El PEN American Center realiza Voces del mundo con escritores de 43 países
Nueva York celebra su mayor encuentro literario en 20 años
Buscamos romper el aislamiento en que ha caído Estados Unidos, afirma Salman Rushdie
Chico Buarque, Wole Soyinka, Elena Poniatowska y Paco Ignacio Taibo II, entre los participantes
Ampliar la imagen Elena Poniatowska y Ryszard Kapuscinski hablaron sobre la escritura period�ica FOTO Elizabeth Coll
Nueva York, 17 de abril Elena Poniatowska, Paco Ignacio Taibo II, Ryszard Kapuscinski, Chico Buarque, Paul Auster, el premio Nobel de Literatura Wole Soyinka y Laura Restrepo son algunos de los escritores que celebran el primer festival internacional de literatura en esta ciudad en más de 20 años.
Voces del mundo, organizado por el PEN American Center, se inauguró este fin de semana aquí donde escritores de unos 43 países además de Estados Unidos realizarán más de 40 actos a lo largo de una semana de lecturas, debates, diálogos e intercambios en varias sedes grandes y pequeñas en Nueva York.
Salman Rushdie, presidente de PEN American Center, declaró que este es "el evento literario internacional en Nueva York más grande desde 1986", en lo que espera se convertirá en una celebración anual. Agregó que las razones para realizarlo ahora son más urgentes que nunca, ya que en este país durante estos años recientes "se ha cerrado la conversación internacional" entre Estados Unidos y el resto del mundo.
"Queremos reabrir esa conversación", afirmó Rushdie, quien aseveró que "los escritores pueden ayudar a mediar las diferencias políticas y culturales y ampliar el campo de visión de este país sobre el mundo".
Los actos iniciales de este fin de semana incluyeron desde una conversación entre Chico Buarque y Paul Auster, a un foro sobre los 400 años de El Quijote de la Mancha.
Poniatowska y el gran periodista polaco Kapuscinski, junto con periodistas de Rusia, Francia, Alemania y Estados Unidos charlaron sobre testimonios de sucesos catastróficos y guerras.
Taibo II formó parte de un foro sobre la literatura noir, y apenas arranca este ambicioso festival donde casi ya se agotaron los boletos para la mayoría de los encuentros, y en el que un elenco extraordinario de voces intenta reiniciar un diálogo internacional en tiempos de fragmentación, temor, polarización y globalización.
Poniatowska leyó un fragmento de uno de sus libros sobre el testimonio de un joven en el terremoto de México de 1985, de cómo un individuo con sus acciones nobles se une con los demás para crear orden cívico en un desastre, y como esas acción se transforman en democracia. Kapuscinski habló del nexo entre los desastres naturales y la pobreza y la "responsabilidad humana" de las dimensiones de estos tipos de catástrofes (corrupción, intereses empresariales y la destrucción ambiental).
Otros hablaron de guerras, de tortura y de masacres. Algunos aquí se preguntaban sobre si este tipo de trabajo tiene algún mérito, y algunos expresaban que a veces se sienten como fracasados, ya que no se sabe si importa o no lo que hacían, si estas no eran crónicas de derrotas, de caídas.
Kapuscinski consideró que uno no podía hacer este tipo de trabajo sin creer que vale algo; "Mi trabajo es un tipo de traducción, no de idiomas, sino de una cultura a la otra con el objetivo de superar la ignorancia mutua", la cual es terreno de conflictos, de crear enemigos. "Entendernos es fundamental, para la vida humana (...) como reporteros vamos a otras culturas para que nuestros lectores se conozcan mejor uno al otro".
Poniatowska dijo que "todos somos perdedores, y eso es bueno, porque si fuéramos ganadores dentro de este contexto, estaríamos ahorita sentados junto a gente como Bush, y eso sería lo peor".
En otro foro, se habló de Don Quijote, de cómo era, según Rushdie, el primer libro de la literatura moderna: "Toda la literatura moderna del mundo proviene de este solo libro", señaló.
Laura Restrepo comentó que el protagonista de El Quijote "está loco o pretende estar loco", y que este tipo de locura es la pauta de la "modernidad", ya que permite la libertad de errar, de burlarnos de nosotros mismos. "El hombre moderno se reconoce en la locura", y con eso supera los límites de las convenciones, y como el Quijote, se "reinventa una y otra vez". Por lo tanto, Don Quijote es "el primer hombre moderno".
Mientras, Chico Buarque explicó cómo alterna su trabajo entre escribir novelas y escribir canciones y música, de cómo la música "siempre es primero, antes que las palabras", de cómo la prosa tiene una lógica musical misteriosa.
Margaret Atwood, Eliot Weinberger, Michael Ondaatje, Antonio Muñoz Molina, Bernard Henri Levy, Rubem Fonseca y otros más continuarán en conversación toda la semana (el programa completo está disponible en www.pen.org y véase World Voices).