Reúne a 70 mil personas en la capital tabasqueña

Reprocha López Obrador a Fox "traición a la causa"

Recepción de presidente, la que le dieron sus paisanos

JAIME AVILES ENVIADO

Villahermosa, Tab., 20 de abril. Con más de 70 mil personas en la Plaza de la Revolución-Tabasco 2000, que vibraron cuando Andrés Manuel López Obrador afirmó que Vicente Fox "se está revelando como un traidor a la causa de la democracia", el sureste mexicano se incorporó hoy a la lucha contra el que muchos consideran golpe de Estado salinista.

Vecinos de Campeche, Veracruz y Chiapas se mezclaron con habitantes de los 17 municipios de esta entidad, que llegaron a bordo de autobuses, bicicletas y lanchas para empuñar simbólicamente la pancarta que un solitario campesino trataba de mostrar al orador central: "Bienvenido paisano, nuestro presidente".

"Todo México es territorio AMLO", se ufanaba una manta circundada de carteles pequeños con declaraciones muy grandes: "Con Obrador, hasta la muerte", "Yo doy la vida por El Peje", "Andrés Manuel, presidente, nunca estarás solo", y todo ello a más de 40 grados centígrados, bajo un cielo cuajado de papalotes amarillos y en un estruendo incesante de tambores y pitos de carrizo.

Pero la jornada pública del jefe de Gobierno del Distrito Federal -quien esta noche aquí reiteró de nuevo que el lunes próximo reasumirá las funciones que le fueron encomendadas por el voto popular- comenzó a las 12:30 en el aeropuerto de la ciudad de México cuando, envuelto por una nube de reporteros, ingresó al área de salidas nacionales y, caminando entre sonrisas, palmadas y muestras de apoyo, tanto de viajeros como de trabajadores de la terminal, dijo a los paparazzi:

-No me sigan -y se metió al baño.

Iba de buen humor. En la sala de última espera, después de obtener su pase de abordar, se dejó abrazar y fotografiar por decenas de personas, y cuando el vuelo 663 se elevó sobre el valle de México, mirando la densa bruma del Distrito Federal desde la butaca A5 de la clase turista, dijo a los periodistas que lo acompañaron:

-La ciudad se ve más "despejada" que nunca.

En otro momento, cuando una reportera, sentada una fila detrás de él, le hizo ver que su destino estaba en manos de dos Olgas -la ministra Sánchez Cordero, de la Suprema Corte, y la juez de distrito, Sánchez Contreras-, rio de buena gana al oír que alguien más le decía:

-Tienes una situación olgada.

En el aeropuerto de esta ciudad fue recibido por el senador Raúl Ojeda Zubieta, quien lo condujo al fraccionamiento Galaxias y a la calle Júpiter, donde tiene su domicilio, y allí, acompañado por hermanos, primos y sobrinos de su difunta esposa, Rocío Beltrán, comió tamales de chipilín y pavo a la yucateca. Eran las cinco de la tarde con 18 minutos cuando subió al templete de la Plaza de la Revolución y el gentío lo aplaudió sin descanso durante cuatro exactos minutos. A partir de ese instante las cosas iban a cambiar con suma rapidez.

Calderón en Los Pinos

Estaba desarrollando su discurso el senador Ojeda Zubieta cuando los teléfonos celulares comenzaron a recibir mensajes de la ciudad de México. Desde temprano, la información que fluía por esos canales hablaba de "extraños movimientos" de una camioneta de la Procuraduría General de la República (PGR), que había salido del edificio número 9, en la calle Río Rin, cargada de legajos judiciales rumbo al Reclusorio Oriente.

Cuando esos "extraños movimientos" se confirmaron, eran ya las 2 de la tarde con 40 minutos, el vuelo 663 estaba aterrizando en Villahermosa y los reporteros que seguían a López Obrador se enteraron, y le dijeron, que la PGR acababa de consignar el expediente de El Encino al juzgado número 12, a cargo del juez Juan José Olvera López. Nada se sabía respecto a Gabriela Cuevas y Jorge Lara, los diputados panistas que estaban a punto de entrar en el ojo del huracán.

