Cinco organizaciones civiles y militantes perredistas se manifestaron fuera de la comunidad
El rancho San Cristóbal, prácticamente sitiado por el Estado Mayor Presidencial
Supuesta amiga de Marta Sahagún increpa al Presidente cuando éste salía de misa
Ampliar la imagen Plant�erredista, custodiado por elementos del EMP, a las afueras de San Crist� FOTO Mart�Diego Rodr�ez
San Cristobal, Gto., 17 de abril. Mientras el presidente Vicente Fox salía de la misa dominical acompañado por su esposa, Marta Sahagún, integrantes de cinco organizaciones civiles y la representación del comité estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se manifestaron a las afueras de la comunidad, frente a un cerco de seguridad que montó el Estado Mayor Presidencial (EMP) con más elementos que en días anteriores y con vallas reforzadas.
A menos de 24 horas del enfrentamiento ocurrido en San Cristóbal, donde elementos del EMP y lugareños impidieron a golpes que diputados federales y locales del PRD instalaran un campamento de ayuno en el quiosco de la plaza pública, se redobló el cerco en torno al poblado donde el presidente tiene su casa de descanso. Incluso, sobre la carretera León-Cuerámaro, que conduce a San Cristóbal, se montó un dispositivo de vigilancia conjunto donde las policías Federal Preventiva y Estatal de Caminos, así como efectivos de las fuerzas de seguridad pública del estado, inspeccionaron la documentación de los conductores de vehículos de procedencia extranjera y camiones de turismo.
En medio de una comunidad prácticamente sitiada por la guardia presidencial, que entrevistó a los fuereños para evitar el paso a cualquier manifestante, Fox salió de misa, saludó a algunas personas durante su camino a la casa de su madre, se tomó fotografías y escuchó peticiones.
Mercedes Núñez, originaria de Celaya, gritó al Presidente, en alusión al desafuero del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador: ''¡Déjenos elegir, queremos el derecho a elegir a nuestros gobernantes, como lo elegimos a usted!'' La mujer, quien dijo haber sido amiga de Marta Sahagún, preguntó a ésta cuando la tuvo cerca: ''¿Ya no te acuerdas cuando nos juntábamos en Celaya para buscar un país mejor?'' Pero la pareja guardó silencio.
Con sonrisa apretada, Fox caminó los 200 metros que conducen a su casa materna mientras repetía: ''Sin comentarios, no hay comentarios''. Los reporteros le preguntaban sobre los golpes que propinaron miembros del EMP a diputados perredistas.
Antes de ingresar a la finca familiar, el Presidente llamó a gritos y silbidos a su esposa, que en ese momento atendía a una mujer que le solicitó apoyo para un tratamiento de cáncer para su hija.
Después, ambos fueron a montar a caballo en su propiedad particular. Afuera se presentó una segunda manifestación integrada por líderes de la Unión Campesina Democrática (UCD), Coalición Democrática de Trabajadores de Petróleos Mexicanos, Unión de Colonias Democráticas, Unión de Comerciantes No Establecidos de Guanajuato, Liga de Unidad Socialista y una representación de militantes del Partido de la Revolución Democrática, que integran la llamada Brigada Nacional de Propaganda.
Los manifestantes, quienes colocaron una manta en apoyo a López Obrador sobre las vallas metálicas, fueron bloqueados por unos 100 elementos del Estado Mayor Presidencial. Las no más de 50 personas del contingente permanecieron sentadas sobre el camino de acceso durante siete minutos, ''en memoria de aquel 7 de abril (fecha en que el Congreso de la Unión dictaminó desaforar al jefe de Gobierno capitalino), cuando la democracia de este país tocó fondo'', dijo Enrique Alba Martínez, secretario general del comité estatal del PRD e integrante de la brigada.
El acto, que duró unos 30 minutos, terminó con consignas de apoyo a López Obrador y anuncios de actividades, como realizar en el aeropuerto internacional de Guanajuato ''jornadas de información para que quienes vienen aquí sepan que nació y murió la democracia en menos de tres años'', dijo Francisco Escobar Osornio, líder de la UCD.
Al terminar la manifestación, los habitantes de San Cristóbal insistían: ''Ya no regresen, váyanse a las oficinas de gobierno, porque ya no los queremos aquí''.