Negocia la compra de dispositivo médico de punta con laboratorio de Chatanooga
Nueva fisura en el bloqueo económico de cuatro décadas de EU contra Cuba
La Habana, 16 de abril. En nueva fisura del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos hace cuatro décadas, Cuba negocia con una compañía estadunidense la compra de un dispositivo médico de punta para la coagulación sanguínea, que puede salvar vidas en casos extremos de accidente o cirugía.
Las negociaciones están en su último tramo y podrían concluir la semana próxima, informó a La Jornada Michelle S. Butller, presidenta ejecutiva de Navarretta Group, promotora comercial con sede en San Diego, quien representa a los laboratorios Wortham, de Chatanooga, Tennessee.
Al firmarse el contrato, Wortham se convertiría en la primera empresa de Estados Unidos que vende un producto médico a Cuba en más de 40 años, operación amparada por la Ley de Reformas a las Sanciones Comerciales y de Promoción de las Exportaciones (TSRA, por sus siglas en inglés), de 2000, una excepción al bloqueo que permite la venta de alimentos y medicamentos a la isla, bajo ciertas restricciones.
Una carta de intención fue suscrita en septiembre de 2004 y Cuba concluyó pruebas clínicas en marzo, con la aprobación del producto, llamado FastAct, que reduce los sangrados, el tiempo de cirugía y los periodos posoperatorios, indicó la ejecutiva.
Butller dijo que aún no se ha precisado el valor de la primera compra y añadió que las ventas pueden incrementarse a medida que médicos cubanos sean entrenados en el empleo del producto. Los únicos 45 médicos que han recibido el entrenamiento trabajan en unidades de atención a la población local, añadió.
Una de las restricciones legales para la operación es que el producto sólo debe ser usado en la atención de cubanos, evitando su rexportación o su empleo, por ejemplo, en el circuito de servicios médicos para extranjeros, que se cobran en moneda dura.
En cinco años de vigencia de la TSRA, Cuba sólo ha empleado el segmento que le permite la compra de alimentos, flujo que rebasa el valor de mil 300 millones de dólares, según la empresa importadora Alimport.
El año pasado, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), del Departamento del Tesoro, impuso una nueva restricción al comercio bilateral, al interpretar que el ordenamiento legal que impone el "pago por adelantado" se entendiera como la liquidación del contrato antes de que la mercancía se embarque.
Pero este año una nueva interpretación del mismo ordenamiento llevó a la OFAC a aceptar el uso de cartas de crédito en las operaciones, lo que a juicio de la gubernamental Alimport permite mantener las operaciones, pero pone en desventaja a pequeñas y medianas empresas, cuyas exportaciones resultarán comparativamente caras, respecto de los volúmenes que pueden manejar las grandes compañías.