Minutos después, al filo de las tres de la tarde, otro mensajito celular avisó que el subprocurador Carlos Javier Vega Memije se estaba retirando de Los Pinos y que antes que él había salido Felipe Calderón, de lo cual se colige que ambos estuvieron reunidos con Vicente Fox. ¿Hablando de qué?

El misterio prevaleció más de 120 minutos, y así llegó la hora del mitin aquí en Villahermosa. Ojeda Zubieta se dirigía a la multitud cuando López Obrador supo dos cosas: una, que Vega Memije daba, en conferencia de prensa, la increíble noticia de que "dos ciudadanos" habían pagado una fianza de 2 mil pesos para impedir que el jefe de Gobierno pisara la cárcel, y dos, que esas personas eran los diputados panistas Gabriela Cueva y Jorge Lara, a quienes poco después el tabasqueño acusó de "tramposos". Horas más tarde, de vuelta en su casa del fraccionamiento Galaxias, López Obrador conoció la maniobra con lujo de detalles, que a continuación se describen en el orden en que se produjeron. Esta es la secuencia.

Viernes 15 de abril de 2005: la Suprema Corte acepta las controversias constitucionales interpuestas por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y la Cámara de Diputados; el subprocurador Vega Memije reacciona diciendo que la PGR pospondrá la consignación de López Obrador hasta que la Corte resuelva, y el tabasqueño, a su vez, anuncia una "gira de resistencia civil" por cinco estados.

Sábado 16: los diputados panistas Gabriela Cuevas y Jorge Lara se reúnen en el edificio de Río Rin número 9, colonia Cuauhtémoc de la ciudad de México, con Carlos Cortés Barreto, agente del Ministerio Público Federal, considerado un "incondicional" de Vega Memije. Al acuerdo que llegan con él es, precisamente, pagar la fianza de López Obrador para impedir que sea detenido.

Lunes 18: Martí Batres, presidente del PRD en el Distrito Federal, declara que la PGR está esperando a que esta semana, por el proceso de rotación de los jueces, el expediente de López Obrador caiga en manos de la juez Olga Sánchez Contreras, "incondicional" del procurador Rafael Macedo de la Concha.

Martes 19: en el ámbito de los juzgados federales del Reclusorio Oriente se suscita una agria disputa entre la citada juez, titular del juzgado número 5; su colega Juan José Olvera López, titular del 12, y Lázaro Franco Robles, del 10. Según las fuentes, los responsables de los dos últimos se opusieron terminantemente a que el caso fuera asumido por doña Olga, ya que eso "le daría la razón a Martí Batres". Y aquí viene lo mejor...

La prueba del pacto

Miércoles 20: a las 11 en punto de la mañana, Gabriela Cuevas y Jorge Lara compran el billete de depósito identificado con el número de serie S-350901, clave 582, por valor de 2 mil pesos, expedido por Banceti, que exhiben ante el agente del Ministerio Público Federal, Carlos Cortés Barreto, invocando en documento adjunto el "acuerdo publicado por usted (...) el 16 de abril de 2005".

En el curso de la tarde, acosados por los medios, Cuevas y Lara admitirán que en la maniobra fueron asesorados por Felipe Calderón, y los dirigentes nacional y capitalino del PAN, Manuel Espino y Carlos Gelista, respectivamente, lo que, todo sumado a la presencia de Calderón y Vega Memije en Los Pinos, confirma la participación directa de la Presidencia en este insólito episodio.

López Obrador escuchó todos estos informes descalzo, después del mitin en la plaza pública, tomando una taza de café chiapaneco a sorbos lentos, balanceándose despacio en una mecedora, escuchando los comentarios de sus parientes políticos, riendo cuando éstos decían que México está viviendo el complot de los tres chiflados -"no se les hizo bolas el engrudo, se les petrificó y ahora no pueden ni sacar la cuchara", decía una señora entre las carcajadas de otras personas.

-¿El lunes regresa a su despacho?

-Por supuesto. Y también quiero insistir en que la gira sigue tal y como la anunciamos. Nos vemos en Guadalajara.