Usted está aquí: jueves 21 de abril de 2005 Mundo Aboga Benedicto XVI por la unidad de todos los cristianos y el diálogo con otras religiones

Avanzará en la senda trazada por Juan Pablo II, dijo durante su primera misa

Aboga Benedicto XVI por la unidad de todos los cristianos y el diálogo con otras religiones

El ultraconservador Opus Dei celebra la elección del alemán como nuevo jefe de la Iglesia

AFP Y DPA

Ampliar la imagen Benedicto XVI saluda a ni�franceses durante la visita que realiz�er a su residencia romana, que utiliz�entras fue cardenal FOTO Afp

Ciudad del Vaticano, 20 de abril. El papa Benedicto XVI abogó hoy por la unidad de todos los cristianos y el diálogo con otras religiones en su primera misa como pontífice, en la que confirmó su intención de seguir avanzando en la senda trazada por Juan Pablo II, antes de recibir el cariño de los fieles.

En su homilía, pronunciada en latín en ceremonia privada con los cardenales al día siguiente de su elección, Joseph Ratzinger defendió una Iglesia unida y abierta, pero también tradicional, en la línea de su predecesor, a quien rindió un sentido homenaje.

Juan Pablo II, fallecido el pasado 2 de abril a los 84 años, "deja una Iglesia más valiente, más libre, más joven (...) que mira con serenidad al pasado y no tiene miedo del futuro", afirmó Benedicto XVI, quien llevaba en la mano la cruz del difunto Papa polaco, a quien se imaginó en voz alta mirándole y diciéndole: "no tengas miedo".

El guardián del dogma de Juan Pablo II confirmó su intención de proseguir su labor en ámbitos tan diversos como la juventud, el Concilio Vaticano II y el ecumenismo, y se comprometió a "trabajar sin escatimar energías en la reconstitución de la unidad plena y visible de todos los cristianos".

Además, se declaró decidido a "promover el contacto y entendimiento" con otras iglesias y comunidades eclesiales, sin citar a ninguna de ellas, y dialogar con seguidores de otras religiones y con otras civilizaciones, e inclusive con los no creyentes.

Ratzinger fue elegido el Papa número 265 de la historia el martes por la tarde al término de uno de los cónclaves más cortos, que se decidió en menos de 24 horas.

Después de su primer sermón, Benedicto XVI, de 78 años, visitó a sus compañeros de trabajo en la Congregación para la Doctrina de la Fe, heredera de la Santa Inquisición, que dirigió hasta su elección.

En su primera salida del Vaticano desde que fue elegido, recibió también sus primeras muestras de cariño cuando fue recibido con aplausos por las casi mil personas concentradas en la calle frente al apartamento romano en que vivió cuando era cardenal.

Allí besó a dos niños franceses, como solía hacer Karol Wojtyla, antes de subirse a su auto, que lo llevó a su nueva residencia oficial, provisional, en la Casa Santa Marta, escoltado por dos coches de seguridad. Ratzinger se mudará al Palacio Apostólico en cuanto sean terminada la remodelación.

Por lo demás, continúan los preparativos para la misa oficial del comienzo de su pontificado, el domingo, a la que asistirán autoridades y al menos medio millón de fieles. A partir de ese momento, Benedicto XVI podrá dedicarse completamente a su labor de jefe espiritual de los mil 100 millones de católicos del mundo.

Uno de los primeros grandes compromisos en su agenda serán las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se celebrarán el próximo agosto en su país natal, Alemania, en la ciudad de Colonia.

Podría ser el viaje inaugural de su pontificado, a menos que, como asegura la prensa italiana, decida ir primero a Polonia, en homenaje a Juan Pablo II, a quien el Papa alemán deberá decidir próximamente si le abre un proceso de beatificación.

La endeble salud y avanzada edad del nuevo Papa le complicarán la posibilidad de emprender viajes apostólicos como hizo Juan Pablo II, dijo hoy Manuel Díaz Cid, ex asesor del Consejo Pontificio para la Cultura del Vaticano: "El es un hombre de mente fría que evitará las comparaciones con su antecesor, por eso evitará los viajes, y el mejor pretexto será su salud y edad".

El catedrático Max Seckler, de la universidad Eberard Karl de la ciudad alemana de Tubinga, señaló hoy que Ratzinger, quien fue allí profesor de la Facultad de Teología, no siempre fue un religioso conservador.

En la década de los años 60 perteneció al movimiento de teólogos alemanes abiertos y progresistas que imprimieron su sello al Concilio Vaticano bajo el lema del aggiornamento, es decir, el acercamiento de la Iglesia al mundo moderno.

Seckler señaló que a finales de los años 60, estudiantes liberales de la universidad entraron en conflicto con Ratzinger, quienes "fueron muy ordinarios y lo trataron muy mal". Añadió que el futuro Papa se caracterizaba por "no saber lidiar con conflictos. No le sienta bien la agresividad".

Junto a Ratzinger dirigía la cátedra dogmática católica el teólogo suizo-alemán Hans Küng y parecían llevarse bien hasta que se pelearon en 1969, y el hoy Papa fue a enseñar en la Universidad de Ratisbona, para ser nombrado, años después, arzobispo y después prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe.

Mientras Ratzinger hacía carrera, Küng quedó aislado por cuestionar el dogma de la infalibilidad del Papa en el ámbito de la fe y las costumbres, y fue despojado del título de teólogo católico en 1979.

Benedicto XVI podría rehabilitar a su antiguo compañero, como lo solicitó la Facultad Católica Teológica de Tubinga.

El ultraconservador Opus Dei (Obra de Dios), que ha consolidado su presencia en América Latina, no tardó en celebrar la elección del cardenal alemán Joseph Ratzinger como nuevo jefe de la Iglesia católica, y ofrecerle su cooperación.

En declaración emitida en Roma por el número uno de la prelatura, Javier Echevarría, el Opus Dei le extendió la mano para seguir cooperando con la certeza de que representa la "continuidad" del difunto Papa.

El vicario regional del Opus Dei en Perú, principal plaza en Sudamérica del movimiento ultraconservador, José Luis López-Jurado, expresó en una declaración remitida a Afp que se sentía "reconfortado" con la elección de Ratzinger.

"Hace poco nos sentíamos huérfanos por la partida del queridísimo Juan Pablo II, y hoy nos sentimos reconfortados con la elección de Benedicto XVI (...)", indicó.

Sin mencionar por su nombre a Juan Pablo II, la declaración desliza la sugerencia de que Benedicto XVI comience el proceso de beatificación de Karol Wojtyla, al enfatizar su deseo de que su papado "sea fecundo en frutos de santidad".

Por último, el biógrafo de Ratzinger, John Allen, dijo a CNN que el religioso sufrió una hemorragia cerebral en 1991, aunque se ha recuperado de ese problema.

La hemorragia sufrida en 1991 "lo hizo retirarse por un tiempo, pero se recuperó (...) ahora goza de buena salud", afirmó.

 
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