Usted está aquí: sábado 16 de abril de 2005 Cultura Rescata una asociación civil la herencia literaria de Sor Juana

Mañana se cumplen 310 años de su muerte

Rescata una asociación civil la herencia literaria de Sor Juana

FERNANDO CAMACHO SERVIN

A 310 años de su muerte, la pluma de Sor Juana Inés de la Cruz permanece vigente y en la zona donde nació está en marcha un proyecto para revitalizar su herencia literaria y poética.

En el pueblo de Chimalhuacán Chalco, una delegación del municipio mexiquense de Ozumba, a hora y media del Distrito Federal, la asociación civil Sor Juana Inés de la Cruz ha emprendido desde hace más de 10 años la reconstrucción del lugar donde fue bautizada la Décima Musa, el ex convento de San Vicente Ferrer, al tiempo que promueve a la localidad como verdadero polo cultural y artístico.

El núcleo del grupo está integrado por no más de 10 entusiastas, pero su trabajo ha permitido sumar a buena parte de la comunidad y, sin saberlo, permitió salvar de la posible destrucción una pieza arquitectónica de gran valor histórico.

Pese a que no hay acuerdo sobre la fecha, la versión más extendida indica que Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana nació en 1651 en San Miguel Nepantla, estado de México (algunos ubican el acontecimiento en 1648).

Ese mismo año fue bautizada en el convento de San Vicente Ferrer, templo dominico construido entre 1528 y 1542. El edificio es una de las escasas iglesias del siglo XVI que se mantienen en buenas condiciones y allí se encuentra la pila bautismal de la poeta, construida en 1542 (la más antigua de México) tallada en una sola pieza.

A raíz de la conmemoración de los 350 años del natalicio de la Sor Juana, algunos pobladores de Chímal, como llama la gente al lugar, se dieron a la tarea de rescatar el templo de San Vicente, bajo la coordinación de la arquitecta María Eugenia Rocha y personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia. El proceso inició en 1993 y se llevó dos años.

La labor no pudo ser más oportuna: en 1999, cuenta la arquitecta, hubo un fuerte temblor que dañó y derribó muchas casas en la zona. ''Si no hubiéramos arreglado las vigas de la iglesia, seguramente se habría caído", dice.

Así se formó la asociación civil Sor Juana Inés de la Cruz, que desde 1992 organiza en noviembre de cada año las Jornadas Sorjuanistas, conmemorando el natalicio de la poeta, el 12 de ese mes.

Con el tiempo, estos encuentros se han consolidado y el pueblo ya los identifica, los espera y participa con entusiasmo, dice Javier Cuétara, profesor universitario e integrante de la agrupación.

En los festejos han participado de manera solidaria artistas como la soprano María Luisa Tamez; los pianistas Fernando García Torres y James Demster, y el narrador Mario Iván Martínez; también músicos, actores, titiriteros, bailarines y fotógrafos de las poblaciones cercanas, así como de varias universidades.

Aprovechando su belleza, los actos se realizan en el atrio, patio y refectorio del ex convento, que también cuenta con un pequeño museo.

En Chímal, además de lo relativo a Sor Juana, hay un atractivo literario extra: Juan Rulfo se enamoró del lugar en los años 60 y construyó una casa y un huerto. Alguna vez el gobierno municipal propuso destruir una parte de ese terreno para montar una vía de escape en caso de erupción del Popocatépetl, a pesar de existir una ruta cercana (Columna Desfiladero de Jaime Avilés, La Jornada 06/09/03), pero finalmente el plan no prosperó.

En vísperas del aniversario luctuoso de Sor Juana, este 17 de abril, Javier Cuétara afirma que la asociación no busca fama, dinero o que las jornadas sorjuanistas ''sean el próximo Cervantino, sólo queremos que todo el trabajo que hemos hecho, se conozca y trascienda''.

 
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