Usted está aquí: lunes 18 de abril de 2005 Sociedad y Justicia Atiende la UNAM a menores enfermos de sida

Atiende la UNAM a menores enfermos de sida

Su centro, ubicado en el Hospital General, auxilia a familias de escasos recursos

KARINA AVILES

Ampliar la imagen Noris Pav�Ruz, responsable de la Cl�ca para Ni�con Inmunodeficiencia de la UNAM FOTO ROBERTO GARCIA ORTIZ

Creada en 1998, la Clínica para Niños con Inmunodeficiencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) atiende a los pequeños y adolescentes más pobres del país, sin seguridad social, hijos de cajeras, trabajadoras domésticas, muchos de ellos huérfanos, que padecen VIH-sida.

Los menores que son auxiliados en este centro, ubicado en el Hospital General de México, llegan de todas partes de la república. A todos se les da tratamiento y el único requisito es ser menor de 17 años y no tener acceso a la seguridad social, aunque también se brinda atención a derechohabientes.

De acuerdo con las cifras del Conasida, de 1986 a la fecha se tienen reportados 2 mil 140 casos de niños infectados con VIH, sin embargo, se desconoce si esta cifra se acerca a la realidad, porque "podría haber más niños infectados a los que no se les hizo el diagnóstico y probablemente fallecieron", indica la responsable de la clínica, Noris Pavía Ruz.

Aunque la enfermedad puede atacar a todos sin importar la clase social, la población con menos recursos resulta la más afectada y por ello la UNAM, como parte de su función comunitaria, puso en marcha esta opción para los niños con sida provenientes de familias pobres.

Las madres de los pequeños, señala Pavía Ruz, son trabajadoras "muy pobres" que hacen grandes esfuerzos para poder traer a sus hijos al tratamiento. "Las mamás de 97-98 por ciento de los niños que atendemos fueron contagiadas por transmisión sexual" y 50 por ciento de los monores que acuden a la clínica son huérfanos, apunta.

"En la mayoría de los casos no tenemos la imagen paterna, ya sea porque falleció o porque en un momento dado abandonó el hogar; entonces, los antecedentes del padre no los podemos obtener fácilmente", precisa.

Para estas familias de escasos recursos es aún más difícil hacer frente a la enfermedad, sobre todo cuando la madre es el único sostén familiar y tiene que atender al menor sin poder faltar a su trabajo por lo que éste le representa, añade.

Pavía Ruz puntualiza que el principal mecanismo de transmisión del virus del VIH en los niños es el perinatal, lo que significa que "en esa familia hay cuando menos dos personas infectadas, la mamá, el niño y en muchas ocasiones el papá".

En el momento en que se establece el diagnóstico de infección por VIH, "la familia pasa por diferentes etapas hasta llegar a la aceptación total... Les es difícil, pero salen adelante, están luchando y continúan su vida".

Precisamente uno de los objetivos de la clínica es que los pequeños y jóvenes puedan incorporarse a sus actividades como cualquier otro niño o adolescente y evitar, en la medida de lo posible, la hospitalización.

"Ellos juegan, van a la escuela, sonríen, ven la televisión, son igual que los demás, sólo que saben que tienen que tomar sus medicamentos para evitar que se enfermen", señala la especialista. Por supuesto, añade, la discriminación a los pacientes con VIH aún existe y todavía falta mucho camino por recorrer.

La investigadora destaca que dicha discriminación tiene como origen la ignorancia, por lo que la educación es la herramienta principal para combatirla. De igual forma, agrega, es necesario trabajar más en la prevención y la educación para la mujer.

Atención universitaria

En la clínica los pacientes reciben atención multidisciplinaria, es decir, los niños reciben apoyo sicológico, si- quiátrico, cuidados de nutrición, así como otros servicios, por ejemplo, en materia de infectología.

Actualmente, los especialistas de la unidad dan seguimiento a 88 niños infectados con VIH. Pavía explica que la atención se brinda en conjunto con el Hospital General de México, inclusive la hospitalización en caso necesario.

El paciente acude a control cada dos o tres meses o con mayor frecuencia, según sus condiciones clínicas. Por otro lado, expresa, con las nuevas alternativas de tratamiento y el manejo integral del enfermo ha mejorado la esperanza de vida.Antes, cuando no había la posibilidad de los medicamentos antirretrovirales, ''teníamos un grupo de 20 por ciento que fallecía antes de los dos años y otro grupo de 80 por ciento que moría a los cinco o seis años, aproximadamente".

Pero hoy día, ''después de que nuestros pacientes infectados por vía perinatal llegan a 17 años, les hacemos el pase automático para que continúen su atención médica en hospitales de adultos'', establece.

Actualmente, dice la especialista, México también se prepara para ''tener la primera generación de adolescentes y adultos jóvenes que se infectaron por vía perinatal. La experiencia a escala mundial es pobre porque en todo el mundo es la primera generación que está creciendo y se aprende en conjunto con ellos''.

De hecho, otra de las funciones de la clínica es hacer investigación. Actualmente la unidad realiza un importante estudio en el que se observa la frecuencia de los parásitos emergentes que se presentan en esta población infantil, con el objeto de establecer la asociación que tienen con las diarreas crónicas de los niños con sida.

 
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