El aguacero de ayer generó inundación en locales
Sólo 12 minutos resistieron las nuevas obras del AICM
Bastaron 12 minutos y un fuerte aguacero para que las nuevas obras de la zona comercial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) mostraron sus limitaciones y pésimos acabados.
Luego del chaparrón de ayer fueron evidentes las filtraciones que inundaron varios locales, sobre todo una joyería y una casa de cambio, en el área de vuelos nacionales.
La lluvia comenzó a las 16:30 horas aproximadamente, aunque de manera intensa duró menos de 15 minutos, tiempo suficiente para que comenzaran a registrarse filtraciones en paredes y te-chos de algunas accesorias, lo que alarmó a empleados y dueños de los negocios afectados.
De inmediato, las autoridades encargadas de atender este tipo de emergencias, enviaron cuadrillas de trabajadores de la empresa Ofibrill, encargada de mantenimiento y aseo de la terminal aérea.
El personal, cargado con cubetas, trapeadores y secadores, llegó al lugar y comenzó a recolectar el agua que se en-contraba dentro de los locales. Para en-tonces el descontento entre los concesionarios iba en aumento, por el daño que el agua causaba a sus artículos, documentos y sistemas de operación.
Enojo entre concesionarios y viajantes
En el local número 90, sede de una platería propiedad de Ana María Hank Luébano, las goteras caían sobre piezas de joyería y afectaban los artículos que se exhiben en los aparadores.
Otro local afectado fue el 7-D, donde se localiza la casa de cambio Mexchange, propiedad de Xiomara Mellado Pérez. Ahí el agua alcanzó una altura de tres a cinco centímetros.
El temor de la dueña y de sus empleados era que los sistemas de operación -computadoras y software- se dañaran o, en caso extremo, que generaran un corto circuito con consecuencias lamentables para los viajantes y empleados del local.
Los muros exudaban y el agua corría
En la puerta de entrada/salida número Uno, los muros literalmete exudaban y el agua acumulada corría por el piso.
En otros lugares y establecimientos las condiciones eran similares.
Las "justificaciones" ofrecidas por funcionarios y personal del aeropuerto internacional fueron las siguientes:
En primer lugar, que las nuevas ampliaciones del área comercial se encontraban aún iconclusas y que las modificación a las instalaciones generaba esta situación.
En segundo, que algunos cables de corriente eléctrica fueron descubiertos en días pasados para realizar nuevas conexiones en la instalación del aeropuerto y que la obra se encontraba a medias.
Ante tales argumentos, entre los concesionarios de los establecimientos comerciales de la terminal aérea -donde lo mismo se encuentran librerías que casas de cambio, cafeterías, locales de comida rápida, sucursales bancarias, agencias de seguros, de viajes, de venta de periódicos y revistas y tiendas de abarrotes, entre otros- la preocupación mayor era que todavía no llegaba la temporada de lluvias y ya se presentaba este tipo de problemas.
Triunfo Elizade