La UNAM rinde homenaje a la investigadora de la civilización prehispánica
''Ni dioses ni humanos se resisten a la mirada de Beatriz de la Fuente''
Para ella no hay misterios en las viejas piedras o los murales: Matos Moctezuma
Reúnen textos de más de 20 especialistas alrededor de su prolífica trayectoria
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Im�nes de Beatriz de la Fuente tomadas del libro que le dedica la UNAM
Acercarse y mirar es la mayor lección de Beatriz de la Fuente, una de las máximas especialistas en la civilización maya, resumen investigadores en culturas indígenas prehispánicas.
Y ella enseña a mirar con el entendido de que mirar no es transmitir ideas preconcebidas, sino inducir al otro a pararse, vacío de conceptos, frente a la obra.
La investigadora ha dejado claro que una obra prehispánica debe ser valorada por su singular e irrepetible carga estética, por encima de su relevancia cultural, social o económica.
El Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicó Acercarse y mirar: homenaje a Beatriz de la Fuente, libro con el que esa institución de enseñanza superior rinde homenaje a De la Fuente mediante los textos de más de 20 especialistas que participaron en un coloquio realizado en febrero de 2002.
La obra fue presentada el pasado miércoles en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, con la presencia Eduardo Matos Moctezuma, ex director del Museo del Templo Mayor; el etnólogo Sergio Raúl Arroyo; la directora del Instituto de Investigaciones Filológicas, Mercedes de la Garza, y María Teresa Uriarte, titular del Instituto de Investigaciones Estéticas. El rector Juan Ramón de la Fuente acudió también, pero no de manera oficial.
Mercedes de la Garza describió: ''Aprender a mirar es una de las principales enseñanzas de Beatriz de la Fuente. Enseñar a mirar no es transmitir ideas preconcebidas, es inducir al otro a pararse, vacío de conceptos, frente a la obra.
''Es convertirse en partero de almas, para que esas almas puedan acercarse y recibir el mensaje que el artista quiso comunicar."
Y saber mirar, dijo De la Garza, ''es una forma del asombro: la maravilla". La doctora en historia describió también el título publicado:
Una obra compilada por Leticia Staines Cicero y María Teresa Uriarte, 500 cuartillas divididas en tres partes, la primera dedicada a su vida y su obra, con trabajos de Miguel León-Portilla, Sergio Raúl Arroyo y María Teresa Uriarte, entre otros; la segunda versa sobre los olmecas, las revisiones, avances y perspectivas, y la última parte aborda, mediante 12 trabajos, el tema del hombre prehispánico en sus monumentos.
Saber escuchar y observar
Beatriz de la Fuente cursó estudios de licenciatura en historia, maestría en historia del arte y doctorado en historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fue directora de la Escuela de Historia del Arte de la Universidad Iberoamericana y del Instituto de Investigaciones Estéticas, ha sido directora de la colección de arte de la Coordinación de Humanidades, también de la UNAM.
Miembro de número de la Academia de Artes, De la Fuente fundó en 1974 el Comité Mexicano de Historia del Arte, fue vicepresidenta del Comité Internacional d'Histoire de l'Art y pertenece a la Association for Latin American Art.
Es autora de libros como Escultura funeraria prehispánica, Los hombres de piedra, Escultura huasteca en piedra, Peldaños en la conciencia y Cabezas colosales olmecas. En 1989 obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes en historia, ciencias sociales y filosofía.
En un texto titulado ''Beatriz de la Fuente: universitaria", León-Portilla resalta sus investigaciones sobre el arte prehispánico mesoamericano en sus diversas manifestaciones, tiempos y espacios, desde el método de la iconografía y la iconología, hasta el desarrollo de metodologías propias para acercarse al arte mesoamericano.
Coautor de extensa antología de literatura mesoamericana Antigua y nueva palabra, León-Portilla destaca la relación tan estrecha de la homenajeada con la UNAM, vinculación tan profunda de la cual el rector de Juan Ramón de la Fuente, su hijo, es sólo una parte: su padre, Samuel Ramírez Moreno fue profesor de la Facultad de Medicina y ella ha dedicado gran parte de su vida académica a esa casa de estudios.
Sobre la capacidad de mirar de quien sabe obtener un conocimiento original a partir de ello, la directora del Instituto de Investigaciones Estéticas, María Teresa Uriarte, sostiene en su texto que ''Beatriz de la Fuente ha dejado establecido con claridad que, por encima de su relevancia cultural, social o económica, una obra prehispánica debe ser valorada por su singular e irrepetible carga estética.
''Ella sabe que la labor de un investigador es escuchar, ver y mirar, actividades primordiales en el reconocimiento de una obra estética.''
Recorre el tiempo para hacerlo suyo
Todo lo abarca su mirada, recorre palmo a palmo la escultura, el muro pintado, lo siente, ''penetra en su esencia para volver evidente lo arcano. Nada escapa a su mirada. Recorre el tiempo y lo hace suyo -apuntó en la presentación Eduardo Matos Moctezuma-. Ni dioses ni humanos se le resisten; para ella no hay misterios en las viejas piedras, los murales o la olla de barro".
Y el arqueólogo se atrevió a reprochar algo: en el libro escriben muchos, pero la palabra de Beatriz de la Fuente está ausente. ''Tu palabra no está allí plasmada para enseñarnos algo más".
Eso, señaló, suele ocurrir en los homenajes: ''otros hablan y el homenajeado calla".
Pero, ''¿acaso no estás presente en cada palabra escrita por quienes hoy te rendimos homenaje?", Matos recapacitó al instante. ''¿Acaso no se manifiesta en los ensayos que conforman el volumen la enseñanza de tus obras".
Incluido en la obra publicada, María Elena Ruiz Gallut, especialista en pintura mural teotihuacana e integrante del Instituto de Investigaciones Estéticas, describe en su texto a una Beatriz de la Fuente que comprende y enseña ''ser yo, el otro. Ser simultáneamente tú y yo, nosotros y ellos, ellas. Preguntar y volver a preguntar. Esta era la forma", una forma de acercarse y mirar.