La PGR recibe el expediente sobre la desaparición de un reportero de Sonora hace 21 días
Nulo avance en pesquisas sobre crímenes contra periodistas
En Veracruz, Yunes se dice dispuesto a comparecer en el caso Raúl Gibb
Preside el obispo de Neza misa por reporteros muertos en días recientes
Ampliar la imagen El obispo de la di�is de Nezahualc�l, Carlos Garfias Merlos, al t�ino de la homil�en memoria de los periodistas asesinados en fechas recientes en Tamaulipas y Veracruz FOTO Rene Ramon Alvarado
La Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) atrajo "en forma definitiva" el caso de Alfredo Jiménez Mota, reportero del periódico El Imparcial, de Sonora, desaparecido hace 21 días.
José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la SIEDO, recibió este sábado de manos del procurador general de Justicia del estado de Sonora (PGJE), Abel Murrieta Gutiérrez, el expediente del caso del comunicador desaparecido desde el 2 de abril.
Santiago Vasconcelos se encuentra en Sonora para encargarse en forma directa de la investigación, en compañía de un equipo especial de la fiscalía dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR).
El martes pasado, en su visita a Sonora, el presidente Vicente Fox ordenó a la PGR, en presencia de los padres del reportero desaparecido, no escatimar esfuerzos ni recursos para resolver lo antes posible el caso Jiménez Mota.
Durante aproximadamente 18 días la PGJE tuvo el caso en sus manos, lapso durante el cual se establecieron varias líneas de investigación, las cuales se han mantenido en secreto, pero que apuntan hacia el crimen organizado y los trabajos periodísticos realizados por el comunicador de 25 años de edad.
La fiscalía estatal habría realizado varios operativos en municipios de Sonora siguiendo pistas obtenidas por llamadas telefónicas anónimas, pero ninguno condujo a ubicar el paradero de Jiménez Mota.
El caso del reportero de El Imparcial se ha sumado en los días recientes a la muerte de la periodista de radio tamaulipeca Guadalupe García Escamilla y la del propietario del diario La Opinión, de Poza Rica, Veracruz, Raúl Gibb Guerrero, asesinado el 8 de abril.
Sobre este último caso, el subsecretario federal de Seguridad Pública, Miguel Angel Yunes Linares, dijo estar dispuesto a comparecer ante el Ministerio Público que lleva las investigaciones del asesinato del empresario. Manifestó que tenía una firme amistad con el periodista y está dispuesto a colaborar para que se esclarezca el crimen.
Entrevistado durante una visita al puerto de Veracruz, Yunes Linares se refirió al asesinato de Gibb Guerrero, ocurrido el 8 de abril, cuando sicarios lo emboscaron en la carretera a Papantla, donde tenía su domicilio.
Afirmó que si bien la PGR atrajo la investigación -al igual que otros casos de comunicadores en el país-, el gobierno local tiene la obligación de coadyuvar y proseguir las pesquisas para esclarecer el asesinato.
"La intervención de la PGR no significa que las autoridades estatales se deban desvincular, pues la obligación primaria (para indagarlo y castigarlo) es del gobierno local".
Yunes Linares comentó: "yo hablaba con mucha frecuencia con Raúl (Gibb); teníamos planeado ir a pescar en el norte del estado un fin de semana, y ese viernes que ocurrió la ejecución le hablé a su celular pero ya no respondió. Si me llaman a declarar lo haré con gusto, pero no lo creo necesario".
Yunes Linares instó al gobierno veracruzano a adoptar "medidas preventivas y curativas" contra la delincuencia organizada que se ha asentado en el territorio estatal.
"Estas medidas deben aplicarse sin tardanza. Es evidente que hay presencia del crimen organizado, el cual se tiene que combatir con todos los recursos.
"Este año se destinaron casi 250 millones de pesos para apoyar a Veracruz; con actividades coordinadas hemos ofrecido al gobernador entrar a las regiones del estado donde es evidente que haya actividad del crimen organizado y en particular del narcotráfico".
RENE RAMON Y DAVID CARRIZALES CORRESPONSALES
Reporteros y corresponsales de medios nacionales, estatales y regionales de la zona oriente del estado de México acudieron a una misa que ofició el obispo de la diócesis de Nezahualcóyotl, Carlos Garfias Merlos, por los periodistas que han sido asesinados en los meses recientes en Veracruz y Tamaulipas, además para pedir que aparezca sano y salvo Alfredo Jiménez Mota, reportero del diario El Imparcial, de Hermosillo, Sonora, desaparecido hace 21 días.
Garfias Merlos ofició la noche del viernes una homilía en la cual rezó por Guadalupe García Escamilla, reportera de radio Stéreo 91, de Nuevo Laredo, Tamaulipas; Raúl Gibb, de La Opinión, de Poza Rica, Veracruz, y otros cuatro periodistas que en los tres meses anteriores han sido víctimas del crimen organizado.
"Pedimos por el eterno descanso de los reporteros y periodistas caídos en el cumplimiento de su deber", expresó durante la ceremonia efectuada en la catedral de Nezahualcóyotl, donde se dieron cita representantes de los periódicos El Universal, La Jornada, Milenio, Ovaciones, El Sol de Mediodía, UnomásUno, El Valle, Diario del estado, Amaqueme, la revista Dobleces, la agencia Notimex, y de los programas radiofónicos Monitor, Reporte 98.5 y Formato 21.
El prelado ofició los rezos en compañía del párroco Héctor Carabantes Piñón, vocero de la diócesis, quienes oraron por la paz en el país. Carlos Garfias Merlos pidió tener en la memoria a los periodistas fallecidos.
Los informadores se unieron a esta oración para pedir que cesen las hostilidades contra el gremio periodístico y los ataques a la libertad de expresión en toda la República Mexicana.
La homilía fue organizada por los trabajadores de los medios de comunicación y la Iglesia católica, en solidaridad con sus homólogos de Veracruz, Sonora y Tamaulipas, entre otras entidades donde los comunicadores han sido objeto de agresiones físicas por ejercer su labor.
Protesta en Nuevo León por muerte de periodistas
Medio centenar de comunicadores y miembros de la sociedad civil de Nuevo León protestaron por la muerte de dos periodistas y la desaparición de uno más, hechos que se inscriben en el clima de impunidad e inseguridad pública que prevalece en el país.
Los manifestantes llevaron una carroza fúnebre en la que trasladaron un ataúd cubierto con hojas de periódico, el que colocaron a la entrada principal del palacio de gobierno y gritaron consignas en favor de la libertad de expresión, además de lanzar "vivas" al extinto periodista Manuel Buendía, y a los hermanos Flores Magón, quienes ejercieron el periodismo revolucionario.
En un escrito dirigido a la Presidencia de la República, al Congreso de la Unión y a las autoridades locales, expusieron a nombre del Movimiento a favor de la palabra, que la libertad de expresión se encuentra amenazada por grupos del crimen organizado y quienes desde el poder público se sienten incómodos cuando el periodismo libre busca la verdad.