Comienza la versión 21 de ese encuentro con una amplia oferta que durará 14 días
Apertura e inclusión, claves del Festival del Centro Histórico
Nos convertimos en punta de lanza de la gestión cultural mixta, señala su director José Areán
Ser espejo de la sociedad, entre los nuevos retos, adelanta
Debut de McFerrin en México
Ampliar la imagen Jos�re�subraya el logro de conseguir cada vez m�el apoyo privado para promover la cultura FOTO Carlos Ramos Mamahua
Con la interpretación de partituras de Albert Roussel, Richard Wagner y Ludwig van Beethoven a cargo de la Orquesta de las Regiones Europeas, bajo la batuta del alemán Honrad von Abel, esta noche se inaugura en el Palacio de Bellas Artes la versión 21 del Festival de México en el Centro Histórico.
Durante 14 días, el corazón de la ciudad más grande del planeta latirá con el pulso de las artes de distintos orígenes, estilos, corrientes, tesituras y siempre con un nivel elevado de calidad.
La puesta en escena de la tetralogía completa de Richard Wagner, El anillo del Nibelungo, ocasión pocas veces lograda en las mejores capitales operísticas y por vez primera en México, es una de las consecuciones más espectaculares de la nueva etapa del Festival de México en el Centro Histórico, originalmente llamado Festival del Centro Histórico.
En la programación de la versión 21 figura la tercera parte, la ópera Sigfrido, de cinco horas de duración (longitud similar a la de las otras tres del conjunto), con un elenco formidable bajo la dirección escénica del maestro Sergio Vela.
Danza, cine, música, et. al.
Además de ese platillo exquisito, la nueva versión del encuentro incluye episodios epopéyicos, como el debut en México de Bobby McFerrin, un artista que escapa a las definiciones, domina distintos ámbitos de la creación pura, como el repertorio de la música de concierto, la improvisación jazzística y la invención libérrima en general.
Un ejemplo cabal de la amplitud de alcances que ha conseguido en su definición mejor el Festival de México en el Centro Histórico.
Danza, cine, música de vanguardia (electrónica, hip hop, trasculturada), arquitectura, artes plásticas, exploraciones en ámbitos impensables en festivales rígidos, actividades académicas, visitas guiadas, restauración de patrimonio, actividades para niños, teatro. Una oferta vasta y contundente.
En danza, por ejemplo, destaca la propuesta de la Bill T Jones/Arnie Zane Dance Company, de Estados Unidos, que se presentará en Bellas Artes las noches del 27 y 28 de abril, celebrando los 20 años de su obra magistral: The Phantom Project.
Redefinición de metas
En entrevista con La Jornada, el director de este acontecimiento de carácter internacional, el maestro José Areán, explica la naturaleza, importancia e intenciones de esta fiesta anual de la cultura.
-Al iniciar su tercera década, ¿en qué medida este festival ha trascendido su trazo original para convertirse en un referente capital de México en las artes? ¿Cuál es el sello que usted le ha conferido en su gestión?
-Desde hace ya varios años ha trascendido su intención original. Era un festival bastante pequeño, tenía metas muy precisas en cuanto a dar a conocer espacios dentro del Centro Histórico. Una vez lograda esa primera etapa estamos ya en un proceso de evaluación y de transformación para redefinir nuestras metas y asegurar una visión a futuro.
''Entre los logros más importantes figuran dos aspectos centrales: apertura e inclusión.
''También hemos podido superar el ser un mero presentador de espectáculos para convertirnos en un verdadero motor cultural, donde mediante comisiones de producciones se pueda dar espacio a los artistas nacionales e internacionales para lograr proyectos que dependen mucho de la coalición de fuerzas.
''Consolidamos así proyectos consecutivos que de manera individual serían imposibles.
''También, este festival ha demostrado una línea de gestión cultural ejemplar en cuanto al financiamiento, que en 21 años se ha demostrado exitosa y con posibilidades de crecer, de involucrar aún más el patrocinio privado en la cultura.
''Conviven, asimismo, los gobiernos federal y local. En suma, nos hemos convertido en una punta de lanza de gestiones culturales mixtas, que quizá signifique el futuro mismo de la promoción cultural en general.''
Diálogo con artistas jóvenes
-Si ahora ya existen apertura e inclusión, ¿a qué estaba cerrado y qué estaba excluido?
-Una apertura de contacto con los jóvenes creadores, tarea que mi antecesor, Roberto Vázquez, comenzó. De manera que el festival se convierta en catalizador de los esfuerzos locales al tratarse de un país donde tenemos tantos artistas que viven en una cierta marginación o por falta de espacios o porque sus propuestas no caben en ciertos espacios más oficiales.
''Era importante que este festival tendiera una red de conexiones, de comunicación, de diálogo con los artistas jóvenes.
''Eso en cuanto a los creadores; de la otra parte hay un público potencial que estaba ansioso de acudir al festival y ahora lo puede hacer gracias a una política de precios en taquilla diferente y con muchas actividades con entrada libre.
''Eso ha fomentado también la inclusión de los jóvenes artistas y del joven público.
''En la misma actitud de apertura e inclusión es como programamos actividades académicas y educativas, para dar oportunidad a jóvenes artistas y al público que tengan contacto con el fenómeno artístico no solamente en el escenario, con el goce estético del producto terminado, sino también en el proceso creativo. Esa es una de nuestras metas nuevas, ser espejo de nuestra sociedad.''
Por una actitud crítica
-Vivimos un momento político convulsionado por el gobierno mismo hacia la voluntad popular. ¿Qué puede ofrecer un festival cultural como el del Centro Histórico a la sociedad en el actual contexto?
-A diferencia de la manera como suelen concebirse los festivales, como pasatiempo o entretenimiento, considero que las artes ofrecen la posibilidad de ver la realidad personal y social de una manera crítica, fresca y nueva.
''Las artes proporcionan la opción de mover a las personas a la reflexión, a tener una visión crítica e independencia de pensamiento.
''Al respecto, este festival ofrece a la libertad no solamente el pasar buenos momentos, lo cual puede ser en sí mismo muy valioso, sino contribuir a una actitud autocrítica en lo individual y crítica hacia lo social.
''En eso consiste nuestra contribución'', concluye el maestro José Areán, director del Festival de México en el Centro Histórico, que esta noche comienza actividades en el Palacio de Bellas Artes, con el concierto a cargo de la Orquesta de las Regiones Europeas, bajo la batuta de Honrad von Abel.