La CEDH turnó el expediente tras de que la PGJE exoneró al sospechoso, hijo de un empresario

Atrae la CNDH caso de asesinato de joven en Querétaro

MARIANA CHAVEZ CORRESPONSAL

Querétaro, Qro., 16 de abril. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) atrajo el caso del asesinato de Marco Antonio Hernández Galván, ocurrido el 27 de noviembre, luego de que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) exoneró al principal sospechoso, Federico Ruiz Lomelí, hijo de Federico Ruiz Rubio, presidente del Grupo Financiero Querétaro, al asegurar que no encontró elementos para acusarlo de homicidio.

Pablo Enrique Vargas Gómez, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), indicó que turnó el expediente de la denuncia al ombudsman nacional, y comentó que está decepcionado porque la PGJE presuntamente ha incurrido en irregularidades jurídicas, como impedir el ejercicio libre de la profesión de los abogados defensores de las presuntas víctimas y retrasar la integración de la averiguación previa para defender al hijo del concesionario de Coca-Cola en la entidad.

"El clima de zozobra y molestia en que vive la sociedad queretana deriva de la lentitud, del silencio, de la opacidad de la autoridad encargada de procurar justicia; cuando se generan estas situaciones, precisamente la atmósfera se crispa y la sociedad se enardece", comentó.

Explicó que la denuncia ante la CNDH la interpuso Gerardo Alcocer García, uno de los tres abogados de Miguel Gerardo Rivera Alcántar, testigo del homicidio, en virtud de que "se involucran autoridades del estado de Querétaro que trascienden el interés de esa entidad federativa y pudieran incidir en la opinión pública nacional (...) la CNDH acordó atraer el caso en mención para los efectos legales a que haya lugar".

Pero el titular de la PGJE, Juan Martín Granados Torres, reiteró que Federico Ruiz Lomelí no es culpable del homicidio que se le imputa, pues no existen las pruebas para acusarlo como responsable del asesinato de Hernández Galván., y que abrió otras líneas de investigación -que no quiso mencionar para no entorpecer la investigación- para dar con los presuntos culpables.

Granados Torres indicó que el testigo cambió su declaración sobre los hechos, como reconocer primero a Juan Gerardo Vázquez Herrera como responsable del asesinato, y después señalar a Federico Ruiz Lomelí - mediante fotografías publicadas en un periódico de circulación local- como el homicida de su amigo Marco Antonio, además de que no concuerdan las declaraciones sobre el momento de la agresión, como el número de tripulantes de la camioneta BMW (en la que presuntamente viajaba Federico Ruiz), la forma en que se retiraó el agresor del lugar de los hechos y su media filiación.

Señaló que mediante videos se demostró que Federico Ruiz vestía camisa y pantalón negros, mientras que Miguel Gerardo describió al asesino como uno que vestía camisa rayada en amarillo y negro, manga larga y llevaba una chamarra negra abierta y pantalón de mezclilla negro.

"Existen al menos nueve situaciones de su declaración que no resultan confirmadas por los otros testigos u otras pruebas que impiden concluir la certeza en los hechos que narra", dijo Granados Torres.

Alfonso Rodríguez, abogado de la familia del fallecido Hernández Galván, señaló que apelarán de la decisión de la PGJE de dar carpetazo a una línea de investigación en la que es sospechoso el hijo del empresario y de ser necesario acudir ante organismos internacionales para que este caso no quede impune.

El joven murió después de que su homicida se le "cerró" en diversas ocasiones con una camioneta BMW cuando circulaba en la avenida Pasteur de esta ciudad.