El Atlético, ligado en Argentina a la Operación Cóndor
Reconstruyen víctimas parte de centro de torturas de la dictadura
Buenos Aires, 16 de abril. Madres, familiares y víctimas sobrevivientes de la pasada dictadura militar (1976-1983) lograron reconstruir, después de largas excavaciones, parte de lo que fue el Centro Clandestino de Detención El Atlético, donde fueron desaparecidas unas mil 500 personas.
Lugar de muerte y de torturas, el edificio donde funcionó El Atlético, en el turístico barrio capitalino de San Telmo, uno de los símbolos de la dictadura, fue derrumbado para colocar las columnas de la autopista que va al aeropuerto internacional, entramado de los dictadores en un proyecto que comenzó a finales de 1977.
Ana María Careaga, llevada a El Atlético a los 16 años y cuya madre, Esther Ballestrino de Careaga, fue secuestrada y desaparecida en la iglesia de Santa Cruz, en 1977, como integrante de Madres Fundadoras de Plaza de Mayo, recordó su paso por el lugar: "Nos llevaban vendados después del secuestro y allí nos convertían en desaparecidos, un código, un número, nada".
Prosiguió: "Encapuchados, sin poder levantar la venda de los ojos, sin hablar, aun cuando tuviéramos alguien al lado, porque se pagaba inclusive con la vida, logramos saber, porque por la desesperación se nos aguzaba el oído, reconocíamos voces y cuando podíamos, aunque sea por segundos, nos comunicábamos".
Destacó que "sin ojos, sin voz, con oídos para escuchar los horrores de la tortura que vivíamos todos, los gritos, los gemidos de los que volvían de los tormentos, los pasos de los que venían a buscarnos, los grillos de los que eran movidos de un lado al otro, los movimientos cuando trasladaban a los que desaparecieron. Nosotros fuimos reconstruyendo la historia de El Atlético, mundo de terror donde ellos decidían cada momento por la vida o la muerte".
Ana, sicóloga y dirigente de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, junto con otros sobrevivientes y familiares de los desaparecidos, no descansaron hasta lograr que se excavara el sitio que ocupa casi una manzana, y reconstruir 50 por ciento del lugar. El Atlético funcionó en los sótanos del Servicio de Aprovisionamiento y Talleres de la División Administrativa de la Policía Federal en 1977, y la demolición del lugar terminó en 1979.
Todos los sobrevivientes recordaban la siniestra escalera por donde descendían al infierno del sótano cuando llegaban a El Atlético con los ojos vendados, atados, golpeados después del secuestro.
Así lograron armar el plano de los dos sectores de celdas, las tres salas de torturas a las que llamaban "quirófano", una celda especial, "la leonera"; enfermería, sala de guardia, baños, celdas individuales.
Desde allí eran sacados los que iban a tortura y también los que serían trasladados una o dos veces al mes, para su ejecución, desaparición, para llevarlos a otros centros o a los "vuelos de la muerte" por medio de los cuales se arrojaron miles de personas al mar, vivos y adormecidas con drogas. Un complejo que, además, formó parte de la coordinadora criminal Operación Cóndor.
"En ese mundo se le cambiaba la acepción a las palabras, lo que era otra forma de tortura. 'Quirófano', que en el mundo normal es sala de operaciones de un hospital, era lugar de torturas y hoy esa palabra evoca en mí este siniestro significado. 'Leonera' era la celda común donde arrojaban a los secuestrados en el periodo inicial de ablande y tortura, antes de pasarlos a celdas individuales. 'Máquina', la picana; "tabique', la venda que cubría nuestros ojos días y noches", recordó Mario Villani, otra víctima.
Dentro del proyecto de recuperación de memoria, la comisión integrada por Abuelas y Madres Fundadoras de Plaza de Mayo, Hijos y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, el Servicio de Paz y Justicia y otros organismos se unieron para que esto fuera posible, además de investigar para devolver la identidad, reconstruir la historia de los desaparecidos y terminar las listas de los responsables y torturadores de El Atlético.