Difieren autoridades civiles y religiosas sobre la magnitud de los ilícitos
En ocho años se han presentado 130 robos de arte sacro en iglesias de Tlaxcala
Ignoran el INAH y la diócesis cuántas piezas han sido sustraidas e incluso sus características
Tlaxcala, Tlax., 14 de abril. De 1997 a la fecha se han perpetrado 130 robos de arte sacro en los templos católicos que existen en 35 de los 60 municipios de la entidad. Los recintos más afectados por esa ola delictiva son los que se encuentran en la capital del estado y en Huamantla donde, en ese lapso, han ocurrido 13 atracos en cada uno, mientras que en Apizaco han habido nueve, según reportes del Centro INAH-Tlaxcala.
De las piezas robadas (lienzos, esculturas, códices y otros ornamentos, principalmente), cuya cantidad es desconocida por las autoridades eclesiásticas y por el mismo Instituto Nacional de Antropología e Historia, ninguna ha sido recuperada hasta la fecha.
Es más, el enlace del obispado de Tlaxcala para los asuntos de la comisión interinstitucional encargada de prevenir el robo de arte sacro en la entidad, Ranulfo Rojas Bretón, reconoce que todas esas piezas "muy probablemente ya ni siquiera se encuentran en el país, sino en manos de coleccionistas extranjeros".
En la entidad hay 368 templos católicos en los 60 municipios de la entidad. Hasta la fecha y gracias al registro de bienes muebles en el que participan diversas instituciones en coordinación con la diócesis de Tlaxcala, se cuenta con el video de los artículos sacros que existen en 274 recintos y las autoridades han entregado 135 carpetas con la información respectiva a los representantes de las comunidades.
Estos datos fueron dados a conocer por el titular del Centro INAH-Tlaxcala, Sabino Yano Bretón, y por el párroco Ranulfo Rojas a los diputados que integran la Comisión de Puntos Constitucionales, Gobernación y Justicia, durante una reunión privada que tuvo lugar en el Salón Verde del Palacio Legislativo.
La Jornada de Oriente obtuvo copias de la documentación entregada a los legisladores locales, y manejada con mucho recelo por Sabino Yano quien, incluso, exigió que ningún reportero estuviera presente en el encuentro, al que sí tuvo acceso, por ejemplo, el secretario parlamentario, Sergio Cuauhtémoc Lima López y personal de menor rango en el Congreso local.
¿Negligencia del clero?
Uno de los documentos entregados a los legisladores locales fue el que lleva por título Guía para la prevención del robo en los recintos religiosos, elaborado por Heberto Ríos Quino, jefe de resguardo y protección del Centro INAH-Tlaxcala.
Según este funcionario, durante la década pasada el robo de arte sacro "ha visto un dramático aumento, se ha incrementado de una manera alarmante en el estado, especialmente de aquellos (artículos) con algún valor artístico e histórico como los lienzos y las esculturas".
Sin embargo, esta visión no es compartida por el párroco Ranulfo Rojas Bretón, quien asegura que este tipo de delitos "gracias a Dios" han mostrado una tendencia a la baja durante los últimos años.
Estadísticas del Centro INAH-Tlaxcala, también dadas a conocer en la reunión de este miércoles, revelan que el mayor número de atracos se registró en 1999 cuando hubo un total de 28. Para el año 2000 el número de ilícitos bajó a 20 y para 2001 subió a 21, mientras que en 1998 hubo 19.
Entre 2002 y 2003 hubo siete y nueve atracos respectivamente, mientras que en 2004 la cantidad aumentó a 14. En lo que va del presente año se han perpetrado cuatro hurtos en templos religiosos que existen en el interior de igual número de propiedades privadas (haciendas) asentadas en los municipios de Apizaco, Cuapiaxtla, Españita y Terrenate.
Si bien Rojas Bretón asegura que no sabe cuántas piezas de arte sacro han sido sustraídas de los templos católicos, "tenemos evidencias que 30 por ciento de los robos son cometidos en recintos donde ya hicimos la catalogación de bienes; el restante 70 por ciento ocurrió en edificios donde no hay un registro de lo que cuentan".
Al respecto, Heberto Ríos considera que "cuando ocurre el robo, lo más usual es que al iniciar la averiguación, las autoridades religiosas no cuentan con una fotografía del objeto sustraído ni mucho menos con descripciones precisas (dimensiones, materiales, etcétera), requisitos indispensables para la identificación, avalúo y boletinaje de la o las piezas, entorpeciéndose de esta manera el trámite legal que llevaría a la recuperación de lo hurtado".
Bandas organizadas
En su papel de jefe de resguardo y protección del Centro INAH-Tlaxcala Ríos refiere que "este delito se ha perpetrado de extremo a extremo del estado por bandas que denotan organización y premeditación perfectamente calculada, comprobada por la efectividad de sus atracos, los cuales han alcanzado templos como catedrales, basílicas y (hasta) pequeñas capillas de barrio".
En el texto de 11 páginas entregado a los legisladores locales, Ríos Aquino asegura que "desgraciadamente se ha observado que en la mayoría de los casos ha existido negligencia, así como falta de información en materia de seguridad por parte de las autoridades eclesiásticas en la aplicación de normas mínimas para resguardar y proteger estos bienes, conduciéndonos a percibir una realidad generalizada de falta de interés y de iniciativa para buscar mecanismos que permitan la prevención de estos saqueos".
Por su parte, diputados locales propondrán que el robo de arte sacro sea tipificado como delito grave y sancionado con penas de entre ocho y 10 años de cárcel a quienes sustraigan, trasladen, vendan o compren ese tipo de artículos religiosos. La reforma al Código Penal Federal estará lista "en menos de un mes para de inmediato hacerla llegar al Congreso de la Unión", aseguró el priísta Javier García González.
"No es posible que quien robe una vaca sea más castigado que quien sustrae una obra de arte sacro. Como este último delito no está tipificado, quienes se dedican a esta actividad pagan una fianza y casi de inmediato son liberados, en caso de que sean detenidos", lamentó el presidente de la comisión parlamentaria de Puntos Constitucionales.