Lemaresquier.

Apuntó que uno de los grandes desafíos nacionales tiene que ver con la falta de generación de empleos, y derivado de esto el incremento del sector informal, que deja a los trabajadores en situación de vulnerabilidad porque carecen de seguridad social y laboran en condiciones precarias.

Según datos reportados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el gobierno mexicano sobre el avance nacional en el combate a la pobreza y el hambre, mejoría en la educación, equidad de género, sostenibilidad ambiental, incremento en la salud y fomento de una asociación global para el desarrollo, entre otros puntos, el número de personas ocupadas por cuenta propia asciende a más de 10 millones, mientras existen más de 16 millones en micronegocios.

Lemaresquier explicó que la visión del informe refleja que México es un país bien encaminado para cumplir la gran mayoría de las ocho Metas del Milenio que se establecieron en 2000 las 189 naciones que integran la ONU, pero corre el riesgo de no rendir cuentas favorables porque enfrenta alertas en algunos aspectos, principalmente en reducir en dos terceras partes la mortalidad materna y de los niños menores de cinco años, así como elaborar y aplicar estrategias que proporcionen trabajo digno y productivo a los jóvenes.

Insistió que en naciones de desarrollo intermedio, como México, es necesario aspirar a mayores resultados porque, como ocurre en los lineamientos establecidos para combatir la pobreza extrema, la paridad de poder adquisitivo en América Latina se mide en dos dólares y no en uno, como se planteó. Esto ayuda a que haya cumplimiento del primer objetivo, al conseguir en los pasados 10 años, en el caso mexicano, una disminución de 6.1 millones de personas en dicha condición.

Sin embargo, dijo, aún hay más de 20 millones de pobres extremos porque hay algunos factores que impiden superar en algún momento este flagelo. Entre ellos la migración y la mala focalización de los programas sociales.

El coordinador residente de Naciones Unidas en México insistió que será difícil que el país alcance el cumplimiento cabal de las metas en materia de salud porque, en el caso de recién nacidos hasta niños de cinco años, sus muertes ocurren por malformaciones y "enfermedades catastróficas" que no necesariamente se curan con fármacos, como ocurre con infecciones. En este caso, dijo, hay que considerar la calidad de los servicios sanitarios.

Subrayó que los problemas de México, como en el resto de la región latinoamericana, tienen que ver con la desigualdad territorial, étnica, entre sexos y social. Y esto representa un gran desafío para los estados, sobre todo porque requieren de redes de protección social. Los tres riesgos en este caso son cobertura social, cesantía y jubilación.

"Estamos diciendo que sin una focalización de las políticas públicas en temas que puedan desatar una reducción de la desigualdad, lo más probable es que ningún país llegue a cumplir cabalmente con las Metas del Milenio. Y si lo hiciera sería por la magia de los promedios nacionales, dejando muy por debajo bolsones muy importantes de grupos sociales que estarían fuera de esos parámetros. En cada uno de los capítulos -educación, pobreza, salud, equidad de género, entre otros- el lema es el mismo, la desigualdad existe", subrayó.

Un ejemplo: aunque se habla de una reducción en México de 61.6 por ciento de personas cuyos ingresos son inferiores a un dólar diario, al pasar de 10.8 millones en 1989 a 4.1 en 2002, la proporción en el ámbito urbano, donde habitan más de dos tercios de la población, es de solamente 0.2, mientras en el rural es de 10.5 por ciento.

 
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