Aplicar la ley de manera discriminada no es hacer justicia: obispo Ortega Franco
Advierte la arquidiócesis primada que la tensión podría causar violencia electoral
El desafuero de Andrés Manuel López Obrador encamina al país hacia unas elecciones presidenciales muy tensas, en las cuales el peligro de violencia siempre estará presente, advirtió el obispo auxiliar de la arquidiócesis primada de México, Antonio Ortega Franco, quien destacó que las manifestaciones de protesta en el país, tanto populares como de intelectuales, así como de "gente muy importante", van en aumento.
Entrevistado luego de oficiar la misa de mediodía en la Catedral Metropolitana, en sustitución del cardenal Norberto Rivera Carrera, quien se encuentra en Roma para participar en el cónclave en el cual se elegirá al nuevo papa, dijo que la sociedad debe estar regida por la justicia, la observancia de la ley y la aplicación del derecho, pero advirtió que cuando estos principios se pervierten y se emplean en otro objetivo distinto al de la sana convivencia de los hombres, esto constituye una "tragedia" para el país.
Consideró que si bien en la sociedad existen opiniones diversas y encontradas sobre el desafuero de López Obrador, también hay entre los ciudadanos "cierta confusión" por el hecho de que mientras al jefe de Gobierno capitalino se le aplica la ley y se le desafuera, a otros, contra quienes también se ha pedido ejercer esa acción, sencillamente se les deja ir sin estudiar siquiera los casos.
"Se está viviendo una tensión muy fuerte que ojalá nunca llegue a una violencia. Debe prevalecer el derecho, pero el problema es que durante mucho tiempo en el país no se observó la aplicación de la ley y ahora existe desorientación entre los ciudadanos, porque (el desafuero de López Obrador) se hace en la proximidad de unas elecciones. Hay una percepción de que todo esto se realiza con una motivación distinta a la sola aplicación de la ley", comentó el prelado, quien aclaró que aplicar la ley de manera discriminada no es hacer ni impartir justicia.
El obispo Ortega subrayó que las manifestaciones de protesta están creciendo, por lo que nunca es tarde para retomar el camino del diálogo entre las diferentes fuerzas políticas del país y entre todas las instancias involucradas en el desafuero, pues los procesos electorales deben conducirse en un ambiente de sana competencia política y no con tensión y peligro de que las acciones se desborden. Insistió en que la jerarquía católica no puede ni debe pronunciarse sobre el particular, pues en este campo su tarea es exhortar a las diferentes instancias a la madurez y al diálogo, en un clima de respeto en el que los intereses de la nación estén por encima de las motivaciones individuales o de grupo.
Por otra parte, durante la misa dominical fue leída una carta del papa Juan Pablo II, escrita en las últimas semanas de su vida, en la que se refiere de manera especial al "creciente interés" de los jóvenes por las vocaciones sacerdotales y las misiones.